Chiapas, sin condiciones para su desarrollo

En la entrega pasada analizábamos algunas de las condiciones endógenas que hacen posible que un país crezca económicamente.

En ese escenario deseable e indispensable para el crecimiento económico. Chiapas no cumple ninguna condición.

Por citar algunos ejemplos; la infraestructura y el equipamiento urbano son insuficientes.

En cobertura de agua entubada y sistemas de alcantarillado estamos debajo de la media nacional, nuestra red carretera es todavía escasa y además la existente se encuentra en malas condiciones, por lo que se requiere rehabilitación.

Adicionalmente, según datos del INEGI en Chiapas el 49 por ciento de la población es rural, mientras que el 51 por ciento es urbana. La media nacional es 78 por ciento de población urbana por solamente 22 por ciento de población rural.

De manera obvia, esto dificulta los procesos de planeación de la inversión pública y encarece la obra también pública; llámese aulas, viviendas, carreteras, los servicios y un largo etcétera.

 

Las variables endógenas las podemos controlar. Las políticas públicas pueden fortalecerlas incluso invirtiendo en capital humano y sobre todo si se identifican ventajas competitivas de las economías locales, sus condiciones específicas y sus fortalezas.

Surgen así las prioridades de desarrollo, que cualquier gobierno de los tres niveles debe de tener identificadas.

También se necesita estabilidad política, paz social y aplicación efectiva del estado de derecho; todo ello se refleja en confianza en las instituciones.

¿En Chiapas se invierte en capital humano para generarlo e incluso atraerlo?

¿Las políticas públicas chiapanecas tienen prioridades?

¿Los ciudadanos chiapanecos conocemos las prioridades de la inversión pública?

¿Los chiapanecos tenemos confianza en nuestras instituciones?

Ahora bien, hablemos de condiciones exógenas; ahí tampoco cumplimos un entorno local idóneo para el crecimiento económico y además estas condiciones dependen de otras variables.

En este tipo de condiciones; el crecimiento se logra con inversión de capital, con el crecimiento de la fuerza de trabajo, entre otros aspectos; pero a largo, para alcanzarlo, se necesita esencialmente el progreso tecnológico.

Para ello se requiere inversión y la inversión genera capital.

Incluso, el gasto gubernamental es una variable exógena desde que se le considera un instrumento de política, pues el propio gasto depende de las decisiones gubernamentales.

Así como también lo es la inversión privada, sea nacional o extranjera.

Por eso la productividad es esencial para alcanzar el crecimiento económico y este a su vez responde a condiciones multifactoriales.

 

En ese sentido, ¿hay inversión productiva en Chiapas?

Es decir, Existe en Chiapas aquella inversión que se realiza para producir algo y claro está, luego venderlo; mejor si es un producto acabado, sean estos bienes o servicios?

No. No existe inversión productiva en Chiapas y en caso de que alguien afirme que exista; esta es escasa.

Cifras de la Secretaría de Economía federal citan que durante el 2013 Chiapas ocupó el lugar 21 a nivel nacional por el valor de sus exportaciones, que alcanzaron un monto de 1,611.2 MDD, lo que representó el 0.5 por ciento a nivel nacional.

También que de enero a septiembre de 2015; Chiapas atrajo una Inversión Extranjera Directa de 97.8 MDD. Cifra que también representa el 0.5 por ciento del total nacional.

 

Pero en remesas es otra cosa

Durante el periodo enero-septiembre 2015 las remesas fueron de 439.7 MDD. Incluso el documento cita que ello significó un crecimiento del 15.9 por ciento respecto al mismo periodo del 2014.

Por remesas Chiapas ocupa el lugar número 17 del país y concentra el 2,4 por ciento del valor total de las remesas nacionales.

Entonces en Chiapas no generamos condiciones internas para nuestro crecimiento económico y esa omisión nos impide también generar inversiones productivas, atraer inversiones directas y solamente a Chiapas le quedan dos cosas: los subsidios federales y las remesas.

 

Si de por si las inversiones privadas y sobre todo las extranjeras, se realizan en base a la confianza y las expectativas que genera dicha confianza y en Chiapas la inversión privada y sobre todo extranjera es casi nula; entonces la conclusión es sencilla: No hay confianza en Chiapas para invertir y tampoco hay expectativas que esas condiciones de desconfianza desaparezcan.

El problema además es que se nos atravesó Donald Trump. Ya vimos que sus deportaciones van en serio.

Obviamente en el peor de los escenarios, muchos chiapanecos regresarán de Estados Unidos a su terruño. Por lo tanto las remesas disminuirán.

En consecuencia, la expectativa que se palpa en Chiapas ante este nuevo escenario internacional; es que el estado será más pobre de lo que ya es.

Tan sencillo como eso.

Escaseará la inversión en Chiapas, las remesas y todo ello podrá ocultarse por algún tiempo porque seguramente las campañas políticas rumbo al 2018 serán como siempre lo han sido, un espejismo que oculta la realidad estatal.

El derroche al orden del día.

 

Ahora bien; ¿Qué necesita Chiapas para crear las condiciones de crecimiento económico, aun y con un entorno nacional e internacional adverso?

A mi entender lo principal es voluntad política para cambiar las cosas.

¿Quién de los aspirantes a la gubernatura la tendrá?

Necesitamos hacer que nuestras instituciones funcionen y que además le inspiren confianza al ciudadano.

Se requiere terminar con la percepción -muchas veces incluso realidad- de que existe una corrupción generalizada.

Chiapas -como todo el país- requiere que se acabe con la impunidad que permite la corrupción.

 

Las vías son amplias y son por lo menos:

Un sistema de impartición de justicia efectivo y confiable, que nuestras leyes garanticen la existencia de una sociedad incluyente y tolerante; gobernabilidad para garantizar la paz social y transparencia gubernamental.

La pena de nuestras vidas ciudadanas:

Necesitamos proteger nuestras instituciones, modernizarlas, hacerlas efectivas; el problema es que están en manos de quienes no quieren que así sea, porque no les conviene a sus intereses personales.

Así no hay futuro.

Se necesita cambiar el orden actual de las cosas.

Chiapas necesita estadistas, no vendedores de ilusiones que llegan en épocas electorales -como los que verá rumbo al 2018- a ofrecer el paraíso.

Yo me resisto a pensar que el destino histórico de nuestro estado sea ver a elites políticas que con su saqueo e impunidad nos condenan a la marginación, a la pobreza y al atraso.

Yo creo que Chiapas tiene salida y que las vías para encontrarla tienen que ser democráticas.

Correo: geracouti@hotmail.com

Twitter: @GerardoCoutiño

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