¡Más madera!

¡Más madera!

José Ramón Guillén

 

La exclamación de Groucho Marx dicha en la película “Los Hermanos Marx en el Oeste” parece como ni pintada para el momento social que vive Chiapas. Volveré sobre ello.

Hace unos días pedí al gobernador del estado, desde estas mismas páginas, que actuara; no sé si lo ha hecho porque los intríngulis de palacio no están abiertos para el conocimiento público, pero al menos en fecha reciente el mandatario del estado se manifestó convocando a todos los sectores de la sociedad local a un “diálogo abierto, plural, respetuoso y democrático”. Sectores siempre difíciles de definir pero que el gobernador ubica en las organizaciones de la sociedad civil, senadores, diputados, sindicatos, iglesias, cámaras empresariales, universidades, medios de comunicación y “colectivos”, estos últimos él sabrá quiénes son.

A pesar de este llamado lo que parece claro es que la tranquilidad social no llega a la entidad, y los sucesos de Chenalhó, más las movilizaciones magisteriales, etc., no cesan. Esto no debe extrañar a nadie. Son demasiados años, sobrados agravios y un sinnúmero de despropósitos que los chiapanecos llevan soportando, porque no existe otro nombre, de sus gobernantes.

Llamar al diálogo suena bien, convocar dicho debate también, pero visto lo visto y conocido lo que se conoce, ¿quién participará de una mesa multitudinaria que no necesariamente representa a todos los chiapanecos y sus agravios? Además de ello resulta lógico pensar que una mesa de tales características estará amañada con la presencia de los interesados en vivir del poder cualquiera que sea el nombre del gobernador en turno, o el partido o partidos que se representen.

Líderes religiosos de la región de Los Bosques, al frente del Pueblo Creyente

Líderes religiosos de la región de Los Bosques, al frente del Pueblo Creyente

En mi caso, como miembro de la sociedad civil, no creo que el asamblearismo de esa naturaleza logre poner sobre la mesa los males chiapanecos porque casi todo el mundo los conoce. Y si no los saben seguramente es que tales ignorantes proceden de alguna galaxia lejana al sistema solar, tal vez llamada Ciudad de México.

“Más madera” pedía Groucho Marx a sus hermanos para que la locomotora anduviera en los páramos del oeste estadounidense, al haberse quedado sin carbón. La locomotora caminó, por supuesto, pero a costa de destruir todos los vagones del tren y quedando los pasajeros a merced de los elementos naturales. Chiapas parece ser ese tren de los entrañables hermanos Marx, devastado durante muchos sexenios. Tal vez el diálogo propuesto sea una solución, aunque lo dudo, pero la destemplanza de los chiapanecos no se curará más que con acciones. Mientras éstas no aparezcan el tren seguirá su camino, pero desvencijado, y sus pasajeros continuarán sin cobijo institucional.

 

 

 

 

 

 

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