Agroforesteria: mirando al sur (I)

Los agronegocios y el mercado mundial de alimentos han hecho cuantiosas ganancias a costa del hambre de los mexicanos. Foto: Cortesía

Por Guillermo Jiménez Ferrer (1)

El abandono del campo. La reciente ruptura del poder político en México ha puesto en evidencia contundente la crisis provocada por el modelo neoliberal en todos los sectores económicos y sociales del país. En este “parteaguas”, el campo, como un espacio socio-ambiental complejo se encuentra en su mayor parte en un estado de abandono y permeado por la pobreza, migración, deterioro del tejido social, narcotráfico y seria dependencia alimentaria.

Los agronegocios y el mercado mundial de alimentos han hecho cuantiosas ganancias a costa del hambre de los mexicanos dejando despojo y contaminación. Grave y preocupante también se presenta en México, el deterioro ecológico de sus recursos agua, suelo, biodiversidad, recursos minerales, selvas y bosques. Por ejemplo en Chiapas, más de tres cuartas partes (4.1 millones de personas) de su población, viven en una situación de pobreza, y de estas, casi 1.5 millones viven en pobreza extrema, según el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2016). Sin embargo, la ancestral resistencia de los pueblos originarios, sus saberes y su capacidad familiar para producir sus alimentos, les han permitido sobrevivir dignamente y de manera resiliente.

Mirando al Sur. La estrategia para el campo en el sur-sureste de México, anunciada por el electo Presidente López Obrador, en donde anuncian la reforestación de miles de hectáreas en la cuenca del Río Usumacinta y en la selva Lacandona y el programa “Sembrando Vida” tiene interesantes y complejas implicaciones políticas y ambientales y abre viejas discusiones en torno a la estrategia de desarrollo en zonas pobres, como el sureste de México.

Estas nuevas acciones, deberán priorizar un enfoque tecnológico requerido para la realidad campesina e indígena y poner por delante la sabiduría y experiencia técnica, social y organizativa de los campesinos para producir alimentos y manejar sus recursos con su tecnología tradicional agroforestal. Habrá que recordar que en Chiapas, miles de productores indígenas, son líderes en la producción de café orgánico mundial, mediante sistemas agroforestales. De igual manera, la experiencia como la del proyecto Scolel Te´ (árbol que crece en lengua tzeltal), es el proyecto más longevo de su tipo a nivel mundial desde hace dos décadas en la promoción de manejo forestal y sistemas agroforestales como; el sistemas Taungya, el café con sombra diversificada, sistemas silvopastoriles y mejoramiento de acahuales, todos ellos con uso de especies nativas y estrategias de propagación (viveros) que dan empleo en las comunidades.

Solida es la experiencia de los productores en la reforestación y restauración de sus áreas de selva y bosque (http://ambio.org.mx/scolel-te/). Además, a escala nacional, existe una amplia experiencia en investigación y desarrollo en diversas  instituciones que hacen Agroforesteria como las que pertenecen a la Red Mexicana de Agroforesteria, la cual es un colectivo de la sociedad civil e instituciones gubernamentales, para incidir en la investigación, la docencia y la gobernanza de los sistemas agroforestales de México (www.red-sam.enesmorelia.unam.mx/).

Regresar a los orígenes. En este parteaguas al que nos hemos referido, la actual política agraria, tanto a nivel local como nacional, tendrán que reconocer la necesidad del empoderamiento de las organizaciones campesinas y de productores para impulsar una estrategia de escalamiento de alternativas sustentables en la agricultura e impulsar la conservación de sus recursos naturales. De igual forma el futuro gobierno, tendrá que convocar para diseñar una nueva estrategia para impulsar la investigación científica agropecuaria, con un enfoque agroecológico y participativo, con estrategias amigables para el ambiente y que retome los orígenes culturales y científicos de nuestras raíces agrícolas.

Abatir la pobreza en el campo, impulsar la soberanía alimentaria, arraigar a las y los jóvenes a su tierra, combatir el paternalismo y evitar el aumento de la violencia social, son algunos de los retos que tendremos. En nuestra próxima contribución explicaremos las técnicas y perspectivas sociales de la agroforesteria para el campo en el sur de México.

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(1) Investigador Titular de ECOSUR (El Colegio de la Frontera Sur), Departamento de Agricultura, Sociedad y Ambiente). Socio de AMBIO AC.   chultotik@gmail.com

 

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