El escenario postelectoral en El Salvador ante el nuevo ciclo político centroamericano

Por Pablo Uc[i]

El giro en el mapa político electoral centroamericano encontró su primer recambio del año 2019 en El Salvador. El pasado 3 de febrero, un poco más de la mitad de la ciudadanía salvadoreña inscrita en el padrón electoral[ii]acudió a las urnas para elegir al nuevo presidente del país. El joven empresario de origen palestino, Nayib Bukele, se impuso en la primera vuelta y su apuesta por desalinearse de la “histórica” estructura bipartidista salvadoreña, abre grandes interrogantes sobre  el nuevo escenario político nacional y su impacto en el reajuste geopolítico regional centroamericano y caribeño.

 

Las cifras

Los resultados finales fueron contundentes: el joven empresario Nayib Bukele, al frente de la conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) arrasó en los comicios al conseguir mayoría absoluta, con un 53.1% de los votos, siendo innecesario el balotaje o segunda vuelta. Por su parte, el candidato de la histórica derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Carlos Calleja, en alianza con el Partido de Concertación Nacional, el Partido Demócrata Cristiano y Democracia Salvadoreña, alcanzó el 31.72 % de los votos. Mientras que el candidato oficialista del Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), Hugo Martínez, obtuvo apenas el 14.41% de los votos[iii]. La principal fuerza de la izquierda electoral nacional se convierte, súbitamente, en la tercera fuerza nacional, con poca capacidad de oposición ante una predecible alianza estratégica de las tendencias conservadoras salvadoreñas.

Los resultados electorales han proyectado la idea de un virtual quiebre del bipartidismo histórico en El Salvador, ya que desde el año de 1989 -incluso después de haberse llevado a cabo la firma de los acuerdos de paz de 1992- ARENA gobernó de forma ininterrumpida hasta el año 2009. Fue en este año en que las fuerzas políticas ex insurgentes del FMLN, accedieron a la presidencia nacional con la candidatura de Mauricio Funes, convirtiéndose además, después de 17 años como oposición, en la primera fuerza política nacional en la Asamblea Legislativa. En 2014 el candidato del FMLN, Salvador Sánchez Cerén, obtuvo de nueva cuenta la victoria presidencial, pero paradójicamente su partido perdió su posición en la Asamblea en las elecciones de 2015 y ARENA se reposicionó como primera fuerza política en el parlamento, al igual que en las elecciones de 2018.

Geografía electoral

El análisis de las tendencias electorales a nivel sub regional y específicamente en cada uno de los 14 departamentos, permite leer con más detalle las implicaciones de los comicios. En las tres zonas del país (oriental, central y occidental), así como en los catorce departamentos existió un efecto de arrastre, ya que GANA se impuso en primer lugar en todos los casos, seguido de la coalición ARENA-PCN-PDC-DS, y el FMLN quedó sumergido en el tercer sitio a escala nacional y local. El arrastre alcanzado por GANA fue drástico, ya que en algunos bastiones determinantes en los anteriores triunfos presidencias del FMLN, como San Salvador, San Miguel, Sonsonate, Usulután y Morazán, el descalabro electoral fue importante. El oficialismo apenas alcanzó un promedio del 14% de los votos totales, muy por debajo de la coalición de ARENA-PCN-PDC-DS (32%) y GANA que alcanzó más del 50% en casi todos los departamentos. El FMLN tan sólo superó a ARENA en el departamento de Usulután; en el caso de los votos emitidos en el extranjero el electorado se inclinó por GANA con 1’434,856 de votos, y posicionó al FMLN en segundo lugar con 389,289 de los votos, sin que esto se convirtiera en una cifra relevante para modificar los resultados finales.

Fuente: elaboración propia con base en los resultados oficiales del TSE, 2019.

Fuente: elaboración propia con base en los resultados oficiales del TSE, 2019.

La otra interrogante que inquieta en el análisis de las tendencias del voto y los resultados es inevitable: ¿qué sector generacional concretó la victoria de Bukele y el castigo a las fuerzas políticas tradicionales? ¿Fue el voto de los/as jóvenes los determinante en la elección y el triunfo de Bukele? La respuesta es relativa. Desde 2012, de cada cien votantes en El Salvador, 33 han estado entre 50 y 59 años, y solo 28.9 % ha sido menor de 30[iv].De acuerdo con la composición del padrón electoral los jóvenes de entre 18 y 29 años ocupan más del 29% del electorado; la población de entre 30 y 39 años ocupa el 21%; y la población de entre 40 y 99 años ocupa el 50% del electorado, la cual ha terminado por inclinar la balanza. Esto puede ser interpretado de distintas maneras, pero lo cierto es que las generaciones que conservan la memoria de la guerra, los acuerdos de paz y la transición fueron determinantes, en su conjunto, en las elecciones.

El fenómeno Bukele

Nayib Bukele, quien fuera electo como alcalde de Nuevo Cuscatlán en 2012 y de San Salvador en el año 2015 bajo la sigla del propio FMLN, fue expulsado de este partido en 2017. Posteriormente, el hoy presidente electo fundó el movimiento Nuevas Ideasy se proyectó a la candidatura presidencial en alianza con los partidos Cambio Democráticoy el Partido Social Demócrata, los cuales fueron inhabilitados políticamente ante una polémica decisión del Tribunal Superior Electoral en julio del 2018[v]. Finalmente, como parte de un pragmático viraje ideológico que asegurara su candidatura, recurrió al partido GANA[vi], fundado por el ex presidente Elías A. Saca –hoy preso por delitos de corrupción-, para postularse a la presidencia.

El discurso electoral de Bukele se construyó en el marco de una campaña centrada en las redes sociales, la evasión de debates públicos y entrevistas. La exaltación de la bandera anticorrupción; la promesa de crear una comisión internacional contra la impunidad con el acompañamiento de la ONU y la OEA –modelo CICIG de Guatemala-; la activación agrícola de la región norte del país; la construcción de un aeropuerto y la generación de empleos fueron las principales consignas de su campaña en redes sociales. Si bien el recambio generacional que ha buscado alternativas frescas ante a los discursos provenientes del escenario de postguerra fue determinante en el electorado, su contundente triunfo parece responder más al rechazo de la sociedad a los partidos tradicionales. Así como a la decepción social ante dos gestiones de gobierno de la izquierda sin los resultados esperados: blanda actitud ante la corrupción, falta de acción e impunidad ante el escándalo del ex presidente Funes -exiliado en Nicaragua-; sobresueldos; clientelismo y una débil renovación de los cuadros políticos más allá de los centros urbanos.

La interrogante gira sobre el futuro gabinete del presidente electo y el grado de alianzas que establezca en un escenario cercado por los partidos dominantes en la Asamblea Legislativa[vii]. Desde el lanzamiento de su plataforma política: Nuevas Ideas,Bukele estableció que las reglas de su nuevo movimiento eran dos: “nadie manda y todos suman”, y se dedicó a definir emisarios en las diversas regiones del país. Parece tratarse de un movimiento en construcción, pero en lo inmediato en su entorno gravitan el vicepresidente electo, Félix Ulloa, ex magistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y miembro de la Comisión Política del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR). Karim Bukele, su hermano menor, publicista y jefe de campaña en las pasadas elecciones y una lista de empresarios cercanos a la clase política conservadora y asesores activos en sus pasadas gestiones como alcalde[viii].

Los desafíos para el presidente electo son claros. Aunque la tasa de homicidios a nivel nacional disminuyó desde 2015 en el marco del gobierno del FMLN, las preocupaciones centrales en las zonas urbanas siguen siendo la inseguridad, la violencia y las pandillas; las cuales mantienen un control territorial palpable. En paralelo se encuentra la inestabilidad económica, la precaria inversión extranjera y el desempleo. A pesar de que la CEPAL haya destacado a El Salvador como el tercer país con la mayor reducción porcentual de la pobreza entre 2015 y 2017 en América Latina, el 37,8% de la población enfrenta una crítica precariedad social. Un factor que sigue reflejado en el incremento de las olas migratorias desde El Salvador hacia EEUU, vía territorio mexicano.

 

Escenario político regional centroamericano

Las sextas elecciones presidenciales en El Salvador desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, más que proyectar un horizonte de transformación social revelan la frustración de una alternancia que no alcanzó a concretar el cambio histórico prometido por la izquierda política. Además, proyectan el reposicionamiento de un empresariado vinculado con las tradicionales familias oligárquicas en la dirección política del país, así como un alineamiento del “pulgarcito de América” con la geopolítica neoconservadora e intervencionista estadounidense.

En lo inmediato, la posición del futuro gobierno de Bukele promete un retiro del apoyo al decadente gobierno venezolano de Nicolás Maduro, enfrentado a una extenuante crisis y al declive de la proyección regional bolivariana impulsada por Hugo Chávez, a la cual se sumó El Salvador a través del programa energético de Petrocaribe, en el año 2014.

Los resultados electorales salvadoreños también contribuyen a descifrar algunas de las tendencias del  reciente ciclo político electoral en Centroamérica. Cabe recordar que en Costa Rica las elecciones de 2018 significaron también una “ruptura” formal con el bipartidismo histórico entre el Partido Liberación Nacional y el Partido Unidad Social Cristiana. Mientras que el próximo 5 de mayo se llevarán a cabo las elecciones generales en Panamá y el 16 de junio los/as guatemaltecos acudirán a las urnas también a elegir autoridades generales, en un escenario de fuerte debilitamiento de las fuerzas de izquierda y progresistas en el istmo centroamericano.

[i]Miembro del Observatorio de las democracias: sur de México y Centroamérica (ODEMCA). Investigador en el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica (CESMECA). Correo electrónico: pablo.uc@gmail.com

[ii]El porcentaje de participación de los votantes inscritos alcanzó el 51.3% en estos comicios, representando una disminución del 3.4% en la participación electoral en relación con los comicios del 2014.

[iii]Tribunal Supremo Electoral, 2019, [https://www.tse.gob.sv/2019/escrutinio-final/presidencial/dep0009.html] (Consulta: 12.02.2019).

[iv]Tribunal Supremo Electoral, 2018. | INFOGRAFÍA: Mayores de 40 años decidirán elección presidencial 2019 [https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/547054/infografia-mayores-de-40-anos-decidiran-eleccion-presidencial-2019/] (Consulta 18.02.2019)

[v]Cancelan oficialmente los partidos políticos CD, PSP y FPS, elsalvador.comhttps://www.elsalvador.com/noticias/nacional/503758/cancelan-oficialmente-los-partidos-politicos-cd-psp-y-fps/. (Consulta: 13.02.2019).

[vi]GANA fue creada en el año 2010, principalmente por ex militantes del partido ARENA. Su posición ideológica se ha definido como conservadora, negociando sin embargo iniciativas populistas con la izquierda política. En las elecciones de 2014, su candidato, el ex presidente Elías A. Saca –hoy en prisión- alcanzó el tercer lugar, sin poder participar en el balotaje.

[vii]GANA tan sólo cuenta con 10 diputados en la Asamblea General y un aliado más de CD, de un total de 84, de los cuales 37 están bajo la bandera de ARENA, 23 con el FMLN y el resto con partidos aliados de ARENA.

[viii]Los hombres que arriban al poder junto con Nayib Bukele. Diario La Página[https://www.lapagina.com.sv/nacionales/los-hombres-que-arriban-al-poder-junto-con-nayib-bukele/] (Consulta: 19-02.2019)

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