Un mundo sin humanos

Un zorro en Londres. Foto: CordonPress/nationalgeographic.com.es

Por Santiago Mena Evangelista (12 años)

Estudiante de primero de secundaria del Pequeño Sol, San Cristóbal de Las Casas, México.

Para: Angélica, Isaac, Alfonso, Gabriela, Miguel, Alain, Carlos, Tim, Ricardo, Daniel, Horacio, Danna, Diego, Luisa, Leonardo, Cristina, Ivonne, Cecilia, Dora, Ángel, Carlos Enrique y Abraham.

 

En mi secundaria nos propusieron desarrollar un trabajo de investigación y elegí uno que hable de lo que hoy vivimos con el Covid-19, pero además en donde conozca qué opinan otras personas al respecto. Seleccioné a un grupo de niñas, niños y adultos que me conocen, para consultarles lo que pasaría si los humanos desaparecieran. Como nadie ha visto esta catástrofe les pedí que lo imaginaran y reflexionaran sobre este tema en particular.

Antes de que iniciara el contagio del virus, mi maestro de español e historia nos informó acerca del coronavirus Covid-19 y simultáneamente mi familia me advirtió sobre las crisis que la pandemia podía traer a México. He escuchado por internet las presentaciones del subsecretario Hugo López Gatell y también compartí información con mis compañeros de El Pequeño Sol, del Tae Kwan Do y de la escuela de inglés a la que asistía todos los sábados. Pocos de ellos creían de la importancia del virus y de las medidas de distanciamiento social y dudaban de lo que yo decía. Entonces llegó lo que nadie quería. Ese virus llegó a México. Empezó a generarse mucha desinformación y me empecé a asustar y pensar que me iba a morir por esa enfermedad, incluso pensé que mis seres queridos morirían por este horroroso virus.

Platicar con mi familia y escuchar las conferencias de López Gatell me informaron y aclararon algunas de mis preguntas. Aunque me surgieron otras incógnitas y entonces aproveché mi trabajo escolar para crear un cuestionario conformado por cuatro preguntas inspiradas en los libros “Los próximos inquilinos” de Arthur C Clarke y los cuentos “Eric” y “El búfalo de Agua” del libro cuentos de la periferia escritos por Shaun Tan .

Las cuatro preguntas las envié por correo electrónico y por WhatsApp a mis profesores, médicos y amigos de la familia. No todos contestaron, pero sí lo hicieron 22 personas (14 hombres y 8 mujeres) con un promedio de edad es de 36.3 años, la mayoría son de la Ciudad de México y de Chiapas y la minoría de otros estados y países. Casi todos son médicos, profesores, estudiantes y ¡hasta un teólogo!

A la primera pregunta ¿Piensas que el mundo sería mejor sin humanos? Algunos piensan que el mundo estaría mucho mejor sin nosotros y no tienen duda alguna. Aseguran que los humanos somos una especie de plaga de que todo lo que tomamos lo destruimos. Dicen que somos egoístas y dueños del planeta y estamos viviendo una enorme lección y esperan que aprendamos y cambiemos. Algunos no piensan mucho en eso, porque creen que en el momento que los humanos salgamos de este mundo, el planeta dejará de ser importante. Lo que sí están seguros es que el mundo seguirá existiendo después de los humanos. Me gustó la idea de que el planeta se ha hecho hermoso y bello también gracias a la presencia humana, aunque me preocupa la idea de que nos consideremos como una especie “peligrosa” para el equilibrio de la hermana-madre Tierra porque y nos creemos dueños y amos de este “jardín” que algunos consideran es obra de Dios. En resumen, las personas a las que entrevisté consideran que los seres humanos somos capaces de lo mejor (como las artes, la música, la pintura, la poesía) y de lo peor (como la crueldad para hacer sufrir al prójimo y las criaturas de este hermoso planeta).

La segunda pregunta fue ¿Cómo sería un planeta sin humanos? Algunas perdonas consideraron que sin los humanos el planeta sería un jardín enorme, bello y tranquilo, pero sin vida. Otros piensan que el universo no nació para satisfacer a los humanos sino somos parte de él. Hay quien aseguró que, si la humanidad consumista no cambia sus actuales pulsaciones civilizatorias, esta especie se extinguirá pronto sin remedio. Creen que un mundo sin seres humanos sería triste, pues faltaría la belleza de la palabra, los gestos de ternura y la creación de conocimientos que al pasar de las décadas vamos enseñando a las nuevas generaciones. Me pidieron imaginar que si no estuviéramos los humanos no habría estructuras, casas, templos ni pirámides. No habría caminos ni asentamientos humanos, ni avances en la comunicación, la escritura y el lenguaje. Ni siquiera hubiéramos vivido las revoluciones experimentadas en las era de la piedra, metales o la revolución industrial y digital. Aunque aseguraron que sería un mundo muy solitario, quizá la tierra se vería como un vergel, aunque las plantas y los animales domésticos se la pasarían muy mal. Me sugirieron pensar que el planeta ya ha estado sin nosotros y se la ha pasado muy bien, y que si desapareciéramos los animales empezarían a poblar la tierra y serían los reptiles y las aves, hasta llegar a ser los simios la próxima raza dominante. En resumen, la tierra no necesita de nosotros para existir, pero nosotros sí la necesitamos a ella.

La tercera pregunta fue ¿Qué consecuencias habría si desaparecemos o nos quedemos en casa? Una respuesta que me gustó fue que nos perderíamos de la vida en el exterior y así poder disfrutarla y aprender de la tierra. Me hicieron considerar que el planeta tiene su propia vitalidad y no necesita de nosotros. Otros piensan que si desaparecemos las consecuencias serían terribles para el equilibrio de la vida. Pero hay algunas personas que les entristece la idea de desaparecer. Aunque otras aseguran que si desaparecemos como especie en el futuro (que no lo deseamos, pero es una probabilidad) el planeta y el cosmos seguirán su camino hacia otras formas de vida en los organismos microscópicos y las especies vegetales y animales, hasta la aparición de la conciencia. Me hicieron que imaginara que tal vez nuevos seres lleguen a ese momento de “explosión de la vida” en donde nazca de nuevo la palabra, la conciencia y el amor. Me gustó que hay quienes consideren que si desaparecemos gradualmente hay personas que nos extrañarán porque nos quieren cerca y aprecian nuestra compañía, por eso es conveniente permanecer en casa, aunque no niegan que los daños por quedarse en casa serán económicos, políticos, culturales y sociales. Por último, muchos coinciden que nuestras formas de vivir cambiarían, pero reaprenderemos a convivir y a sobrevivir de formas diferentes, ya que en la actualidad no estamos preparados para estar quietos, ni para estar con nosotros mismos. Me invitaron a que demos importancia a la quietud, a no vivir muy aprisa, a evitar distraemos en pensar siempre en el trabajo y en actividades que siempre nos saturan, para así entregarnos a la tranquilidad y la conexión con nosotros mismos. Una idea que rescato como la más valiente es que en estos momentos de la pandemia es importante cuidarnos todas y todos, sobre todo atendiendo a las personas más vulnerables, comenzado por las abuelas y abuelos, así como las personas enfermas y las más frágiles de salud. Si nos quedamos en casa en la primera oleada de la pandemia se salvarán algunas personas al no colapsar los hospitales.

La última pregunta fue ¿Crees que los humanos pueden ser capaces de revertir el daño que le han hecho a la naturaleza? Algunos piensan que sólo los humanos podrían revertir el daño causado a la naturaleza durante el periodo de la historia en que el hombre ha sido la especie dominante. Afirman que la ciencia y la creatividad humana son asombrosas para crear o destruir, si aprendemos de nuestros errores y ¡aprenderemos a usar la ciencia para ser parte del universo! Sin embargo, otros piensan que tristemente, si el ser humano no cambia vendrán otras pandemias todavía más agresivas y causarán mayores daños a la humanidad. Eso sí, todas las personas entrevistadas están de acuerdo que la humanidad tiene un reto que ya no puede dejar para más adelante: cambiar nuestro modo de vida marcado por el querer comprar todo, produciendo más y más desperdicio como el plástico, talando los bosques, secando los ríos, haciendo explotar las montañas y los cerros para sacar minerales. El reto es claro, hay que cambiar muchos hábitos, en donde evitemos consumir productos que hagan que se corten los árboles, que se lastima la tierra, se saquen los minerales para hacer lo que los humanos necesitamos.

Es claro que no tengo una conclusión exacta y contundente porque nadie la puede tenerla. Pero pienso que si el ser humano no cambia, no podrá conservar este mundo por mucho tiempo y es urgente cuidar el planeta, así como cuidarnos y cuidar a nuestros seres queridos.

Todos los puntos de vista presentados son la hipótesis de que nada está asegurado y entonces lo único que podemos hacer es dejar de ser una civilización muy consumista y egoísta. Debemos dejar de creer que el mundo es solo para nosotros y nadie más. Debemos dejar en paz a los animales y dejar de destruimos sus hábitats para nuestro beneficio.

Una de las personas entrevistadas me preguntó “Tú como niño mexicano, ¿cómo ves el futuro del planeta?”. Mi respuesta es: como niño mexicano te respondo que el futuro del planeta está ligado con el futuro de la humanidad y sus actos. Pienso que debemos parar con los hábitos contaminadores como el fabricar y comprar cosas que no nos sirven para mucho. Hay que aprender a señalar las actitudes individualistas e inconscientes que no van a parar, si no cambiamos nuestros propios hábitos. El futuro del planeta y la humanidad está ahora en nuestras manos.

Este es el momento de reflexionar el daño que hemos hecho y revertirlo para que en un futuro tus hijos, yo y mis amigos vivamos en un mundo mejor.

Un comentario en “Un mundo sin humanos”

  1. María Carrascosa Fernández
    6 mayo, 2020 at 18:40 #

    Gracias Santiago por compartir tu trabajo. Me regalaste un gran reflexión para compartir con mi hijo. ¡Felicidades!

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