COVID-19: Que pasa en el campo…?
Por Guillermo Jiménez Ferrer/Investigador (Ganaderia y Cambio Climático) ECOSUR.
gjimenez@ecosur.mx
El cambio climático y la actual pandemia del COVID-19 han sido fenómenos de graves efectos y consecuencias en la población mundial. Las constantes sequias, huracanes, nevadas e inundaciones, hoy se acompañan de más de 4 millones de casos confirmados de COVID-19 y más de un cuarto de millón de muertes en todo el mundo desde que inició esta pandemia ( i). Los casos en el mundo siguen aumentando, ahora especialmente en América Latina. Estados Unidos tiene más casos que cualquier otro país, con más de 80 mil muertos al 12 de mayo, Brasil llega a 12 mil muertes y México es muy probable que tenga cerca de 5 mil fallecidos en los próximos días.
Así, la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 ha evidenciado aún más, el impacto ambiental de la sociedad, la fragilidad de la economía mundial y el modelo neoliberal y la falta de una clara estrategia global sanitaria por parte de la OMS (Organización Mundial de la Salud). También se han evidenciado los débiles programas sanitarios de los países desarrollados (USA, Francia, UK) y pobres como Brasil, Perú, Colombia y México. Sin duda, también ha hecho emerger nuestros “ángeles y demonios” debido al aislamiento necesario (#quédate en casa).
A pesar de la amplia cobertura informática por los canales oficiales de comunicación y la que inunda en las redes sociales, todavía no hay información robusta que permita comprender lo que está pasando en el campo mexicano. En este contexto de pandemia, es urgente analizar cuales están siendo los efecto del COVID -19 en el sector rural de México. Antes, es pertinente abordar algunos temas relacionados con la pandemia. Los orígenes. Se sabe que las enfermedades infecciosas emergentes como el actual COVID -19 siempre han estado presentes en la historia del hombre. La peste bubónica a mediados del año 1300, la gripa española a principios del siglo xx, y más reciente el HIV/AIDS, SARS, MERS y EBOLA han causado la muerte de millones de personas.
Hoy se reconoce que la ruptura del equilibrio entre la actividad humana y la naturaleza son factores determinantes en estas pandemias. La ONU ha hecho énfasis en la deforestación y el cambio del uso del suelo, los sistemas agropecuarios extensivos, el comercio ilegal de la vida silvestre, la presencia de resistencia antimicrobiana en humanos y animales por el uso desmedido de antibióticos y el cambio climático, como factores principales que han aumentado el surgimiento de zoonosis (Enfermedades transmitidas de animales a humanos) (ii).
Se sabe que un coronavirus es el causante de la enfermedad SARS-2, el cual dio origen a esta pandemia. Sin embargo, es necesario precisar que existen muchos coronavirus que han causado enfermedades en animales ( p.e. cerdos y vacas) y que ahora afectan a los humanos. Comúnmente, otros coronavirus «normales» en el ambiente, causan síntomas de resfriado y gripes en personas de todas partes del mundo. Cuál ha sido la cadena de transmisión? Por ejemplo, el síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y el síndrome respiratorio de oriente medio (MERS) son enfermedades en humanos, como el SARS-Cov-2 (COVID 19) y hay evidencias científicas que indican que estas enfermedades surgieron debido a un proceso de transmisión de coronavirus entre – ciertas especies de murciélagos, de camellos, civetas y de humanos – intermediando un espacio social como los “mercados húmedos”. Se ha precisado que el lugar donde comenzaron los casos de COVID 19 fue en el “mercado húmedo” de la ciudad de China de Wuhan.
Importante atención han tenido estos “mercados húmedos”, lugares donde la población puede comprar alimentos, carnes y animales vivos y debido al mercadeo de animales muertos en sitios con alta densidad de población, son espacios idóneos para la transmisión de estos coronavirus.
Necesario resaltar, que se ha difundido un señalamiento de culpabilidad y ataque dirigido principalmente a los murciélagos, los cuales han sido causantes en la China para la transmisión de los coronavirus. (iii). Sin embargo, a pesar de esta cadena ecológica de transmisión en donde el murciélago juega un papel clave, es necesario precisar que no podemos generalizar y propiciar el combate de esta especie debido a su importancia ecológica y ambiental en muchas regiones agrícolas del mundo, incluyendo México y estados como Chiapas. Además, no es ético señalar culpables a países, a personas o ciertas especies, puesto que esto sólo genera racismo, homofobia y discriminación. Hay muchos antecedentes respecto al impacto de los coronavirus en la producción animal y en los animales domésticos. Productores porcinos se han enfrentado contra el virus de la diarrea epidémica porcina (DEP) y el virus de la gastroenteritis transmisible (GET). Importante considerar que la gran mayoría de estos coronavirus son específicos a una propia especie y que no se han transmitido estas enfermedades a humanos o en otras especies diferentes de las originales (iv).
Que está pasando ¿?. Sabemos que el coronavirus que causa el COVID 19 proviene de una cadena de transmisión en donde los animales silvestres son parte importante Sin embargo, no hay indicios de que afecte a animales que producen carne o leche como los bovinos, especies menores como los ovinos y caprinos, aves y porcinos. Se sabe muy poco si hay efecto en la salud de otros animales domésticos de trabajo, como caballos y mulas.
A principios de este año (2020) se reconoció el efecto del COVID-19 en animales domésticos, principalmente en los gatos. Uno de los efectos iniciales de esta pandemia sobre los animales domésticos ha sido el sacrifico o el abandono de estos. Aunque no tenemos datos serios de esto en México, la OMS ya alertó sobre este problema, lo cual sucedió en China en España e Italia y seguramente está pasando en USA. Actualmente se ha confirmado de la presencia del SARS-CoV-2 en gatos y su efecto en las vías respiratorias, más no se ha confirmado la transmisión a humanos. Por el contrario, experimentos para evaluar presencia y efectos de este virus en perros, ganado bovino, cerdos, pollos y patos, demostraron inicialmente tener “poca susceptibilidad” y no estar en riesgo (v).
En cuanto a la producción y abasto de productos para la alimentación humana, se observan serios efectos. Por ejemplo, en USA, el país de América que más ha sido afectado por el COVID-19, ha cerrado grandes procesadoras de carne debido a brotes de COVID-19 entre los trabajadores de las plantas, por su trabajo “codo a codo”. Se estima que el sacrificio de ganado bovino en este país ha disminuido en un 32 % y la matanza de cerdos en un 30 %. , afectando a la población laboral, al mercado y al abastecimiento de la población (vi).
Por ahora, lo observado en Chiapas ( México) muestra una “ruptura relativa” en las cadenas de suministro de insumos y alimentos básicos principalmente para las familias locales. En muchas zonas campesinas e indígenas, a pesar de tener capacidad para autoabastecerse, el “#quédate en casa” ha originado estrategias comunitarias para evitar el contagio. Por ejemplo, en la zona de Cañadas en el municipio de Ocosingo (Chiapas), se pronostica un aumento en la superficie sembrada de maíz y frijol, debido a presencia de lluvias tempranas y abundantes, al retorno de población migrante y su imposibilidad de movimiento a zonas urbanas como Palenque, Cancún y USA.
Asimismo, se han masificado acciones comunitarias como el uso controlado de entradas y salida de la población de sus localidades mediante garitas y guardias sanitarias. Se han formado comisiones de jóvenes para la compra de alimentos e insumos, renta colectiva de transportes, promoción de cuarentenas a la población que ingresa a las comunidades.
Sin embargo, la pandemia está golpeando la frágil economía campesina. Esta ha propiciado también un aumento en el costo de la carne, huevos, azúcar, detergentes, medicinas, bebidas como los refrescos y cerveza, y la gasolina. En este contexto y a pesar de una desconfianza y desconocimiento de los efectos de esta pandemia por la población de esta zona, se aprecia una amplia cobertura de información derivada del uso de internet y red telefónica. El efecto de esta pandemia en zonas urbanas y periurbanas también ha mostrado la importancia de la producción local de alimentos y de mecanismos comunitarios urbanos para abastecerse de alimentos y servicios y romper la dependencia de tiendas o supermercados de grandes cadenas corporativas.
Por ejemplo en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, ha sido de gran importancia el abasto de frutas, hortalizas, quesos, pan, por parte de productores y artesanos locales, muchos de ellos con prácticas agroecológicas y orgánicas y con áreas de venta colectivas como los tianguis localizados o con suministros directos en casa. En estos tiempos como antes, pero ahora más evidente, es necesario promover nuevas prácticas productivas, de transformación, consumo y de relaciones humanas. En el próximo espacio, las comentaré.
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- Johns Hopkins University. 2020. https://coronavirus.jhu.edu/map.html
- Weber, M. 2020.Ecología de enfermedades, biodiversidad y salud humana. Webinar SEMARNAT/ECOSUR, 12/05/2020
- Palacios et al 2020. COVID-19, a worldwide public health emergency. Revista Clinica Española. https://doi.org/10.1016/j.rce.2020.03.001
- Daly, R. 2020. COVID-19 and Livestock: Is there a connection? https://www.dairybusiness.com/covid-19-and-livestock/
- McNamara, et al 2020. A Critical Needs Assessment for Research in Companion Animals and Livestock Following the Pandemic of COVID-19 in Humans. Vector Borne and Zoonotic Diseases. https://doi.org/10.1089/vbz.2020.2650
- Nepveux,M. 2020. Pandemic Disrupts Processing Capacity, Drives Slaughter Numbers Down. https://www.fb.org/market-intel/pandemic-disrupts-processing-capacity-drives-slaughter-numbers-down
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