A la memoria de Walda Barrios, antropóloga feminista socialista guatemalteca

Hoy quienes formamos parte de los movimientos de mujeres y feministas, docentes, estudiantes, la academia y la investigación en general, en Chiapas y en Centroamérica, estamos de luto por el lamentable fallecimiento de Walda Barrios, una de las pensadoras feministas centroamericanas más significativas del siglo XX y XXI.

Sus caminos se entretejieron conmigo desde mi infancia, así como sus viajes se entrecruzaron con las redes intelectuales, políticas y amistosas que existen entre Chiapas y Guatemala. En 2016, y de nuevo en 2018, viajé a Guatemala con el fin de entrevistarla para mi investigación sobre la historia de las mujeres en Ciencias Sociales, como una de las iniciadoras de los estudios de las mujeres y feministas en nuestra región.

Walda Barrios dedicó toda su vida a la lucha por la justicia y por una sociedad mejor. Según me contó, tanto su padre como su madre formaron parte del gobierno de Jacobo Árbenz, por lo que fue heredera de una tradición de lucha revolucionaria y socialista. Walda se desplazó a México en dos ocasiones. La primera como asilada cuando tenía seis años, ya que su papá tenía un cargo importante en el proceso de reformas agrarias de Árbenz. La segunda fue en los años ochenta, cuando salió exiliada de Guatemala, junto a su pareja Antonio Mosquera, y obtuvo el carácter de refugiada debido a la persecución política de aquel momento.

En la década de los ochenta, junto con Leticia Pons Bonals, hizo una investigación en San Mateo El Zapotal, Chiapas, con los riesgos y peligros que implicaba (y sigue implicando) ser mujer en trabajo de campo. Dicha década fue un periodo terrible para Centroamérica debido a las políticas de contrainsurgencia del Estado guatemalteco que produjeron secuestros, desapariciones, asesinatos, masacres y un genocidio, por lo que miles de refugiadas y refugiados guatemaltecos, entre ellos estudiantes y profesores, huyeron y se establecieron en Chiapas. Su experiencia se publicó en un capítulo sobre mujeres refugiadas, así como su trabajo sobre la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA), la organización de refugiadas Mamá Maquín y la reunión de Cieneguitas.

En nuestros encuentros, recordó cómo llegó con su pareja a San Cristóbal de las Casas en 1980. Ambos se presentaron a un concurso de oposición en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chiapas y como ganadores de los concursos se incorporaron a la Facultad de Ciencias Sociales. Walda Barrios fue profesora de la carrera de sociología y antropología durante varios años hasta que regresó a Guatemala.

Según me narró, la vida de Aleksándra Kolontái, pensadora marxista rusa, en su libro “La autobiografía de una mujer sexualmente emancipada”, la animó a incluir en sus investigaciones la situación, la geografía, las perspectivas y las violencias contra las mujeres.

En Chiapas, Walda Barrios es recordada por su labor en la creación del “Taller Antzetik” (mujer en tsotsil) que, en 1984, reunió en San Cristóbal de las Casas, a mujeres universitarias, urbanas, campesinas y guatemaltecas refugiadas en México. Dicho taller surgió paralelamente a otras organizaciones contra la violencia sexual como el Grupo de Mujeres de San Cristóbal, COLEM. El “Taller Antzetik” fue un espacio de encuentro de mujeres que discutían y luchaban en los movimientos sociales en contra de la penalización del aborto y hacían trabajo sobre VIH. Walda también fue editora de una revista feminista llamada también “Antzetik”.

En el 2003, hizo una campaña de credencialización de mujeres para que votaran por otras mujeres en cargos públicos. En 2007, fue una de las primeras candidatas mujeres a la vicepresidencia de Guatemala. Desde sus investigaciones y luchas diversas, conoció cómo la violencia sexual y la violación fueron utilizadas como arma de guerra contra mujeres ixiles y q’eqchi’, acompañó todo el proceso de denuncia judicial pero también de sanación de las víctimas y sobrevivientes del conflicto armado interno en Guatemala.

En años más recientes, Walda Barrios se dedicó a investigar sobre el embarazo en niñas y adolescentes. El propósito de dicha investigación era incidir en las políticas públicas, respaldar la ley de educación sexual para la juventud y la forma de atención en el Ministerio de Salud en Guatemala.

Sin duda, Walda Barrios será recordada por sus contribuciones al estudio de la situación de las mujeres y aportes a las Ciencias Sociales y a las Humanidades en Chiapas, Centroamérica y en toda América Latina, pero también como una gran maestra y referente de las luchas sociales y feministas. Fue muy significativo para mi haberla conocido y reconozco con agradecimiento sus cuidados y su generosidad en varios proyectos en los que colaboramos juntas y que hoy se quedan con un enorme vacío y con su latente ausencia. Me uno a la pena y a la tristeza que viven sus familiares y quienes tuvimos la oportunidad de conocer a esta gran antropóloga feminista y escribo estas líneas con la esperanza de que su vida, su obra y su pasión se sigan conociendo y multiplicando entre las nuevas generaciones. ¡Larga vida a la memoria de Walda Barrios!

Un comentario en “A la memoria de Walda Barrios, antropóloga feminista socialista guatemalteca”

  1. Salvador
    3 mayo, 2021 at 0:53 #

    Respetable Marisa!

    Me encantaría discutir con Ud, personalmente, sobre su artículo y sobre mil historias de Chiapas

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