Mujeres candidatas en Chamula: crónica de una violencia que escala

Patricia Díaz López, candidata a presidenta municipal; Cristina del Carmen Collazo, primera regidora propietaria; Reyna Pricilia Gómez, tercera regidora propietaria.

 

El 04 de mayo del año en curso, el vehículo propiedad de Patricia Díaz López, candidata a presidenta municipal por el municipio de Chamula, por el Partido del Trabajo (PT), fue dañado. Estando estacionado, cuando ella se preparaba a iniciar el arranque de su campaña política, escuchó ruidos de golpes y salió a ver lo que ocurría, su carro había sido vandalizado. El muchacho que realizó la acción salió corriendo y le gritó “bájate pinche perra”, en alusión a una presión reiterada que ha sufrido desde que decidió contender, para que “se baje”, es decir, que renuncie a la candidatura.

Estos agravios se suman a otros que ya había sufrido días atrás. El 27 de marzo en una visita a una comunidad del municipio, una llanta del vehículo en el que viajaba fue pinchada con el propósito de generar un accidente. Durante varios días del mes de marzo y abril, la candidata Patricia Díaz ha recibido amenazas telefónicas de números anónimos, en donde la amenazan usando palabras soeces.

Para denunciar estos hechos, Patricia Díaz se dirigió a la Fiscalía Indígena de los Altos de Chiapas, situado en San Cristóbal de Las Casas buscando sentirse resguardada. Un Ministerio Público le tomó la denuncia, iniciando una carpeta de averiguación. Patricia no denunció a nadie en particular, porque desconoce quiénes de todos los actores políticos del municipio la están amenazando. Sin embargo la experiencia con el Ministerio Público fue frustrante, Patricia no se sintió protegida. El Agente del Ministerio Público le ofreció medidas precautorias, pero la batería de preguntas que debía responder eran invasivas: “¿a dónde vas?”, “¿con quién viajas?”, “¿quién te acompaña?”, “¿a qué horas sales?”.

Todo este interrogatorio la violentó más cuando el funcionario le dijo que las tales “medidas precautorias” la aplicarían los policías municipales de Chamula. Pero, ni Patricia, ni las regidoras aceptaron. No se sintieron protegidas, en realidad la incertidumbre creció. Patricia y las regidoras que la acompañaban comenzaron a sentirse inseguras, otra vez. Era ya de noche. Cuando salieron del edificio y se dispersaron, el vehículo en el que viajaba la candidata a regidora Reyna Pricilia Gómez, fue perseguida en la carretera por una camioneta roja. Ante el peligro, tuvo que pararse y llamar a sus familiares en su auxilio, el vehículo permanecía estacionado detrás de ella, amenazante.

De acuerdo a lo que me comentó Patricias Díaz (en entrevista telefónica, del 05 de mayo, 2021), al hacer su denuncia, se apoyó en las nuevas reformas en materia de derechos político-electorales que hemos conquistado las mujeres. Se sintió fortalecida por ello. De lo más relevante ha sido tipificar a la Violencia Política en Razón de Género (VPG) como un delito. Este tipo de violencia se ejerce en contra de una mujer por el hecho de ser mujer y tiene por objeto obstaculizar el libre ejercicio de su ciudadanía y el goce de sus derechos político-electorales, es decir, impedir su participación en los asuntos públicos y políticos de su comunidad, por ser mujer.

Claramente esto era lo que estaba viviendo Patricia y las regidoras. En la Reforma sobre Violencia Política contra la Mujeres en Razón de Género publicada el 13 de abril de 2020, se reformaron distintas leyes, que fortalecieron los derechos políticos de las mujeres, pero estas reformas, aún no se materializan en el día a día para proteger la vida de las mujeres indígenas, que se exponen al asumir las candidaturas.

Patricia Díaz López es socióloga, egresada de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). Es una persona que desde hace ya un lustro ha emprendido una lucha por lograr la dignificación de la mujer en Chamula, y el ejercicio pleno de sus derechos políticos. Es una activista comprometida por el derecho a la igualdad de las mujeres en la vida política en su municipio, y hace parte del colectivo de la Coordinadora Estatal de Mujeres Indígenas de Chiapas (COEMICH), espacio de articulación de mujeres políticas que han alzado su voz para exigir sus derechos, siendo la consigna “paridad en todo, sin simulación” el slogan de este colectivo.

En la batalla política que despliega en Chamula no va sola, sino que otras mujeres que integran su planilla, como regidoras propietarias y suplentes, se acompañan.

Patricia Díaz López, candidata a presidenta municipal; Cristina del Carmen Collazo, primera regidora propietaria; Reyna Pricilia Gómez, tercera regidora propietaria.

Tiene a la cabeza la candidatura de Patricia Díaz López; Cristina del Carmen Collazo, como primera regidora propietaria; Reyna Pricilia Gómez, tercera regidora propietaria; Patricia Encinos Gómez, quinta regidora propietaria y Verónica Gómez Hernández, segunda suplente general. Adicionalmente, algunos hombres se han sumado a estos esfuerzos. Es de destacar que 5 hombres forman parte de la planilla, en una integración en paridad de género: Isidro Collazo (Sindicatura); Ángel Gustavo López Pérez (2da. Regiduría propietario); Juan Carlos Méndez (4ta. Regiduría propietario); Carlos Eduardo Gómez y Briant Raymundo Gómez (suplente general). Su incorporación a una planilla que encabeza una mujer es un acontecimiento inédito, tomando en cuenta que la clase política de Chamula se sostiene sobre un férreo poder de base patriarcal; lo que podría estar dando cuenta de aperturas en la sociedad, que cuestionan el orden social de opresión a las mujeres en este municipio.

Esta planilla es diferente a las otras con las que rivaliza, ya que todas las personas que lo integran, no lo hacen en simulación, a diferencia de los otros partidos políticos contendientes (Partido Revolucionario Institucional (PRI); Partido Verde Ecologista (PVEM), y partido Morena), quienes durante la presentación pública de sus planillas, en las fotografías no aparecen mujeres.

Esta omisión, no les significa problemas legales, ya que al registrar la planilla ante la ventanilla del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IPEC), presentan las credenciales de las esposas, hijas u otras parientes, sin que pueda ser detectado, ocurriendo el fenómeno de “simulación tolerada-usurpación permitida”, que se ha mantenido desde el año 2015, cuando por primera vez se estableció la obligatoriedad de la integración de las planillas en paridad, y que todo indica que permanecerá intacto.

La integración de estas mujeres en una planilla no ocurre de manera circunstancial. Antes habían coincidido en otras batallas, en el 2015 participaron como candidatas a síndicas y regidoras. En esa ocasión también sufrieron violencia generalizada. Para poner el contexto, y valorar el esfuerzo de su lucha por avanzar en el reconocimiento de su dignidad, comparto en esta contribución, el testimonio de su experiencia. A continuación recupero un relato de una conversación que tuvieron Patricia Díaz López y Cristina del Carmen Collazo, quienes el 11 de septiembre de 2019 sostuvieron una auto entrevista, para reflexionar respecto a su experiencia como candidatas en las elecciones de 2015. Comunico estos testimonios, con su autorización, ya que juntas participamos en una investigación que se propuso documentar la violencia política en razón de género en municipios indígenas, en el estado de Chiapas.

CCC: En el 2015 por primera vez en las planillas empezaron a integrarse mujeres que de verdad querían participar para un cargo, ya fuera como regidoras y sindicas. Algunos partidos nos buscaron, pero fue únicamente para usarnos y manipularnos. Nos dijeron ‘(…) bueno préstame tu credencial, ve a tomar protesta en el IEPC, y a cambio de ello te  doy una lanita.’ Algunas compañeras aceptaron, era una oportunidad para estar en la política, pero las usaron.

En el 2015, yo tomé la libre decisión de integrarme a una planilla del Partido Chiapas Unido que encabezaba el Prof. Mario Sántiz Gómez (actualmente diputado local 2018-20121, Partido Revolucionario Institucional, PRI). Él estaba buscando mujeres para integrar su planilla. Fuimos un grupo de 3 mujeres, y nos dijo:

‘Tú vas a ser sindica y tú vas a ser mi tesorera (…) El señor te va dar 1000 para que le prestes tu credencial y vayas a tomar protesta en el IEPC. Pero yo le dije, no Mario, mi firma y mi credencial no valen 1000 pesos, yo si quiero el cargo’

Yo luché por ese cargo, yo quería ese cargo de tercer regidora. No me dieron el de primera regidor, allí estaba Juan Shilón. Como segundo regidor igual también estaba un hombre, violando la paridad vertical. No les importaba violar la ley, sabían que todo es corrupto, que todo se arregla con los partidos, con el IEPC, con el gobierno. Bueno, pues tuve que aceptar el tercero, porque yo lo pelee. El cuarto, quinto y sexto también se lo dieron a puros hombres. Luché por ese cargo, y luché por ese número. Al final no me lo dieron porque no tenia dinero, no podía hacer nada. Ya decepcionada, le dije ‘está bien, no pasa nada’. Así terminó.

PDL. Complementando eso que tú dices. Tienes razón, otro impedimento para las mujeres es el factor económico, por el problema de la corrupción. La gente pide dinero, los votos se compran y se venden. Es el hecho de que nosotros no tengamos la viabilidad económica de manejar grandes cantidades de dinero para así poder llamar la atención, que nos crean, que nos vean capaces, tanto económicamente como intelectualmente, de ocupar un cargo. Esto nos afecta mucho, tenemos problemas para ser competitivas.

Añadiendo a lo que dices. Sí, efectivamente también yo participé en ese mismo proceso electoral de 2015. Yo estuve intentando participar en el otro partido, en el Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Y, eso mismo me dijo el líder del partido, que si quería pertenecer a  la planilla, debía dar de entrada 150 mil pesos; de entrada nada más!. Y, entonces conforme se fueran dando los gastos me iban a seguir pidiendo, y me dijo que yo debía tener apoyos, padrinos que me apoyaran. El cargo que me estaban ofreciendo era el de 2da regidora. Pero me dijo claro que todo ese dinero era únicamente para tener el derecho a poner mi nombre con mi credencial, en el registro del IEPC, pero que no iba a ejercer el cargo. Decía que las mujeres no podían ejercer el cargo, porqué él como presidente tendría problemas, porque iba a perder credibilidad ante los agentes y comités de las comunidades.

Yo no acepté. Al final los hombres que si tenían el recurso económico pusieron el nombre de sus esposas, por la obligación de la paridad, nomás el puro nombre, pero los que iban a ejercer el cargo eran los esposos. Ellos sabían que no tendrían problemas, ya que había acuerdo con el gobierno, el IEPC, con todos los hombres de los partidos y del sistema. Ellos no tienen problema si violan la ley.

CCC. Además de humillarnos, de negarnos nuestros derechos, la experiencia también tuvo una fuerte carga de violencia. Los del PRI me difamaron. Fueron a buscar a quienes integrábamos otra planilla distinta a ellos, su objetivo era desprestigiar a las mujeres. Estaban muy enojados porque por la sentencia de la REPARE, les bajaron su planilla de pura hombrada. En 72 horas ellos tenían que poner de nuevo su planilla, integrando mujeres. Para echar en contra a la población en contra de las mujeres, para crear un clima de rechazo a las mujeres, para lograr el repudio de la población para impedir que las mujeres participáramos en política, hicieron una gran guerra en contra de la paridad. A nosotras, que ya éramos candidatas de otro partido, nos quisieron humillar, intimidar.

Recuerdo que, un día, caminando a mi casa se me atravesó una camioneta, me empezaron a decir de cosas: “Puta, perra, que si se lo diste a…..” puras groserías, cosas así. Hubo una campaña de desprestigio, pegaron fotografías en los postes de luz, con imágenes pornográficas, montadas en fotografías de mi persona. Esas campañas de desprestigio hacen mucho daño, afecta a nuestras familias, y nadie las castiga. Pero, gracias a dios mi familia en todo momento me apoyó. ‘échale ganas, no tengas miedo, échale ganas no te des por vencida, encomiéndate mucho a Dios’ me decía mi mamá. Pero si, me dolió mucho por mis hijos, eran muy fuertes las fotos que circulaban.

 

A las otras compañeras candidatas mujeres también las humillaron. La compañera Pricilia que fue candidata a sindica, su caso fue más fuerte, porque circulaban un montón de imágenes por todo el municipio, por el Whatsapp, el Facebook, con imágenes pornográficas, montadas. Una violencia política horrible en contra de ella. Se sentía muy mal, se sentía muy avergonzada, porque además afectaba a su familia.

Al final, nos quedamos solas, nadie nos ayudó. Fue muy frustrante. A la mera hora, no tenemos protección del Estado, no tenemos protección de la sociedad. Sentimos una gran impotencia. Inicialmente estábamos muy entusiasmadas con el tema de la paridad, porque por fin, la ley nos protegía. Pero en los hechos, nadie se hace cargo de garantizar nuestros derechos. Al final, todas renunciamos. Eso querían, aniquilarnos, demostrarnos que no se puede. Fue una experiencia muy dolorosa.”

Sin embargo, esa primera derrota, no las hizo desistir. Estas mujeres valientes, que se atreven en un contexto tan hostil que opera en contra de ellas, se juntan ahora en una sola planilla. Los casos de Violencia Política en Razón de Género  (VPG), retratan una situación generalizada de hostigamiento y presión contra las mujeres, que ocurre con mucha frecuencia en los municipios indígenas, cuando ellas intentan ir más allá de los límites que les marca la estructura del poder patriarcal, que concentra el poder en manos de hombres poderosos, cuya base de poder estriba en su condición masculina.

Las mujeres que rechazan la simulación e intentan obtener ocupar esos espacios con sus propios liderazgos, suelen ser siempre violentadas y vivir esa frustración sola, sin acompañamiento y con dificultades para poder acceder a la justicia. Hoy de nuevo, en esta nueva experiencia, lo que las sostiene es su voluntad por avanzar en la aceptación de la sociedad; que escuchen sus propuestas; ganar el respeto de la población y dignificar el lugar de las mujeres. Esta coyuntura es apenas una pequeña grieta de un sistema de poder caciquil que siempre se acomoda en los entornos cambiantes.

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