Crisis económica, Covid-19 y la moral del poder: la sociedad mexicana y sus laberintos

Managua, Nicaragua. Foto: Nicaragua Investiga

Por María del Carmen García Aguilar/ODEMCA-UNICACH

La crisis económica y la pandemia Covid-19 desvelan los laberintos de una sociedad atrapada entre el miedo y el poder como su cura. Ambos elementos impulsan el fugaz atrapamiento colectivo para, de manera inmediata, transitar hacia el espacio del poder, diferenciado y funcional, que disocia ante la búsqueda de enemigos; su comprensión exige situarse en el campo relacional entre sociedad y política, desde la desigual dotación de capitales materiales y culturales y sus tensiones paradójicas con el poder instituido. Si esta perspectiva analítica es afirmativa, la conjunción de ambos acontecimiento, recesión económica y pandemia, se reducen a “medios” de un juego aberrante que desvela su potencia destructiva en el espacio público que, como tal, es o debe ser de la sociedad y no de un segmento o fracción de esta.

Entre el marasmo de interpretaciones sobre el carácter y la naturaleza de ambos acontecimientos, que son globales, es posible registrar lecturas sustentadas que cuestionan la sobrevivencia del sistema capitalista neoliberal por inhumano y destructor irrefrenable del medio ambiente[i]. La prescripción y el horizonte se reducen a un poscapitalismo que apuesta por la asociación o la disociación. La sociedad mexicana está convocado a esta lectura, pero tiene de suyo un contexto político que le dota de un sentido preciso. Hoy el poder político está en manos contrarias a quienes le tuvieron, para no ir más lejos, durante cinco sexenios, tiempo suficiente para la construcción de lo que hoy es el sistema político mexicano: un sistema corrupto, mercantilizado, mafioso y violentamente dependiente de Estados Unidos. La pérdida del poder político no es una cosa menor porque ocurrió con el vector que hizo posible la legitimación del poder hoy perdido: la democracia representativa.

La intensificación del desprecio hacia la “masa” ciudadanizada por un reducido grupo de intelectuales orgánicos o clientelares a ese régimen político hecho mercado, se vehicula en el odio indescriptible hacia quien hoy es Presidente de la República. Y debe quedar claro que esto no tiene nada que ver con el ideal de Ortega y Gasset, de una minoría hispanoamericana selecta por su “excelencia”, para, como dice Maestre (2001: 35)[ii], “completar y en algunos casos desarrollar, la gran tarea hecha por el pueblo (no la masa)”. En este momento y lugar no está en juego ningún principio ético que apele al sentido libertario de la sociedad, es el odio y el mal sin más. Ningún mexicano ignora quienes son los dueños de los poderes mediáticos, y de la riqueza que ostenta su elite; por ello, todos entendemos que, previo al triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la Presidencia de la República, la andanada mediática contra su gobierno no tiene fin.

La crisis económica y la Covid-19 se han intentado politizar afanosamente para cuestionar y domesticar un poder de Estado que tiene tras de sí la responsabilidad de conducir un país llevado a la deriva. La decisión del gobierno de despolitizar el tratamiento de la pandemia para tornarlo un problema bajo el control y la regulación de especialistas y científicos, del que emanan las decisiones de Estado, irrumpió la desesperada idea de hacer de la pandemia, pero también de la crisis económica por parte del sector empresarial, el “tiro de gracia” a un gobierno que simplemente no se le soporta. Persiste el cometido porque hasta ahora no se llegan a consensos agónicos. El golpeteo continúa esperando el paso del tiempo ganar seguidores. Y los tiene, y puede tender a crecer, porque como en su momento lo expresó Sartori (1994)[iii], la democracia gana, pero el mercado “gana todo”, gana a la política, pero también a la sociedad.

La columna de Álvaro Cueva “las verdaderas cifras del covid-19”[iv], sintetiza una parte ya no tan oscura de “los periodistas y “amigos” que hoy gritan en “la radio o dando de manotazos en las redes sociales exigiendo verdades, renuncias y todo lo que exigen hoy”, interrogándose “¿Qué culpa tiene el público de sus rencores personales?” “¿Será que les incomoda que no les den por su lado ni en datos, ni en tono ni en su escala de valores? ¿Qué ganarían si hubiera más muertos?”, para concluir: “el problema con el covid-19 no son las cifras, es la comunicación, infodemia, el analfabetismo mediático”.

Muchas de estas preguntas son válidas para el conjunto del segmento de la “excelencia” mexicana a la que el Estado neoliberal le hizo saber que México “es un país de ricos” con tan sólo obviar que se le vende, y obviar también a ese México que se desgarra en la pobreza y la precariedad, o entendérsele en su incompletitud y exigírseles que se modernice y se globalicen aunque sea migrando, al fin que, como dice Debord (2010)[v],  la “verdad de esta sociedad -moderna- no es otra cosa que la negación de esta sociedad”.

¿Qué le significa a la sociedad mexicana la recesión económica mundial y el covid-19? ¿Cómo se hará frente a las proyecciones de desempleo dramático generadas por la crisis económica? ¿Qué le significa a México la declaración de la ONU sobre la naturaleza de la crisis sanitaria mundial nunca vista en la historia de este organismo? ¿Interesa a la “excelencia” el destino del Otro México? ¿Qué le dice la sociedad a la informalidad y los riesgos inevitables de sucumbir al covid-19, y a la violencia sin más? ¿Importa que los costos, como en las sucesivas crisis, lo pague la población mayoritaria?

Limpiar la casa es la primera tarea, y más allá de deshojar las cargas de culpa y enredos de la moral del poder, y los deseos que ocultan, resulta imperativo sostener una práctica abierta al debate, bajo el principio más elemental que nos define como humano: la vida y no la destrucción de ésta. Y esta batalla es real, como también lo es ese individualismo altanero que invoca a mí lo mío y con los míos.

[i] Ramonet, Ignacio, 2020. “La pandemia y el sistema-mundo”. La Jornada, 25 de abril. https://www.jornada.com.mx/ultimas/mundo/2020/04/25/ante-lo-desconocido-la-pandemia-y-el-sistema-mundo-7878.html, consultado el 30 de abril de 2020; National Intelligence Council, 2008. Global Trends 2025: A transformed World. https://atlanticcouncil.org/wp-content/uploads/2008/11/Global-Trends-2025.pdf, consultado el 17 de mayo de 2020; OMS, 2020. Report of the WHO-China Joint Mission on Coronavirus Disease 2019 (COVID-19). 16-24 February 2020 . https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/who-china-joint-mission-on-covid-19-final-report.pdf?sfvrsn=fce87f4e_2, consultado el 18 de abril de 2020.

OMS, 2020. Respuesta a la COVID-19. Proyecto de resolución, 73 asamblea,18 de mayo. https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA73/A73_CONF1Rev1-sp.pdf, consultado el 21 de mayo de 2020.

[ii] Maestre, Agapito (2001). “Democracia de calidad o autocrítica del demos”, en Metapolítica, Volúmen 5, julio/septiembre, 2001, pp.34-49.

[iii] Sartori, Giovanni. (1994). La democracia después del comunismo. España: Alianza Editorial.

[iv] Cueva, Álvaro. “Las verdaderas cifras del covid-19”, Milenium Opinión, 24 de mayo, 2020.

[v] Debord, Guy (2010). La sociedad del espectáculo. España: Pre-Textos.

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