El Salario Mínimo en México

Salario

Tres cuestiones introductorias:

Primero; siempre recuerdo uno de los gritos de guerra de las marchas populares a finales de los años ochenta: “Salario Mínimo al Presidente; Pa´ que vea lo que se siente”.

Segundo; no existe en el diccionario de español de la RAE, es decir de la organización encargada de registrar los cambios de nuestra lengua española para hacerla acorde a las necesidades actuales; el término “desindexación” como palabra reconocida.

Pero si está incluida la palabra “indexación” que significa -según la misma RAE- “ordenar una serie de datos o informaciones de acuerdo a un criterio común a todos ellos, para facilitar su consulta y análisis”.

Tercero; en economía, estas dos palabras se utilizan para explicar un fenómeno que tiene que ver con moderar o dejar de moderar el precio de las cosas o artículos para el consumo y también el salario.

Dicho esto, digo que prácticamente durante los últimos 365 días hemos escuchado con fuerza un debate sobre la utilidad del “salario mínimo” en México y su necesidad de “desindexarlo”.

Pero vamos por partes; el salario mínimo palabras más, o palabras menos; es definido como la cantidad “mínima” de dinero que se debe de trabajar a un trabajador.

Algunos países lo fijan por hora o como es el caso de México, el salario mínimo está sujetado a la jornada laboral; es decir a un día entero de trabajo.

Además el salario mínimo es susceptible al valor de las monedas naciones, -en este caso del peso- y por lo tanto también del fenómeno de la inflación; por lo que si una moneda pierde su valor y además los precios aumentan, el trabajador va perdiendo poco a poco su poder adquisitivo.

En México el salario mínimo es la base para fijar y pagar muchas cosas, como las multas, los niveles de créditos hipotecarios y esto hace que el salario mínimo esté ligado a más de dos mil trámites y por lo menos cien leyes.

Por eso es necesario desligarlo, desvincularlo o “desindexarlo”.

 

También porque esa vinculación provocó que el salario mínimo en México se tocara poco, porque tendría un impacto en la reglamentación de los procesos administrativos nacionales.

El asunto es que ahora se propone que el salario mínimo en México deba de impulsar la productividad nacional y no ser parte más ya del entramado burocrático mexicano.

Es decir, volverlo un activo que dinamice el mercado interno.

El debate sobre qué hacer con el salario mínimo; inició hace un año con una iniciativa de ley planteada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Mancera ante la CONAGO y basada en una propuesta de Salomón Chertorivski Woldenberg, el Secretario de Desarrollo Económico del Distrito Federal; quien mencionaba que un mexicano debe de tener un ingreso mínimo diario de 171 pesos y calificaba al salario mínimo como la variable más olvidada de nuestro modelo económico.

Entre los motivos que justificaban la propuesta, Chertorivski mencionó que 6.7 millones de mexicanos trabajan ocho horas diarias y reciben el salario mínimo, es decir; cerca del trece por ciento de la población económicamente ocupada viven con 2 mil 18 pesos al mes.

Para el año 2016, el salario mínimo ya no estará sujeto a dos zonas geográficas y habrá un salario general para todo el país de poquito más de 70 pesos diarios.

Ante el anuncio de las autoridades federales efectuado en septiembre de este año; el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México reaccionó comentando que dicha homologación no resolverá el problema de la pobreza mexicana y se debería legislar sobre el asunto de la indexación.

Finalmente, el pleno del Senado de la República ha aprobado la reforma constitucional que permitirá la desindexación del salario mínimo, para que a partir de ahora ya no sea utilizado como referencia o indicador.

En su lugar se aprobó la creación de la Unidad de Medida y Actualización (UMA), que estará sujeta a nueva reglamentación.

En una opinión personal, el problema del salario mínimo en México es que por Decreto -como muchas otras cosas más- se quiso instaurar la garantía de un salario decoroso a los trabajares y ello se convirtió en un ancla que detiene la productividad mexicana.

Incluso los mexicanos somos según datos del Banco Mundial; los que tenemos un salario mínimo más bajo en Latinoamérica. Los trabajadores mexicanos que perciben este nivel de ingresos ganan 5.9 dólares diarios; mientras que por ejemplo en Estados Unidos el salario mínimo en varios estados es de 8 dólares la hora, en otros estados de la Unión Americana llega a 10 dólares la hora.

También, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dice que en materia de crecimiento de los salarios reales, solo superamos a El Salvador y Nicaragua.

Esta es una de las razones del éxodo de mexicanos hacia Estados Unidos.

 

De tal manera que el salario mínimo existe, pero no cumple su propósito de otorgar una vida digna a los mexicanos más desprotegidos.

Pero no basta con desaparecerlo o cambiarlo de denominación. De hecho, probablemente lo mejor sea que las multas -sobre todo- y todos los trámites gubernamentales se paguen de acuerdo a los ingresos personales y de una manera razonable no desorbitante así seas muy rico.

El reto es lograr que crezca el mercado interno mexicano y eso se consigue con inversión y ofreciendo salarios bien pagados.

En el 2012, un estudio del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, se señalaba que en los últimos 25 años el salario mínimo mexicano ha presentado una pérdida acumulada de 79 por ciento. Ese es el costo tangible de la política nacional del Salario Mínimo que debe de dejar de promoverse; porque además, quienes cobran el fruto de su trabajo con el salario mínimo, son los sectores más vulnerables de la sociedad.

En Estados Unidos se demostró el año pasado que no debe de haber temores en lograr un aumento sustancial en el salario mínimo, trece estados tienen la meta de que el mínimo llegue a 15 dólares la hora para el próximo año.

Esto se logró a contracorriente de la teoría económica que dicta que a mayor salario mínimo, menos empleo. Pero probablemente este nuevo fenómeno de creación de empleo en Estados Unidos se deba a que el aumento en los salarios mínimos benefició a los trabajadores jóvenes de establecimientos y locales de comidas rápidas que organizaron marchas indignados porque el salario no les alcanzaba.

Estos trabajadores con el aumento, pudieron ya divertirse, tener un mejor poder adquisitivo y esto arrastró hacia el crecimiento a otros sectores de la economía que vieron como crecían sus ventas y por tanto tuvieron que contratar más empleados y en consecuencia, los indicadores de empleo aumentaron.

Algo así debe de realizarse ya en México, en donde es necesario que mucha gente, recupere el poder adquisitivo que deben de otorgar los salarios.

Que solamente los políticos tengan salarios mínimos para que vean lo que siente, porque hasta ahora ellos mismos se auto asignan su propio salario al libre albedrío.

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com

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