Indígenas practicantes de la teología de la liberación recibirán al Papa Francisco en Chiapas
“No se trata solamente de anunciar el evangelio, sino de construir una nueva comunidad donde se viva en la justicia y en la paz, con una Iglesia que tengan una opción por los pobres”. Así resumió el obispo Samuel Ruiz García la filosofía que guió su trabajo de 40 años a cargo de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, cuando dejó este lugar en el año 2000. Esta filosofía y forma de practicar la fe aún marca la línea pastoral de la Iglesia Católica en esta región donde siete de cada tres habitantes pertenecen a algún grupo indígena, y donde el 75 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza.
Esta es una de las tres regiones que eligió el Para Francisco para recorrer durante su visita a México. “El escogió venir a San Cristóbal de las Casas a pesar de las peticiones de que no lo hiciera, para ver a la Iglesia indígena, a la Iglesia autóctona”, reconoció en noviembre pasado el obispo actual obispo de la Diócesis, Felipe Arizmendi.
Luego de una reunión con el Papa Francisco en El Vaticano, Arizmendi detalló que las otras regiones que quizo visitar estuvo Morelia, Michoacán, donde hablará con personas vi¡íctimas de la violencia y de las desapariciones forzadas; y Chihuahua, donde tocará el tema de la migración.
El sacerdote Gonzalo Ituarte, integrante de la Comisión de Justicia y Paz, explicó en entrevista que el interés del papa Francisco por visitar la Diócesis de San Cristóbal, es para convivir y dar un mensaje prioritariamente a la población indígena.
Los católicos indígenas y quienes en general conforman la Diócesis de San Cristóbal, tienen la particular característica de haber sido formados bajo los principios del Concilio Vaticano II (celebrado entre 1959 y 1965) y la Conferencia de Medellín de 1968, reuniones donde miles de obispos de todo el mundo analizaron las condiciones sociales, políticas y económicas en las que evangelizaba la Iglesia Católica.
Tras el Concilio y la Conferencia, algunos obispos de Latinoamérica, entre ellos Samuel Ruiz García, pusieron en práctica lo que se conoce como “Teología de la Liberación”, que entre otros principios establece que el Evangelio exige la opción preferencial por los pobres, y que la salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, “como signos visibles de la dignidad del hombre”, señalan los documentos de análisis que realizaron entonces.
En México, el obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Samuel Ruiz García, efectuó durante 40 años su trabajo evangelizador (1959-2000) bajo estos preceptos. En 1974 organizó un Congreso Indígena a donde llegaron representantes de más de mil comunidades –entre ellos cientos de catequistas indígenas- que plantearon su derecho a acceder a escuelas, hospitales, a tener salarios y trabajos dignos; y donde denunciaron las condiciones de sometimiento por parte de terratenientes y autoridades.
A partir de ese momento, fieles católicos de esta región llevan a cabo actividades de reivindicación de derechos y luchas sociales, a la par de sus actividades religiosas.
Samuel Ruiz García dejó la Diócesis en el año 2000, al cumplir 75 años de edad. Una década después falleció. Entre las actividades que realizará el Papa Francisco este 15 de febrero, esta una celebración religiosa ante más de 90 mil personas, la mayoría de ellos indígenas, y la visita a la tumba de Samuel Ruiz García ubicada en el interior de la Catedral de San Cristóbal. También una comida con dos obispos y ocho indígenas integrantes de la Diócesis.
Son el sacerdote Sebastián López López, el seminarista Teófilo Pérez Ruiz, y la joven Victoria Ruiz González, indígenas tsotsiles. También la religiosa Aída Pérez Jiménez y los catequistas Carlos Aguilar y Dominga Sántiz, de la etnia tseltal, así como el diácono permanente Miguel Montejo y su esposa María Trujillo Sánchez, integrantes de la etnia chol.
Estos ocho indígenas fueron elegidos como sus representantes, por religiosos y feligreses de esta Diócesis.
Entre la defensa del territorio y la fe
Diego Santiz es indígena tseltal, es coordinador del Movimiento por la Defensa de la Vida y el Territorio, organización que se opone a la industria extractiva; y es integrante del Pueblo Creyente, una de las unidades en las que se agrupan los católicos de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, conformada en su mayoría por los pueblos indígenas.
Las otras son las Comunidades Eclesiásticas de Base, que agrupa a mestizos e indígenas, y el Comisión Diocesana de Mujeres, también figura particular de esta Diócesis, porque desde hace 30 años, cuando fue creada, le dio a la mujer católica un papel preponderante en la toma de decisiones.
Diego Santiz divide su tiempo entre los trabajos del campo, su tareas como Comisionado de la Liturgia en la Ermita de la Inmaculada concepción de San Juan Cancúc, municipio de donde es originario; y las labores como representante de 11 parroquias del Pueblo Creyente ante el Movimiento por la Defensa de la Vida y el Territorio.
El pasado 25 de enero, en el marco de la peregrinación y ceremonia donde se conmemoró el quinto aniversario del fallecimiento del obispo Samuel Ruiz García, miles de integrantes del Pueblo Creyente, entre ellos Diego, participaron llevando consigo, por un lado imágenes religiosas, y por el otro lonas con leyendas de rechazo a las represas, a la industria minera y a los proyectos que están causando un impacto ambiental en su territorio.
Su planteamiento tuvo un eco inmediato en el Consejo Presbiteral de la Diócesis, conformado por sacerdotes que fungen como un Senado al interior de ese órgano religioso.
“Los integrantes del Consejo Presbiteral de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas hacemos nuestras las palabras del Pueblo Creyente, y nos solidarizamos plenamente con sus demandas, reclamos y justos anhelos (…) nos unimos a la preocupación por la tardanza y descuido que muestran las autoridades para resolver los problemas de tipo político, económico y social que surgen en nuestras comunidades”, señaló después de la celebración religiosa oficiada ese día, el Párroco Heriberto Cruz Vera representante del Consejo.
Diego Santiz, en entrevista realizada días antes de la peregrinación, explicó lo que para los indígenas que forman parte de la Diócesis, significa su fe.
“El pueblo católico lo que busca es la paz y la justicia (…) Por eso como Pueblo Creyente cuidamos lo que nos pertenece, cuidamos el bien común. A nosotros, como católicos, Dios nos enseño a defendernos de la injusticia”, explicó.
Desde que en 1974 se llevó a cabo el Congreso Indígena, el Pueblo Creyente ha mantenido un trabajo continuo en busca de “justicia y paz”. Entre sus más recientes acción es se encuentra una peregrinación que llevaron a cabo en marzo de 2015, cuando caminaron durante cuatro días desde el municipio de Simojovel, ubicado en la zona norte de Chiapas hasta la capital.
Su objetivo en ese momento fue exigir al gobierno del estado la detención de quienes llamaron “narcopolíticos”, que en ese momento buscaban ser candidatos a puestos de elección popular en las elecciones de julio de ese año.
Resultado de esa marcha-peregrinación fue que las autoridades detuvieron a Juan Gómez Domínguez, ex presidente municipal de Simojovel y candidato a una diputación federal.
Gómez Domínguez fue detenido en posesión de armas y droga. El Pueblo Creyente, encabezado por el Párroco Marcelo Pérez, había denunciado que el ex alcalde había dado entrada a la delincuencia organizada en su región.
Otra manifestación masiva de los católicos de la Diócesis de San Cristóbal se dio el 7 de diciembre de 2015, cuando más de 15 mil indígenas y mestizos se congregaron a un costado de la Catedral de esa región para hacer una proclama pública en la que se rechazaron todos las reformas a la Constitución Política Mexicana y se pronunciaron por la conformación de una “Constituyente ciudadana y popular”. El evento fue encabezado por Raúl Vera López, el ex obispo coadjutor de Samuel Ruiz, y actual obispo de Saltillo, Coahuila.
“Esta Iglesia Diocesana ha sido altamente significativa dentro de la Iglesia Universal de México y América Latina, por su trabajo desde los pobres y desde los pueblo indígenas”, valoró en entrevista el religioso Gonzalo Ituarte, quien considera que la elección del Papa Francisco para venir a este lugar, “es un reconocimiento al trabajo que se ha venido haciendo en esta Diócesis”.
Diáconos indígenas y Biblia traducida a idiomas de los pueblos originarios
Para evangelizar esta Diócesis, donde siete de cada diez personas son indígenas, la mayoría de ellas monolingües e integrantes de las etnias tsotsil, tseltal, tojolabal y chol principalmente, en la década de 1960 el Obispo Samuel Ruiz inició el proceso para formar catequistas provenientes de los pueblos originarios.
El siguiente paso fue nombrar diáconos indígenas (tuhuneles en tsotsil), quienes llevarían a cabo oficios religiosos y algunos sacramentos como bautizos y matrimonios en sus propias comunidades; sin abandonar por ello su vida matrimonial y comunitaria.
El nombramiento de los diáconos indígenas se dio ante la oposición de un sector de el Vaticano, quienes en 2002, dos años después que Samuel Ruiz dejó la Diócesis, lograron que el Papa Juan Pablo Segundo ordenara la suspensión de nuevos nombramientos. Para entonces había más de 8 mil diáconos indígenas.
Esta medida se mantuvo hasta que en enero pasado, el Papa Francisco autorizó nuevos diaconados.
Otro recurso para evangelizar que inicio el Obispo Samuel Ruiz y también causó polémica entre la jerarquía católica, fue la traducción de la Biblia a los idiomas indígenas, principalmente el tsotsil y tseltal.
Sin embargo, ante el reconocimiento y reivindicación del Papa Francisco a lo que llaman “Iglesia autóctona”, en la ceremonia religiosa que oficiará este Chiapas el 15 de febrero, se anunció que le entregarán al líder religioso ejemplares de la Biblia traducidas al tsotsil y tseltal.
El obispo Felipe Arizmendi anunció que después de recibir la Biblia, el Papa Francisco presentará el decreto donde se autoriza el uso de lenguas y elementos indígenas en misas y actos litúrgicos.
La cultura indígena, la católica y el folklor gubernamental, los escenarios para el Papa
Una replica de la pirámide de Palenque y un ambón o podium con figuras de maíz donde indígenas leerán partes de la biblia en sus lenguas originarias, serán algunos elementos del escenario en el que el Papa Francisco ofrecerá este 15 de febrero, una ceremonia religiosa ante más de 90 mil habitantes de esta región donde tuvo su la cultura maya.
En el centro deportivo donde se llevará a cabo la ceremonia religiosa, se colocará también un Cristo, una Virgen de Guadalupe y una imagen de Juan Diego. Al fondo una pantalla con la replica de la Catedral de San Cristóbal de las Casas, lugar que entre 1994 y 1996 fue sede de los Diálogos de Paz entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
El obispo Felipe Arizmendi explicó que con estos símbolos se pretenden mostrar “nuestra Iglesia, que se hace autóctona, inculturada, enraizada en una historia y en una cultura maya que perdura”.
Para la ceremonia religiosa se diseñó para el Papa una mitra, la casulla y el báculo con motivos indígenas; así como un sahumerio de barro.
Las lecturas religiosas se harán en los idiomas de los principales grupos indígenas de la zona, el chol, tsotsil, tseltal, y también el castellano.
En la ceremonia participarán las esposas de los diáconos indígenas, y parte de los coros los realizará el grupo de sobrevivientes de la masacre de Acteal. Presentarán las ofrendas familias tojolabales, zoques y mestizas.
El gobierno de Chiapas, que encabeza Manuel Velasco Coello, preparó también un escenario para el líder de la Iglesia Católica. A través de Juan José Zepeda Bermúdez, Secretario de Planeación, Gestión Pública y programa de gobierno, se detalló que a la llegada al aeropuerto, el papa Francisco será recibido “por nueve gobernadores, mil niños de escuelas Primarias” y un grupo de niños de la Escuela Pro Down quienes tocarán música de marimba”.
El gobierno de Manuel Velasco planea llevar al Papa Francisco a un sobrevuelo en helicóptero a el “Cristo de Chiapas”, ubicado en el cerro del ejido Copoya, a cinco kilómetros de la capital, “donde estarán tres o cuatro mil personas saludándole, realizando algunas danzas y música para celebrar su llegada”.
Luego de los oficios religiosos y reuniones que tenga en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, el Papa será trasladado a la capital, donde esperan dirija un mensaje a unas 40 mil personas que estarán congregadas en un estadio de futbol, y donde están invitados a “cantarle al Papa” Reyli Barba, “mi esposa Anahí y mi paisano Julión Álvarez”, anunció el gobernador.
El gobierno también mandó desplegar una campaña publicitaria “para darle la bienvenida” a través de anuncios, espectaculares, gallardetes y mensajes en medios de comunicación.
El obispo Felipe Arizmendi dio a conocer que los 90 mil indígenas que se espera lleguen a San Cristóbal de las Casas, asumirán el costo de su viaje. En algunos casos “donde las comunidades son muy pobres”, dijo que empresarios donaron recursos para contratar transporte.
El gobierno anunció como medida adicional la suspensión de actividades escolares el día de la visita papal, y el cierre de las vialidades en las zonas donde pasará, desde un día antes de su llegada; así como el despliegue de más de 3,500 uniformados para garantizar la seguridad.
En Chiapas, el estado con menor población católica del país, el estado donde sólo 6 de cada diez personas profesa esa fe, ya todo está listo para la llegada del Papa Francisco, y espera de él un mensaje que reivindique la cultura indígena, que impuse la dignificación de los pueblos originarios y su trabajo por la paz y la justicia, que reconozca el legado del obispo Samuel Ruiz García; y que fomente la opción por los pobres en la praxis católica.
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