Definición de compacto

El algodón de París no es compacto, es como una nube libre en su vuelo.

El algodón de París no es compacto, es como una nube libre en su vuelo.

 

Una definición elemental de compacto dice que esta palabra se aplica a “los cuerpos de textura apretada y poco porosa”.

En los últimos tiempos se emplea la palabra compacto con mayor frecuencia que antes. Un día los disquetes dejaron de existir y fueron sustituidos por discos compactos (cd) y todo mundo habló de compactos.

A mí (perdón por aceptar con tal desfachatez mi poca capacidad de entendimiento) me resulta difícil comprender el concepto de compacto. Tal vez, parte de mi incapacidad “nació en mí”, no, como dice el poeta Cancino Casahonda: “con el beso primario en que mi madre marcó el punto inicial del sentimiento”, sino la tarde en que el tío Concho me dijo que la tía Rome, su mujer, era “compacta”. La tía Rome era chaparrita, como bonsái de ceiba, porque también era rechoncha. Creo que la redondez de su rostro se acentuaba porque ella se recogía el cabello y dejaba que su cara fuera como un sol, rotundo. ¿Por qué el tío decía que su esposa era compacta? ¿Por chaparrita y estar envuelta como tamal de bola? Sí, es decir, entendí que lo compacto era apretujado. Hasta ahí muy bien, pero ¿qué pasaba con la porosidad? Mi prima Roselia me explica que una esponja es un cuerpo con textura poco apretada, por lo tanto, absorbe todo; y agrega que si alguien toma diez esponjas y las compacta, su capacidad de absorción disminuye; es decir, una esponja normal absorbe más agua que diez esponjas compactadas.

El algodón de París no es compacto, es como una nube libre en su vuelo.

Mi tía Rome era compacta en su consistencia corpórea, pero su capacidad de absorción contravenía con la definición clásica: ¡bebía cerveza como si fuera un tonel sin fondo! Ella era “un cuerpo de textura apretada”, pero era súper porosa, porosísima, absorbía tres o cuatro caguamas sin pena alguna y, ¡lo más sorprendente!, jamás se emborrachaba. Sudaba mucho, eso sí. Tal vez por esto, Juan explicaba que ella “aguantaba” mucho, porque más tardaba en absorber la cerveza que en procesarla a través de la transpiración. Esta era también la explicación de porqué ella, durante toda la tarde, seguía sentada, mientras los demás bebedores iban una y otra vez al baño a desaguar.

De ahí entonces nació mi confusión. He aplicado el término compacto a lo pequeño y a lo absorbente. Perdón por parecer prosaico, pero cuando una muchacha bonita dice que comprará toallas sanitarias yo le digo que irá a comprar compactos y sonrío. Ella no le encuentra la gracia.

Mi mayor ejemplo de compacto es Isaías, quien es un teporocho, chaparrón.

Por ello, lamento que México no sea una república compacta en un sentido y sí lo sea en el otro. Es compacta en su pequeñez de grandeza (perdón, por el uso de extremos tan desafortunados) y no lo es por su capacidad de absorber mucha podredumbre. El compa Zacarías dice que deberíamos compactar la mierda seca para que fuera poco porosa y no trasminara como lo hace cada vez con más frecuencia.

Los cerebros no deberían ser compactos, los corazones tampoco. No debería ser compacta la generosidad ni la solidaridad.

Breve y poco porosa deberían ser la prepotencia y la impunidad.

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