La lucha magisterial y la reforma educativa: Rehenes del 2018

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Educación y perspectiva de futuro es un binomio que puede determinar la viabilidad de una nación como un lugar moderno, generoso y lleno de oportunidades para todos sus ciudadanos.

Para lograrlo, cualquier país tiene que tener el mejor capital humano posible, pero también debe conocer sus potencialidades, limitaciones y el papel que quiere jugar en un mundo -que por cierto- hoy es más globalizado que nunca.

En esa aspiración, no puede soslayarse el papel de la educación. Es decir el tipo y la calidad de la enseñanza que el sistema educativo nacional tiene que ofrecer a la niñez y la juventud.

En la actualidad, la educación debe preparar a ciudadanos que sean agentes del cambio no solo local, sino también nacional e internacional o globales. Para ello tiene que ofrecer contenidos modernos y actualizados y además el docente debe ser un facilitador lo mejor preparado posible.

 

Imaginemos:

Su hij@ le dice que quiere aprender a tocar un instrumento musical, obviamente usted tendrá que comprar dicho instrumento, sea batería, teclado, guitarra o cualquier otro instrumento del gusto de su hij@.

Seguramente usted pensará que el segundo paso es conseguir un maestro que ofrezca clases a domicilio, o enviar a su hij@ a una escuela de música acorde a sus posibilidades económicas.

La realidad es que este segundo paso ya no es necesario.

En internet se pueden conseguir innumerables “tutoriales” en donde quienes tienen una destreza musical “suben” a la red videos que pueden ser de utilidad para cualquier persona que quiera aprender a tocar con destreza un instrumento musical.

Pero no solo es el caso de la música, en internet se puede tener acceso a infinidad de materiales para aprender sobre cualquier oficio, ciencia o arte.

En ese sentido; ante el embate de las nuevas tecnologías: ¿Cuál es el papel del maestro?

Probablemente su papel como transmisor del conocimiento se comience a poner en entredicho o necesite modernizarse.

En el caso del ejemplo que ilustramos no hay un maestro en la red. Lo que existe es una persona con una habilidad, que pone al servicio de los demás mediante las nuevas tecnologías.

De esta manera, el papel de la educación y del docente en el nuevo contexto económico mundial debería estar en el centro del debate nacional.

Precisamente, modernizar el papel del docente y la educación en el nuevo contexto internacional debería ser la misión de la reforma educativa. Una modernización que asegure el paso de educación de calidad a la innovación y de ahí a la productividad es lo que necesita en este momento México.

Somos un país con niveles de enseñanza pésimos en matemáticas y en ciencias básicas; precisamente lo que el mercado mundial del trabajo -y México- requiere en estos momentos.

El mundo actual, dominado por la globalización y un sistema económico neoliberal necesita personas que sean creativas y lo es para todos los sectores sociales.

En el caso del magisterio, la inamovilidad laboral y el estancamiento provocado por sindicato nacional (solapado por el gobierno) sencillamente no encajan en la nueva realidad nacional y la visión de país que se requiere para el futuro.

Es evidente que para que el país esté acorde con la nueva realidad internacional, México necesita tener docentes bien preparados en todos los niveles educativos. Y un primer paso es evaluar sus habilidades y rendimientos como se haría con cualquier otro trabajador.

 

¿Pero es así?

Es obvio que no se sabe porque los docentes de educación básica, especialmente los agrupados en la CNTE y ubicados en Chiapas, Guerrero y Oaxaca no dejan evaluarse y en el caso de la educación superior, las prácticas de las evaluaciones docentes son de entera simulación.

El problema para los docentes que no quieren la evaluación es que ya es difícil dar marcha atrás a la Reforma Educativa, por dos motivos centrales: primero porque es ya una ley contenida en la Constitución Federal y que incluso tiene ya leyes reglamentarias y en segundo lugar y no menos importante; porque probablemente sea la ley que ha tenido más apoyo en México en los últimos tiempos; sino de todos los sectores populares, por lo menos de los sectores más poderosos del país.

Y esto porque el movimiento magisterial contra la Reforma Educativa es cerrado -porque estás con ellos o contra ellos-, a veces violento, con tácticas de movilizaciones superadas y que le causan molestias a la ciudadanía.

Se niegan a aceptar lo que parece ya inevitable: adaptarse a la Reforma Educativa, porque todo indica que el gobierno federal no cederá.

No lo hará porque el éxito o fracaso de esta reforma forman ya parte de los elementos que definirán la sucesión presidencial del 2018.

El factor que inserta la reforma en las elecciones presidenciales del 2018 es que el actual secretario de educación federal, Aurelio Nuño Mayer es señalado con insistencia como un fuerte aspirante a suceder a Enrique Peña Nieto en la silla presidencial.

En esa aspiración se le irá la vida buscando a toda costa concretar la reforma educativa y las evaluaciones que se proponen.

Nuño Mayer se irá con todo su arsenal político buscando ganarse la preferencia de Peña Nieto para sucederlo y también de los sectores sociales más influyentes.

A su favor tiene el aislamiento y focalización de la SNTE y de la CNTE y el hartazgo social de una opinión pública que halaga la capacidad de movilización y el uso efectivo del derecho a la protesta; pero desaprueba el método de lucha magisterial.

En contra -asunto que el magisterio disidente no sabe explotar- es que Nuño Mayer forma parte de un grupo político con blasones académicos brillantes, pero con el estigma de la indignación social a cuestas por factores como Ayotzinapa y los escándalos de corrupción del gobierno federal.

La idea de la reforma educativa, de las evaluaciones docentes y de la transformación de nuestro sistema educativo para hacerlo competitivo en un entorno mundial globalizado; es en este momento contaminada por la sucesión presidencial del 2018.

Nuño Mayer irá con todo para imponerse al magisterio. En ello seguramente tiene el apoyo presidencial.

Si tiene éxito, probablemente sea el “delfín” de Peña Nieto, los otros dos visibles están bastantes desgastados; Osorio Chong con los problemas de gobernabilidad y de falta de confianza en los funcionarios públicos. Videgaray Caso por ser el encargado de la recaudación de impuestos y de la marcha del sector económico, es antipático y además no ha demostrado capacidad de hacer crecer la economía nacional a ritmos decentes.

La moneda de cambio de Nuño Mayer es el éxito o el fracaso de la Reforma Educativa y así como “Paris vaut bien une messe”, por los Pinos bien vale imponer una reforma educativa imperfecta y punitiva como acusan los maestros.

Ese es el verdadero peligro de la reforma educativa. Es necesaria pero el proceso sucesorio la contaminará y hará de ella una reforma imperfecta e inacabada. Pero efectiva en cuanto a que puede acabar con una disidencia magisterial histórica pero que se niega a adaptarse a los nuevos tiempos.

Probablemente tendremos que esperar más años para ver una reforma educativa clara, lúcida y efectiva. Si esperamos más, el costo será mayor, pero eso es lo que menos le interesa a quienes detentan el poder en México.

Hoy la reforma es rehén del proceso sucesorio del 2018 y el futuro de la lucha magisterial depende del poder total que se le ha dado a Nuño Mayer.

 

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  1. Policía federal resguardará sedes durante evaluación docente en Chiapas | Chiapasparalelo - 5 diciembre, 2015

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