Definición de conciso

cir.blanco

 

El diccionario diría que es algo breve y preciso. Pero acá se realizará un ejercicio inverso, porque de lo contrario esta Arenilla ya estaría llegando a su fin.

La brevedad y precisión se agradecen. Es proverbial la cita latina que expresa que lo breve es placentero; algunos se avientan la cita en su lengua original: Esto brevis et placebis. Nadie dice algo porque la misma cita es precisa y breve y ¡dice mucho!

Pero la concisión no siempre es recomendable. En realidad pareciera ser una contradicción de la vocación del universo: ¡extenso e infinito!

El doctor Lacartes se hizo famoso en todo el mundo por dedicar más de cuarenta años de su vida de investigador universitario a hallar la fórmula de la concisión. Sus pares académicos se burlaban de su afán. Decían que lo conciso no podía resumirse en una fórmula. ¿Una fórmula para obtener qué? Lacartes aseguraba que su fórmula sería el descubrimiento del siglo, porque permitiría a la humanidad hallar la incógnita del inicio del universo. Los otros se burlaban. Él insistía en que la concisión absoluta había ocurrido precisamente en el instante previo al Big Bang. Y eso daba pie para decir que lo breve y preciso son los cimientos para lo extenso y complejo, términos éstos que definen (con brevedad y precisión) el universo.

Por desgracia, cuando el doctor Lacartes juraba que estaba próximo a hallar la fórmula, un “breve y preciso” golpe de un ladrillo arrojado desde lo alto de un edificio de diez pisos segó su vida. Muchos juraron que había sido un accidente, pero el doctor Roalter, alumno favorito de Lacartes, dijo que, a través de pesquisas, existía la sospecha de que el ladrillo había sido arrojado por un grupo de científicos que, al ver la proximidad del éxito de Lacartes, decidieron cortar por lo insano. No habrían podido soportar la vergüenza de que Lacartes repasara en sus caras el éxito de su fórmula. La concisión del golpe era prueba fidedigna de que los asesinos eran expertos en las leyes del movimiento y de las fuerzas; es decir, personas sabias y conocedoras de la ciencia física.

¿Cuándo es conveniente aplicar la concisión? La concisión debe aplicarse en sentido inverso. Por ejemplo, los maestros de retórica recomiendan a los políticos que sus discursos sean concisos, pero los políticos, acostumbrados a llevar la contraria a los reclamos y sugerencias del pueblo, elaboran discursos que compiten en duración (no en razonamientos) con los que expresaba Fidel Castro Ruz. Los discursos de los políticos son discursos Duracell, nunca se agotan en sus mentiras. Por ello, ante la terquedad de los políticos de marras, se recomienda a los escuchas que ellos sean concisos en su atención; es decir, aplicar el concepto latino de que la brevedad es placentera y después de escuchar diez minutos el cúmulo de palabras insulsas, con gran dignidad, levantarse del asiento y salir de la sala. Una vez afuera se recomienda disfrutar del paisaje de la plaza y escuchar los cantos de los pájaros, mientras se disfruta de un raspado con esencia de mango.

Siempre puede aplicarse la concisión. Si el otro es extenso, uno debe ser breve. Si el otro escribe mil cuartillas banales, uno debe ser lector preciso y leer lo justo, lo disfrutable. Ya lo dijo Borges, si algo puede decirse en quinientas palabras, basta escribir un cuento y no una novela río.

Por ello, ahora sí, aplico la fórmula nunca hallada del doctor Lacartes y pongo punto final.

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