El mundo desbocado y fronteras desbordadas

Mujeres que viven en condición de pobreza

Por Daniel Villafuerte Solís/Observatorio de las democracias

La organización internacional Oxfam publicó recientemente el informe denominado “Tiempo de cuidado. El trabajo de cuidado no remunerado y mal remunerado, y la crisis de desigualdad en el mundo[i]. El informe desvela el rostro de un mundo que marcha hacia la destrucción del ser humano, donde se profundiza la desigualdad y precariedad extremas, así como también las condiciones de vida miserables de miles de millones de seres humanos.

Los datos que proporciona el informe son brutales: 2 153 multimillonarios poseen más riqueza que 4 600 millones de personas (60 por ciento de la población mundial); los 22 hombres más ricos del mundo poseen más riquezas que todas las mujeres de África; el 1% más rico de la población tiene más riqueza que 6 900 millones de personas. En el otro extremo, la mitad de la población mundial vive con menos de 5.5 dólares al día (para el caso de México sería el equivalente a 110 pesos).

El lado extremo es la opulencia extrema donde una minoría rapaz acumula cada año grandes fortunas que no podrán gastar en muchas generaciones. El sustento de esta riqueza es la degradación del planeta y del ser humano. La ambición desmedida por acumular empobrece a millones de seres humanos y destruye la naturaleza. En una palabra, estamos presenciando la destrucción de la vida.

El informe de Oxfam pone sobre la mesa, de nueva cuenta, una realidad que otros estudiosos han referido: por ejemplo, el nobel de economía Paul Krugman se refirió a la sociedad del uno por ciento, y el filósofo francés André Gorz estudió la destrucción de la sociedad basada en el trabajo[ii]. Estas investigaciones destacan una sociedad global con un retroceso histórico, donde se han perdido las conquistas del movimiento obrero de mejores condiciones de laborales y de vida. Hoy prevalece el trabajo precario y el trabajo fantasma, como refirió Iván Illich[iii].

La Asociación de Mujeres Trabajadoras por Cuenta Propia de la India, que agrupa a 1.9 millones de afiliadas, considera que “la pobreza es una de las peores formas de violencia perpetrada con el consentimiento de la sociedad[iv]”. La pobreza se ha normalizado, y el sistema hace negocio con la pobreza. Los gobiernos de las potencias capitalistas han contribuido a esta enorme desigualdad y a la degradación de los recursos naturales. La minería a gran escala y a cielo abierto, la deforestación y destrucción de las selvas, la reconversión de millones de hectáreas a uso ganadero, cultivo de transgénicos, en particular la soja, las plantaciones de palma aceitera en África, Asia y América Latina, así como la contaminación de los océanos por residuos y plásticos, son ejemplos recientes.

No tenemos que ir a lugares remotos para observar lo que está ocurriendo en el mundo, México es uno de los ejemplos ilustrativos de la concentración de riqueza. Gerardo Esquivel refiere que, según el Global Wealth Report 2014, “el 10% más rico de México concentró 64.4% de toda la riqueza del país”[v]. Así mismo, con datos de Wealth Insight, señaló “que la riqueza de los millonarios mexicanos excede y por mucho a las fortunas de otros en el resto del mundo”[vi].

De acuerdo con las últimas mediciones de CONEVAL[vii], en 2018 había en el país 52.4 millones de pobres (41.9 por ciento de la población); y la pobreza extrema se estimó en 9.3 millones (7.4 por ciento de la población). En 2019, el ingreso laboral, de acuerdo con CONEVAL[viii], a precios constantes de 2010, osciló entre 1 650 y 1819 pesos mensuales, esto equivale a 60 pesos al día, inferior al promedio mundial estimado por el Banco Mundial en 5.5 dólares al día (para el caso de México sería el equivalente a 110 pesos).  ¿qué familia puede vivir con ese ingreso cuando un kilo de tortillas cuesta 15 pesos y un casillero de huevos 60 pesos?, que cuando se tiene un sistema de salud quebrado que si corres con suerte ingresas al hospital, pero sin derecho a medicamentos o pieza ortopédica que en el mercado te cuestan una fortuna.

Los hospitales en México están atestados, todos los días son largas filas esperando una ficha para acceder a una consulta; la sala de urgencias está llena, la gente espera para su revisión y que le digan si su caso es urgente. Un ejemplo: en el hospital del ISSTE, en Tuxtla Gutiérrez, se lee: “una urgencia real es aquella que pone en peligro a muy corto plazo o riesgo inminente de muerte; como un infarto al miocardio, obstrucción aguda a las vías aéreas, una herida sangrante (aclaro difícil de contener), amenaza de aborto o parto prematuro, enfermedad hipertensiva del embarazo, envenenamiento, mordeduras de algún animal venenoso, abdomen agudo, accidente automovilístico, y mucho más”. “Otra es la urgencia sentida, en esta no hay peligro de muerte inminente”, ¿se puede saber a ojo de “buen cubero” si no es una urgencia? Hay muchos pacientes que llegan en silla de ruedas, con cuadros de diabetes o cáncer, pero estos no son urgencias “reales”, solo “sentidas”, como si el ser humano no supiera que su vida corre peligro, que sus días están contados.

El dolor humano no conmueve al personal médico ni a la burocracia, el carácter inmunitario de los médicos, la pasividad, el desprecio, la negligencia es la característica de la atención hospitalaria. Frente al dolor desesperado de los “pacientes” o de los familiares, se advierte, le será aplicado el artículo189 del Código Penal Federal, capítulo IV (delitos cometidos contra funcionarios públicos, que pueden merecer hasta 6 años de cárcel). El cartel de advertencia está colocado en la ventanilla de la sala de urgencias del ISSTE, que en la parte superior dice “en caso de agresión física o verbal por parte de un derechohabiente o familiar”. Bajo esta amenaza se entiende que el “paciente” tiene que ser paciente, aguantar el dolor, el sufrimiento, la desesperación, y quizá resignarse a no ser ingresado porque su caso no es una urgencia.

Frente al dolor humano, tenemos los escándalos de corrupción, que en México han llegado a niveles de escándalo: fraudes fiscales, devolución de cantidades exorbitantes de impuestos de un grupo de empresarios; alteración de contratos de obra pública, compra y venta de bienes públicos de manera fraudulenta. Este asalto a los recursos públicos se llevó a cabo mediante un fino tejido jurídico, a tal grado que el gobierno de la 4T no ha podido judicializar a muchos funcionarios, líderes sindicales y empresarios que se cobijan con el pretexto del “debido proceso”, un recurso de doble filo inventado por la mafia jurídica al servicio del poder constituido.

En medio de las enormes desigualdades sociales y de la escandalosa pobreza, las fronteras en el mundo han crecido después de la caída del muro de Berlín, que anunciaba un mundo libre y lleno de felicidad (El Fin de la Historia, decía F. Fukuyama), donde la libertad de decidir y el libre tránsito serían los nuevos ejes del capitalismo globalizado. Hoy los muros separan pueblos y países: Israel, Estados Unidos, España, Turquía, sólo por citar algunos ejemplos, han construido muros y vallas de contención. El Mediterráneo se convirtió en un enorme cementerio para migrantes africanos y del Oriente Medio que huyen de la violencia y de las guerras de intervención que alimenta la industria armamentista, ahora especialmente en Siria.

En 2017, el número de migrantes en el mundo era de casi 258 millones, de estos, 48.4 por ciento eran mujeres[ix]. A finales de 2018 había en el mundo casi 21 millones de refugiados, de estos 6.2 millones en África; 4.2 en la región Asia y Pacífico; 6.1 en Europa, de los cuales 3.7 millones estaban en Turquía[x], esto se explica porque Turquía funciona como “tercer país seguro”, a cambio ha recibido de la Unión Europea poco más de 6 mil millones de dólares.

En México las fronteras sur y norte se convirtieron en panópticos desde donde se observa y se controla a los migrantes, en el sur se les detiene y se les deporta, algunos recurren al mecanismo del refugio, en 2019 el número de solicitudes de refugio fue de 70 302, de las cuales 42.7 por ciento fue de hondureños. Las cifras irán en aumento, enero de 2020, por ejemplo, la cifra de solicitantes de refugio ascendió a 5 936 (50 por ciento más que en enero de 2019), de estos 40 por ciento correspondió a hondureños; 1 125 de estas solicitudes fueron de niñas, niños y adolescentes.

El gasto para reforzar las fronteras es insultante, el presidente D. Trump ha desviado recursos del Pentágono para construir el muro fronterizo. Su gasto militar es francamente de horror frente a la penuria de millones de personas en el mundo, en 2018 el presupuesto militar de Estados Unidos fue de 649 000 millones de dólares, cifra que supera por tres al de China[xi]. Los conflictos en regiones como el Medio Oriente y en otras partes del mundo, junto con la pobreza y la violencia de Estado están haciendo aumentar la migración internacional e interna.

La enorme concentración de la riqueza en el mundo se corresponde con la pobreza y la precariedad laboral en el planeta.La Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que “más de 470 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso adecuado al trabajo remunerado como tal o se les niega la oportunidad de trabajar el número de horas deseado”[xii].

La información muestra el punto en el cual el sistema-mundo ha creado demonios que no puede conjurar. Es un sistema perverso, destructivo, que está acabando con los recursos naturales y con la vida de millones de seres humanos. El hambre y las enfermedades acompañan el crecimiento de la riqueza de un puñado de multimillonarios en el mundo, donde México aporta su cuota.

El hiperconsumo es la fuente primordial de acumulación de capital, el capital financiero se encarga de acicatear el consumo hasta de los que menos tienen. Se inventó el crédito al consumo, los microcréditos, las casas de empeño, etc., para mantener y reproducir a escala ampliada el consumo y agrandar las fortunas de los grandes capitalistas. Como ha dicho Bauman[xiii], “se ha perdido la posibilidad de encontrar un atajo que conduzca a un mundo más habitable para los seres humanos”.

[i] Oxfam, 2020. Tiempo para el cuidado. https://oxfamilibrary.openrepository.com/bitstream/handle/10546/620928/bp-time-to-care-inequality-200120-es.pdf

[ii] Miserias del presente, riqueza de los posible. Buenos Aires: Paidós

[iii] Obras reunidas, II.  2008. México. Fondo de Cultura Económica.

[iv] Oxfam, 2020, p.5.

[v] Esquivel, Gerardo. 2015. La desigualdad extrema en México. Oxfam México, p. 7

[vi] Ibid.

[vii] CONEVAL. Medición de la pobreza. https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/PublishingImages/Pobreza_2018/Cuadro_1_2008-2018.PNG

[viii] CONEVAL. Ingreso Laboral Per cápita Nacional. https://www.coneval.org.mx/Medicion/Documents/ITLP-IS/2019/4T2019/ITLP_Nacional_y_estatal_febrero_2020.pdf

[ix] OIM. 2019. Migration Data Portal. https://migrationdataportal.org/data?i=stock_abs_&t=2017, consultado el 01 de julio de 2019.

[x] ACNUR. 2019. Tendencias globales de desplazamiento forzado en 2018. file:///C:/Users/Daniel/Documents/DESPLAZADOS%20CentroA-Chiapas/Tendencias%20globales%20de%20desplazamiento%20forzado-2018.pdf

[xi] SIPRI (2019). SIPRI Fact Sheet, April 2019. Trends in World Military Expenditure, 2018. Solna, Suecia. https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/fs_1904_milex_2018.pdf

[xii] OIT, 2020. Perspectivas sociales y del empleo en el mundo. Tendencias 2020. Resumen Ejecutivo, p. 2. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_734481.pdf

[xiii] Bauman, Zygmunt. 2010. Mundo consumo. Buenos Aires: Paidós, p. 45.

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