Escribir como mujer

Casa de citas/ 284

Escribir como mujer

Héctor Cortés Mandujano

 

La vida compensa con la lectura lo que uno no puede

o no quiere vivir

Josefina Delgado

 

Victoria Ocampo fundó y sostuvo la legendaria revista Sur, en la que participaron, entre otros, Bioy Casares y Borges. Ella visitó a Virginia Woolf, según cuenta Josefina Delgado en El bosque de los libros (Editorial El Ateneo, 2002). Esa visita la hizo pensar de nuevo en escribir. Delgado cita sus palabras (p. 133): “Mi única ambición es llegar a escribir un día, más o menos mal, pero como una mujer. Si la imagen de Aladino poseyese una lámpara maravillosa y por su mediación me fuera dado el escribir como Shakespeare, Dante, Goethe, Cervantes, Dostoievsky, realmente no aprovecharía la ganga”.

 

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Ilustración: Juventino Sánchez

Ilustración: Juventino Sánchez

“Hay un amor que es como tierra que se seca cuando no cae la lluvia y otro amor que mana, como manantial; el primero es humano y el segundo, divino”, dice el sacerdote que interpreta Javier Bardem en Deberás amar (To the Wonder, 2013), de Terrence Malick, que nuevamente volví a ver.

 

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El novelista sueco Henning Mankell ha escrito varias novelas policiacas en cuyas tramas aparece como protagónico su ya célebre inspector Kurt Wallander. Leo La falsa pista (TusQuets, 2001).

De ella estas dos reflexiones, la primera acerca de los periodistas (pp. 102-103): “Uno es el tipo que cava la tierra en busca de la verdad. Está abajo en el hoyo echando la tierra hacia arriba. Pero encima de él hay otro hombre devolviendo la tierra abajo. Él también es periodista. Entre ambos siempre hay un duelo. La lucha de fuerza del tercer poder del Estado por el dominio que nunca acaba. Tienes periodistas que quieren informar y descubrir. Tienes otros que ejecutan los recados del poder y contribuyen a ocultar lo que realmente está ocurriendo. […] Hay cantidad de periodistas que no dudarían en vender sus almas para ejecutar sus recados. Volver a tapar la tierra. Enterrar los escándalos”.

Wallander, mientras resuelve crímenes, vive su vida; en esta novela no sólo tiene problemas para descubrir y detener a un asesino serial, sino también por convivir con su padre viejo, su ex mujer, su nueva pareja, su hija, sus amigos. El papá tiene crisis tremendas de ira y de olvido. Dice Wallander (p. 420): “Me he dado cuenta de que uno no se separa nunca de sus padres. De repente los papeles se invierten. Te vuelves padre de tus padres”.

[He visto también, más fácil, las cuatro temporadas de la serie Wallander, con el gran Kenneth Branagh como protagonista.]

Contactos: hectorcortesm@gmail.com

 

 

 

 

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