Otro 12 de octubre

 

Primera de dos partes

Se ha dividido esta entrega en dos por considerar que el tema requería de unos mínimos datos previos para poder realizar una reflexión, se espera que de futuro, a una conmemoración de tan alto valor simbólico.

Desde 1992, año en que se cumplieron 500 de la llegada de Cristóbal Colón al continente, bautizado con posterioridad América, el 12 de octubre se ha convertido en una fecha controversial en el calendario de las celebraciones cívicas. No es para menos. Lo que se convirtió en un imperio, en los años posteriores a 1492, desembarcó en tierras americanas en busca de recursos económicos; actitud que se prolongó por más de 300 años, con las consabidas consecuencias: la desaparición con violencia o por enfermedad de millones de pobladores que habitaban estas tierras.

Si lo anterior no fuera suficiente, es necesario recordar que el expolio de metales preciosos y recursos naturales, en muchos casos gracias al sacrificio de seres humanos trabajando para su extracción, tuvo como finalidad mantener guerras que el imperio ya constituido a la llegada de Carlos I –para la Península ibérica- o Carlos V –si se observa desde la herencia germánica- como monarca. El territorio plurirreligioso que era lo que hoy se conoce como España había desaparecido prácticamente con la expulsión de judíos o la conversión de los musulmanes e incluso de algunos judíos también. Los seguidores de Mahoma llamados moriscos y los judíos conocidos como marranos.

Pero ni todo el oro y la plata pudo detener el derrumbe de un imperio que vio perder sus últimos territorios coloniales de América y Asia cuando el siglo XX se asomaba. Mucho más tarde llegaría la independencia de Guinea Ecuatorial y del Sahara, este último hoy tristemente en posesión de Marruecos puesto que sus habitantes han luchado desde hace décadas por conseguir la independencia o, al menos, el respeto a sus derechos humanos.

12-nada-que-celebrar

El resultado de este colonialismo, nada nuevo en la humanidad si hacemos caso a la historia de cualquier continente, abre el mercado mundo, mercado que hoy vivimos de otra manera pero que permite reflexionar sobre cómo las formas económicas que se impusieron paulatinamente en Europa se trasladarán al mundo habitado para no dejarlas hasta la actualidad.

La Independencia de los Estados Unidos, previa a la Revolución Francesa, marcó el camino para que muchos territorios colonizados vieran la oportunidad de crear también nuevos Estados, buena parte de ellos son los que hoy conocemos en América. Pero esta Independencia, en el caso mexicano, tiene por supuesto muchos matices y en buena medida marcan el rumbo de lo que hoy ocurre o se vive en el país.

 

 

 

 

 

 

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