La Santa Cruz en la tradición Maya
Antrop. Juan Martín Coronel Lara*
De todos es conocido que, una de las fiestas de mayor relevancia en el ciclo ritual de las comunidades indígenas contemporáneas es la de la Santa Cruz. En efecto, su importancia calendárica nodal no ha pasado desapercibida para los pueblos indígenas actuales, quienes, hasta el día de hoy, siguen dependiendo en mayor o menor medida del cultivo del maíz de temporal.
El hecho de que esta conmemoración tenga lugar a fines de abril y principios de mayo, es decir en el periodo que marca el cambio de la temporada de secas a la de las lluvias, ha propiciado que el contenido de la fiesta de la Santa Cruz, en gran parte de Mesoamérica, gire en torno a los rituales de petición de las lluvias y de la fertilidad agraria. De esta manera, no es de extrañar que los ritos exultantes se desplieguen en cerros, cuevas, manantiales y calles alejados del control de los representantes de la Iglesia oficial.
No obstante que la Cruz es, sin duda, el símbolo más importante del cristianismo y de que su culto fue también uno de los más fomentados por los religiosos durante la Colonia, hoy en día su simbolismo, tal como la conciben los grupos indígenas, es resultado de la síntesis producida por la religión católica y la mesoamericana. Así es, entre tsotsiles y tseltales de Chiapas, por ejemplo, las cruces de madera son pintadas de verde o de azul pues se les asocia semánticamente a los árboles.
Al igual que sus antepasados del Clásico, los tsotsiles de Venustiano Carranza (antes San Bartolomé de Los Llanos) consideran que la Santa Cruz Mayor que se encuentra en la iglesia principal es “una gran milpa, la milpa verde”. Un relato cuenta que el santo entierro de aquella ciudad fue crucificado sobre una mata de maíz, de ahí que discurran que la “Santa Cruz es la que da los alimentos, los sustentos”.
En esta misma ciudad algunos Principales (autoridades tradicionales) creen que, las bases escalonadas de las cruces de algunos crucificados como la del pequeño Señor de Esquipulas que se halla en la iglesia de San Sebastián, son en realidad la representación del inframundo llamado en tsotsil Yolom Balamil. En este mismo orden de ideas, algunos ancianos de Carranza imaginan que la tierra nombrada Balamil, se encuentra sostenida sobre la copa de un gigantesco Yaxte´ (ceiba), idea sorprendentemente análoga al que poseían los antiguos Mayas.
En la actualidad más de 90 cruces verdes ubicadas en los atrios, el interior de los templos, las esquinas de las calles y los ojos de agua son festejadas con gran júbilo en Venustiano Carranza. La Santa Cruz también expresa un simbolismo de fertilidad asociado al color verde y a las lluvias. Las cruces de madera son adornadas con profusas enramadas de hojas verdes y flores de mayo quedando ocultas ante el espesor de la vegetación.
*Cronista del H. Ayuntamiento de Venustiano Carranza Chiapas
Sin comentarios aún.