A diez años del nombramiento del Parachico como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Fotografía: Julio Cesar Aguilar Suárez

Por Julio Cesar Aguilar Suárez

En la quinta sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial realizado del 15 al 19 de noviembre de 2010 en Nairobi, capital de la República de Kenia, la UNESCO nombra Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad al Parachico, una petición encabezada por el entonces gobernador del estado Juan Sabines Guerrero y secundada por el presidente municipal de Chiapa de Corzo Mariano Aguilar, a solicitud de un puñado de empresarios que ven en nuestra fiesta una mercancía que puede generar muy buenas ganancias.

Es así que sin informar y consultar a la población, lograron obtener la firma de algunos ciudadanos representativos de Chiapa de Corzo, con el engaño de que esta actividad ritual ayudaría económicamente a la población y a la salvaguarda de nuestras tradiciones.

A diez años del nombramiento del Parachico como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, los chiapacorceños aun no vemos en que nos haya beneficiado; al contrario, una fiesta de carácter religioso y comunitaria la convirtieron en un espectáculo para el turismo.

Es claro que todos los que participamos en esta manifestación cultural somos utilizados para generarle a la industria turística grandes ganancias, mientras tantos nosotros los poseedores, los que hacemos posible tal actividad no vemos ni un peso de esos recursos.

Como desde hace 500 años los pueblos siguen siendo despojados de su riqueza, a falta de oro y piedras preciosas ahora ponen los ojos en sus paisajes naturales y expresiones culturales, convirtiéndolas en mercancía.

Ayudados por los medios de comunicación oficiales y algunos particulares como Televisa y TVAzteca la industria del turismo nos venden como espectáculo, resaltan la magia de doña Maria de Ángulo, los colores de la fiesta, la algarabía y nuestros sabores; nos muestran como piezas de museo, como objetos raros y exóticos.

 

Fotografía: Julio Cesar Aguilar Suárez

A diez años de esta imposición estos son los saldos para el pueblo de Chiapa de Corzo:

El despojo del verdadero nombre de nuestra fiesta: En Chiapa de Corzo todos la conocíamos como “FIESTA DE ENERO” y hoy por cuestiones de mercadotecnia los medios de comunicación, las empresas  de turismo y el gobierno con sus secretarias de cultura, turismo y economía la venden como “La Tradicional Fiesta Grande de Enero”.

A partir del nombramiento del Parachico como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, ya no es solo de los chiapacorceños, ahora también le pertenece al gobierno del estado, a los medios de comunicación, a las empresas de turismo, a las refresqueras y cerveceras.

 Utilizan nuestra fe, nuestro jubilo, nuestra danza, nuestros colores, nuestros sabores para vendernos, por eso los medios de comunicación como televisa y TV azteca en sus programas resaltan esos elementos, convierten una leyenda en telenovela y pretenden con eso desconocer nuestro pasado indígena, nos ponen en un aparador como objetos y desconocen nuestro carácter de sujetos.

De la gran cantidad de dinero que esta fiesta genera, ni un peso es destinado a los legítimos poseedores de esta manifestación cultural, no se ven mejoras en los servicios básicos, no se nota el mejoramiento de la infraestructura urbana, ni un peso se utiliza para mejorar nuestra  ciudad, con decirlo todo, ni para lavar las calle queda. ¿a donde se va todo el dinero que se genera?

Las empresas cerveceras han convertido a nuestro pueblo en la cantina más grande del estado donde los jóvenes solo vienen a embriagarse y a echar desmadre.

El aumento del comercio ambulante (foráneo) obstaculiza el paso de las procesiones y de los danzantes durante la fiesta, las calles se convierten en baños públicos, se generan toneladas de basura que posteriormente llega a parar al cause del rio Grijalva.

El saldo de diez años como Patrimonio Cultural de la humanidad es grave, el riesgo de que el carácter ritual de nuestra fiesta de enero se pierda es muy alto, por eso el pueblo de Chiapa de Corzo debe rescatar el verdadero sentido de su fiesta y poner un alto a los saqueadores con piel de oveja y no hacer caso del canto de las sirenas.

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