Rumbo al 2018; la incertidumbre, AMLO, los independientes y el PRI

 

El futuro es impredecible. Esa es la única certeza precisamente sobre lo que es el futuro.

La política tiene mucho de ello; es decir es impredecible y ello generalmente nos lleva a la incertidumbre y el desarrollo de diversas expectativas.

De esta manera; varias son las coyunturas lo que definen perfiles de quienes ocupan cargos de elección popular. Y no siempre, quien es más capaz, inteligente o con experiencia; es también el político más popular.

Es allí a donde deben de entrar a escena instituciones fuertes. Instituciones a prueba de políticos inexpertos, ignorantes, de aquellos que se sienten virreyes, de quienes hacen del populismo su modo de ascenso político.

Desafortunadamente en nuestro país no hay instrumentos para medir la capacidad ni intelectual ni de trabajo y resultados de un político. Si los hubiere, son instrumentos endebles y no cumplen al cien por ciento su función como instituciones fuertes a prueba del populismo y los caprichos de los gobernantes.

La prueba es que al término de una gestión gubernamental de cualquiera de los tres niveles de gobierno o legislativa. Los ciudadanos muchas veces exclamamos ¡Qué bueno que ya se va!.

Lo que no podemos controlar es el saltimbanquismo.

 

Pero si hay un instrumento de medición -aunque últimamente muy cuestionado- de la popularidad de un político; son las encuestas. Sobre todo en épocas electorales.

La ironía hace recordar al Peña Nieto candidato: un político muy popular que contrasta con el Peña Nieto presidente: un mandatario repudiado.

En otras palabras; la crisis del PRI, el partido oficial; ocurre porque nadie desde el presidente hasta cualquier gobernador y alcalde de ese partido político hace su trabajo bien. La culpa es del presidente, eso dice la percepción popular.

Hablando de encuestas políticas y del proceso electoral rumbo al 2018, habrá que decir que la inmensa mayoría vaticina que el tabasqueño del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) Andrés Manuel López Obrador será el próximo presidente de México y que probablemente triunfe por un amplio margen de votos.

Eso está por verse dicen algunos. Es lo más seguro dicen otros.

El problema para los que lo dudan; es que el popular Andrés Manuel López Obrador no solo es el puntero electoral; también habría que observar que existe una constante en las encuestas: nadie quiere -en estos momentos- votar por el PRI.

El problema para los que afirman que AMLO será el próximo presidente; es que de aquí al 1ro de Julio del 2018, en términos políticos lo que falta; es una eternidad. Muchas coyunturas pueden darse todavía.

Sin embargo, hoy todo está acomodándosele a López Obrador. Crisis de credibilidad gubernamental, corrupción con impunidad, falta de gobernabilidad e indignación ciudadana.

De esta manera; si nos atenemos al momento actual; AMLO y su personalidad, están muy por encima de una propuesta que pudo convertirse en una fórmula de democracia que era atractiva para quedarse mucho tiempo en los esquemas democráticos mexicanos: la candidatura independiente.

En consecuencia, el momento político actual explica que -por lo pronto- la propuesta de candidaturas independientes -a pesar de sus varias virtudes- se desinfla.

El carisma político -que no personal- y el hartazgo social lo condensa y lo aglutina en estos momentos Andrés Manuel López Obrador y ninguna figura política de los demás partidos políticos lo logra superar. Como tampoco lo hace ninguna figura independiente.

 

Por eso, en varios sentidos las elecciones en el Estado de México que ocurrirán en los próximos días son como un laboratorio del momento político que vive México y de lo que vendrá después.

Primero, es avasallador y abrumador el poder de los partidos políticos. La falta de cultura política democrática, está haciendo que el peso de los partidos políticos desinfle a las candidaturas independientes. Es lo primero que se observa en el Estado de México.

La lucha es entre MORENA y el PRI. Josefina Vázquez Mota no sube en las preferencias porque tiene un problema de fondo: le falta carisma. Como tampoco lo tienen Alfredo del Mazo y Delfina Gómez Álvarez.

Pero Del Mazo suple esa falta de carisma con el peso histórico y la tradición de su partido en el Estado de México y Gómez Álvarez con el padrinazgo de López Obrador.

Es decir, en el Estado de México está claro que es un asunto de dos partidos políticos; el PRI contra MORENA. Los demás casi no cuentan. Y no es que sean candidaturas testimoniales. Es que juega en el EdoMex lo viejo contra lo nuevo. La tradición política -PRI- contra la irrupción política de MORENA.

De esta manera, el asunto rumbo a las elecciones presidenciales del 2018; es Andrés Manuel López Obrador contra el PRI. Es el tabasqueño contra el sistema.

Hay en México en estos momentos, un quiebre político; pensando en el 2018, nadie quiere votar por el partido político del Presidente Enrique Peña Nieto.

 

Visto de esta manera; ¿Tiene futuro político el PRI? Probablemente no. Probablemente sí; -y volvemos al planteamiento inicial de que el futuro es impredecible- pero la certeza -hoy- es que en manos del presidente Peña Nieto y su equipo; esta institución política no tiene futuro.

En segundo lugar; es interesante el papel del PRD. Otrora partido aglutinador de la izquierda mexicana. El partido fundado por Cárdenas, Muñoz Ledo y otros va directo a dejar de ser un partido de masas para convertirse en uno “catch-all party”; atrápalo todo, cacha votos -como diría Salinas de Gortari- o bisagra.

Este tipo de partidos, en un país democrático con elecciones competitivas, sirven para inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Es el caso del PVEM.

¿Por qué López Obrador insiste a la militancia perredista que vote por el?. Sencillamente porque los dirigentes no sucumbirán ante AMLO por una razón muy simple: desaparece el PRD, adiós a las carreras políticas de los rivales de López Obrador dentro del PRD; pero sobre todo; desaparecería la posibilidad de que los dirigentes que se queden en el PRD disfruten de las prerrogativas electorales.

Por eso AMLO solicita el voto de la militancia y la dirigencia no cede. Si lo hace los devora MORENA y si sobrevive, habrá posibilidades de disfrutar prerrogativas. Aparecerá así el voto útil perredista por la maestra Delfina Gómez en el Estado de México y también por Andrés Manuel López Obrador en el 2018.

 

Hay hartazgo ciudadano. Pero la clase política, no es que no lo entienda. Su problema es que está atrapada en enorme intereses que le generan un cúmulo de complicidades. Por lo tanto, es casi imposible que el grupo que detenta el poder político haga transformaciones de fondo.

Se necesita entonces una verdadera transformación nacional que pase por hacer lo que Vicente Fox no hizo en su momento: desaparecer lo que no servía y construir nuevas instituciones.

Hoy dos son los fenómenos que permiten que a los gobernadores se les llame “virreyes”. Es también la misma circunstancia lo que hace que en el país no exista transparencia; son la corrupción y la impunidad.

Todo ello está en juego. Transformar las instituciones, acabar con la corrupción y la impunidad, la viabilidad de varios institutos políticos, el modelo económico de capitalismo de “cuates”, la posibilidad de garantizar “cancha pareja” en futuras elecciones.

Andrés Manuel López Obrador parece indestructible -hasta el momento- de los ataques de sus adversarios. Si gana la maestra Delfina Gómez lo será más.

Si no gana su candidata a la gubernatura del Estado de México, el camino rumbo a Los Pinos del tabasqueño será más difícil. Pero tampoco se ve imposible. Las “fotografías” que nos muestran hasta el momento las encuestas nos dicen lo que es su fortaleza: nadie quiere votar por el PRI.

Allí está su baluarte. Ni el PRD ni ningún candidato independiente le hace sombra; esa es otra característica. Lo demás es sumar y parece que está de lleno en eso.

Como también parece que la clase política se unirá con todo contra el tabasqueño. Lo bueno para el líder de MORENA es que a pesar de ello, la clase política no se baja de su nube. De ese México idílico que todos anhelamos, pero que hoy solo existe en la cabeza de Enrique Peña Nieto y quienes por intereses personales lo secundan.

Correo: geracouti@hotmail.com

Twitter: @GerardoCoutino

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