Definición de joven

Imagen: ernestdescals.wordpress.com

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¡Ah, qué difícil! Medio mundo asegura que la juventud es un estado de ánimo. Quienes lo dicen son optimistas. Es imposible que un viejo de setenta y ocho años de edad, a pesar de que sea un tipo lleno de vitalidad y de ánimo, pueda asumirse como joven. No. Un joven es aquel que tiene una edad lozana y rozagante y estas cualidades sólo se dan entre los dieciocho y treinta años de edad, más o menos.

Los viejos perversos dicen que “cuando el cuerpo mengua está la lengua”, ellos reconocen que la juventud no es un estado de ánimo sino una condición física marcada por los años. La mente es independiente, pero el cuerpo depende de las leyes de la naturaleza. Las plantas son frágiles, los árboles son poderosos. Así se piensa el hombre, sin saber que la rotundez del cedro lleva en su interior el fantasma de la pudrición. Las secuoyas de California no son jóvenes, son viejas y parecen inmortales. La gente quisiera tener la vocación de la secuoya, pero esto es imposible. Los jóvenes sólo son aquellos que tienen la edad adecuada, que son como la nieve del Kilimanjaro, pero que, conforme crezcan, se deshelarán y se harán agua, vapor, nada.

En este país existe la utopía de la eterna juventud. Cuando voy a un mercado, una mujer joven, con labios color framboyán, cuando camino por el pasillo de las fondas, me pregunta: “¿Va a comer, joven?”; el taxista, a la hora que le pago y me da el cambio, me dice: “Acá tiene, joven”. Bueno, con decir que hasta el bolero del parque central me pregunta: “¿Se va a bolear, joven?” (Así me lo dice: ¿Se va a bolear?). Las muchachas bonitas que trabajan en las tiendas están entrenadas para decir la palabra joven sin discriminación. Joven es el muchacho bonito de veintidós años y joven es el viejo de cincuenta y nueve. La palabra trata de generalizar, trata de ser agua de la fuente de la eterna juventud. Tal vez por esto es que medio mundo dice que la juventud es un estado de ánimo y que hay jóvenes viejos y viejos jóvenes. ¡Mentira! Hay jóvenes con cara de huarache roto y jóvenes con cara de aire limpio; así como hay viejos con cara de paisaje lunar y viejos con cara de árbol de navidad. Hay jóvenes aburridos y jóvenes llenos de vitalidad; así como viejos cansados y viejos llenos de esperanzas. Hay actitudes ante la vida, por supuesto, pero no puede concederse juventud a un cuerpo arrugado; así como no puede hincarse arrugas al corazón joven.

El concepto de juventud nada tiene que ver con el ánimo. Se es joven cuando el cuerpo está lozano, cuando los órganos están sanos debido a su edad joven. Se es viejo cuando el cuerpo mengua, cuando (como dicen los perversos) se usa la lengua como sucedáneo del órgano viril.

Los seres humanos envejecemos. Hay unos que lo hacen con dignidad, son los que aceptan que la juventud quedó atrás y entran a la edad de la vejez, edad en que las reacciones merman, edad en que el sentido del oído comienza a perder el sentido.

Envejecen todos los miembros del cuerpo, incluso envejece la mente. La juventud tiene que ver con el desarrollo orgánico. Los viejos que se creen jóvenes, que se asumen jóvenes, que se sienten jóvenes, deberían inventar otra palabra para definir su optimismo. No son jóvenes ya. ¿Cuál sería la palabra correcta para designar ese estado de ánimo que permite ver con un cristal claro el futuro que ya es poco, que es escaso?

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