Chiapas: el estado con mayor rezago en el proceso de inmunización colectiva

Punto de vacunación anticovid.

Por Fernando Pérez[*] y Masaya Del Rasso Sáyago*

La pandemia Covid-19 puso en cuestión la lógica de acumulación capitalista basada en la obtención de ganancias monetarias en detrimento de la integridad de la vida de la clase trabajadora. La rápida propagación del virus Sars-CoV-2 llevó a una emergencia sanitaria sin precedentes en el proceso de globalización neoliberal, ocasionando estragos en las economías nacionales y una caída drástica de la producción mundial. Ante ello, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud anunciaron que la única vía para superar la crisis era la creación y aplicación de vacunas contra el virus, lo que permitiría controlar la propagación, amortiguar sus efectos en el cuerpo humano y reducir su impacto en el sistema de salud pública. Sin embargo, el proceso de vacunación masiva enfrenta algunos desafíos, entre los que se destaca la producción, distribución y el acceso a las vacunas en el mercado internacional, así como su aceptación en la población urbana y rural.[1] Esto es importante porque para alcanzar la inmunidad colectiva se debe de vacunar al menos al 70% de la población total,[2] lo que representa un gran reto para el caso de México y para Chiapas en particular.

En este sentido, el gobierno de México, dado que aún no produce su propia vacuna, ha realizado esfuerzos diplomáticos y financieros con los gobiernos de los países productores para adquirirlas y aplicarlas a la población, en el marco de la Política Nacional de Vacunación contra el Sars-CoV-2. En dicha política se asienta que “el Estado mexicano debe procurar el abasto y la distribución oportuna y gratuita, así como la disponibilidad de los insumos necesarios para las acciones de vacunación”.[3] Además, se establece que la inmunización masiva será voluntaria y universal, con el propósito de vacunar al 75% de la población nacional. De esta manera, aunque las vacunas empezaron a llegar y a ser aplicadas desde el 23 de diciembre de 2020 a personal médico prioritario, las Jornadas Nacionales de Vacunación masiva contra la Covid-19 dieron inicio el 15 de febrero de 2021 con la vacunación de personas mayores de 60 años.

De acuerdo al informe de la Secretaría de Salud del 11 de junio de 2021, México ha realizado contratos con los laboratorios de Pfizer-BioNTech, AstraZeneca, CanSino, Sputnik V, Sinovac y la plataforma multilateral de Covax, que en conjunto suman un total de 250.4 millones de dosis, lo que equivale a poco más de 130 millones de esquemas completos de vacunación, tomando en cuenta que CanSino es de una sola dosis.[4] Con esto se puede decir, que el país ha estado superando el desafío del acceso a las vacunas en el mercado internacional, a diferencia de otros países de América Latina que no han alcanzado los contratos suficientes para asegurar el biológico necesario para su población.

En este sentido, hasta el 22 de junio de 2021, México había recibido un total de 50 millones 578 mil 275 dosis, de las cuales 4 millones 545 mil 310 dosis de CanSino han sido envasadas por el laboratorio Drugmex en territorio nacional. De éstas se han aplicado 40 millones 700 mil 954 vacunas, a una población de 28 millones 198 mil 409 mexicanos mayores de 18 años, 17 millones 047 mil 687 personas con esquemas completos y 11 millones 150 mil 722 con medio esquema, o sea que solo tienen la primera dosis.[5] Es decir, el avance del proceso de inmunización con esquemas completos es del 14%, en relación a una población total estimada por el INEGI en 126 millones de mexicanos para 2020.[6] Ahora, si se toma en cuenta la población que se ha vacunado con al menos una dosis, el avance de la conformación de la comunidad de rebaño representa el 23% de la población total, pero si solo se considera a la población mayor de 18 años, el avance alcanza el 32%, por eso el Secretario de Salud declaró que uno de cada tres mexicanos mayores de 18 años ha recibido al menos una dosis de la vacuna. Estos datos confirman que las limitantes para el país no se encuentran en el acceso a las vacunas, sino en la distribución y aceptación por parte de la población en el territorio nacional.

En esta tesitura, en la conferencia matutina del 27 de abril, el Presidente de México, al anunciar la conclusión de la etapa de vacunación contemplada para adultos mayores refirió que: “el INEGI estima una población de 60 años y más de alrededor de 15 millones, y la población que se ha vacunado es de casi 11 millones”, lo que significa que el 73% de los adultos mayores de 60 años recibieron la inoculación. Sin embargo, alrededor de 4 millones de adultos mayores no se vacunaron, entre éstos se ubican personas de 14 municipios pertenecientes a Chiapas y Oaxaca que no aceptaron la aplicación de las vacunas en su territorio. Para el Subsecretario de Salud, este rechazo hacia las vacunas se debe a “varias razones de convicción cultural y quizás religiosas”, dado que dichos municipios corresponden mayormente a población indígena.

Claro está, las autoridades sanitarias dejan de lado los problemas estructurales de pobreza y marginación en las que vive la población del México profundo, así como los momentos de incertidumbre en los que estuvo inmersa la ciencia médica y la deficiente respuesta del sistema de salud pública ante la emergencia sanitaria. Esto llevó a la sociedad en su conjunto a la búsqueda de protección, refugio o sanación de acuerdo a sus propios medios y a sus condiciones socioeconómicas, por lo que los efectos y estragos de la pandemia fueron desiguales, tanto para la población que vive en el campo como en la ciudad. Pues, aunque en un inicio se dijo que el virus tenía tintes democráticos porque también los ricos estaban muriendo, hoy sabemos que el 94% de las personas muertas a causa de la enfermedad corresponde a la clase trabajadora y asalariada.[7] Estas diferencias también influyen en la aceptación o no del proceso de inmunización a través de las vacunas, pues buena parte de la población que tuvo que seguir trabajando sin resguardo en casa se vio contagiada por la enfermedad, generando así un esquema de anticuerpos y una comunidad de rebaño “natural”. Esto no es casualidad, recordemos que el Gobierno federal no sólo optó por no realizar pruebas masivas para la detección del virus, sino que le apostó a la cultura de resistencia histórica de los mexicanos ante las grandes epidemias y calamidades.

Para el caso de Chiapas, de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2020, el estado cuenta con 5 millones 543 mil 828 habitantes, equivalente al 4.4% de la población total, colocándose en el estado número ocho con mayor densidad poblacional del país. Hasta ahora, la Secretaría de Salud del estado de Chiapas no ha hecho público las cifras relacionadas a los avances del proceso de vacunación. Por lo tanto, siguiendo los embarques que han llegado al territorio estatal publicados en la página oficial de dicha dependencia, hasta el 25 de junio del presente año, han arribado alrededor de 839 mil dosis de las vacunas Pfizer/BioNtech, Sinovac, AstraZeneca y CanSino. Por su parte, la Secretaría de Salud Federal reportó que en Chiapas, hasta el 22 de junio de 2021, se han aplicado 790 397 dosis de vacunas, a una población estimada de 517 mil personas (entre personal de salud, educación, mujeres embarazadas mayores de 18 años y personas mayores de 40 años), el detalle es que no menciona el número de personas que cuentan con esquemas completos ni los que solo tienen la primera dosis. Aún así, se puede decir que en Chiapas el 9% de la población total cuenta con al menos una dosis del biológico, lo que se traduce en un avance del 15% en la cobertura de vacunación en la población mayor de 18 años, registrada por la dependencia federal.[8]

Este grado de avance en el proceso de inmunización colectiva, ha colocado a Chiapas en el último lugar de la cobertura de vacunación a nivel nacional. Le anteceden los estados de Puebla y Veracruz con el 23%, Guerrero con el 25%, Campeche, Michoacán, Oaxaca y Querétaro con el 27%, en tanto que la Ciudad de México y Baja California llevan la delantera con el 49 y 57%, respectivamente.

En Chiapas, la baja cobertura de la vacunación está relacionada con los registros oficiales acerca de la enfermedad Covid-19, que según el Gobierno estatal ha dejado 12 202 casos acumulados confirmados y 1 554 personas muertas, hasta el 25 de junio de 2021, equivalentes al 0.48% de los casos confirmados y al 0.66% de las personas fallecidas en el país. Esta cifras han sido criticadas por la población chiapaneca porque no coinciden con la realidad,[9] sustraen el sentido lógico de la inoculación y brindaron elementos para que algunos municipios hayan rechazado la aplicación de las vacunas en su territorio, como fue el caso de San Juan Cancuc y otras comunidades de Los Altos de Chiapas.

A ello se agrega que el 50.81% de la población chiapaneca vive en zonas rurales, en localidades de menor a 2 500 habitantes, y de éstas el 45.36% reside en localidades de menor a 500 habitantes, donde los servicios de salud pública, agua potable y drenaje son escasos o nulos. Además, muchas de estas localidades se ubican lejos del pueblo o la ciudad donde se colocaron los módulos de vacunación, por lo que se considera que una buena parte de la población rural no acudió al llamado de vacunación, tal como lo muestra el caso del municipio de Tuzantán, en la región del Soconusco. Este municipio cuenta con una población total de 30 302 habitantes, de los cuales el 79% vive en zonas rurales.  Durante la etapa de vacunación de adultos mayores de 60 años, con cierre al 23 de abril, se pudo observar que de una población de 3 395 personas mayores de 60 años registrados por el INEGI para 2020, solo 1 100 acudieron al llamado de vacunación, equivalente al 32% de la población mayor del municipio. Lo relevante es que la mayor parte de la población que no acudió al módulo de vacunación, corresponde a las zonas rurales. Así lo muestran los datos de campo recabados en cuatro localidades, donde el Centro de Salud que atiende a éstas comunidades registró para enero de 2021 una población conjunta de 232 adultos mayores de 60 años, de los cuales solo se vacunaron 42 personas, o sea el 18% de la población.

Entre los argumentos de la población para no acudir a vacunarse sobresale la distancia geográfica entre la comunidad y el módulo de vacunación, que en este caso se ubicó en la cabecera municipal y no en el Centro de Salud donde tradicionalmente se han vacunado. Esta dinámica implicó perder un día de trabajo, gastar en pasaje y comida, y que la información correspondiente a las vacunas y al proceso de vacunación no llegara a toda la población, incluso que el aviso para vacunarse llegara de un día para otro. Esto evidencia una falta de inversión en recursos materiales y humanos, así como una logística bien organizada para llevar a cabo una jornada amplia de vacunación como se ha realizado en otros momentos de la historia del país.

Existe un consenso en la población rural en que los meses de mayo, junio y julio de 2020 fueron los más difíciles de la pandemia, porque muchos recurrieron a los servicios de salud pública pero éstos ya estaban saturados. En algunos casos, aquéllas familias que contaban con recursos económicos acudieron al sector privado, pero aún así no todos encontraron alivio a la enfermedad. Fue un momento de incertidumbre, angustia y muerte, sobre todo por el alto costo de los tratamientos (medicinas, oxigeno, hospitalizaciones, traslado), que muchas familias no pudieron pagar.[10] Esto orilló a la población a buscar otras alternativas, entre las que se destaca la medicina doméstica y tradicional,[11] así como la mezcla de elementos farmacéuticos con elementos caseros, con el apoyo de las redes familiares, vecinales y comunitarias, lo que favoreció para que muchos sobrevivieran a la enfermedad. Además, estas comunidades campesinas no han dejado de trabajar durante el tiempo que lleva la pandemia, puesto que para muchos su trabajo diario representa su sustento económico y su sobrevivencia.

Estos elementos son algunas de las razones por las cuales una parte de la población rural no considera necesario acudir a los módulos de vacunación, pues cree que la inmunidad activa adquirida de manera natural es suficiente para no volverse a contagiar. Otros muestran más confianza a las técnicas de auxilio que pueden encontrar desde sus propias redes de apoyo, como los grupos religiosos. En tanto que otros se aferran a su fe, y otros más han quedado inmersos en los rumores surgidos de la infodemia. Es importante mencionar que hay un número menor de personas que sí acudieron al módulo de vacunación pero no les permitieron vacunarse debido a su presión arterial, glucosa u otro tipo de enfermedad.

Si bien la estrategia de vacunación que se ha implementado en el país[12] tiene dentro de sus objetivos alcanzar el 70% de la inmunidad de grupo y la reducción de mortalidad e impacto de la enfermedad en la población, este seguirá siendo un reto para todas las esferas de Gobierno y sus representantes. Es necesario recordar que la naturaleza de un virus es la adaptación, reproducción y mutación en correspondencia con el huésped y la región, lo cual genera nuevas cepas que por lo regular en el proceso de adaptación suelen ser “más fuertes” o al menos mostrar un nuevo comportamiento en la forma en la que se presenta. Es por ello que actualmente se conocen más de 5000 variantes genéticas del SARS-CoV-2,[13] lo que conlleva implicaciones en el proceso de inmunización, protección y efectividad de las vacunas que hoy ofrece el mercado mundial. Una situación que augura un futuro aún incierto y largo para el fin de la pandemia.

Aunque la medicina moderna ha tratado de dar respuesta al reto que “la naturaleza” le ha planteado a la humanidad, pareciera que los recursos financieros y humanos no son suficientes para mostrar avances significativos para el exterminio o control de este virus. Por ahora, México muestra paso lento con la creación de una vacuna, la cual sería un recurso importante para la sociedad mexicana, dado que supone una adecuación de la misma en relación a las características de la población, lo que permitiría una mejor distribución en el territorio nacional. La realidad de nuestro país y específicamente de Chiapas muestra deficiencias y precariedades en el sistema sanitario, las estrategias oficiales pueden ser “buenas” en los documentos, pero al momento de ser llevadas a la práctica se encuentran con realidades concretas que dificultan su correcta aplicación, si a esto sumamos la diversidad de pensamiento, las creencias, ideologías y accesibilidad el reto es aún mayor para los tres niveles de gobierno, así como para los distintos campos de conocimiento que intervienen en ella.

[*] Doctorante de la Universidad Autónoma Chapingo y colaborador del Observatorio de las Democracias: Sur de México y Centroamérica del Cesmeca. Correo electrónico: pepe_cielo@hotmail.com

* Maestra en Ciencias Sociales y Humanísticas. Cesmeca-Unicach.

[1] Un primer acercamiento a este tema realizado por los autores fue publicado en La Jornada Del Campo, bajo el título “El dilema de la población rural ante la vacunación por la Covid-19”. Jitomate, fruto ancestral del porvenir. 19 de junio de 2021, núm. 165. Disponible en: https://www.jornada.com.mx/2021/06/19/delcampo/index.html

[2] Para la Organización Mundial de la Salud, el término de inmunidad colectiva “se refiere a la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad. La OMS apoya la postura de lograr la inmunidad colectiva mediante la vacunación, no permitiendo que una enfermedad se propague en un grupo demográfico, ya que ello daría como resultado que se presentaran casos y defunciones innecesarios” (31 de diciembre de 2020). Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/q-a-detail/herd-immunity-lockdowns-and-covid-19?gclid=EAIaIQobChMI7qOXkY-28QIVXubjBx3OiwrYEAAYASAAEgKfHPD_BwE.

[3] Diario Oficial de la Federación (2021). Acuerdo por el que se da a conocer el medio de difusión de la Política Nacional de Vacunación contra el virus SARS-CoV-2 para la prevención de la COVID-19 en México, 8 de enero. Secretaría de Gobernación. Disponible en: https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5609647&fecha=08/01/2021

[4] Versión estenográfica de la conferencia de prensa del día 11 de junio de 2021. Informe diario sobre coronavirus COVID-19 en México, encabezada por Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, en Palacio Nacional. Disponible en: https://www.gob.mx/salud/prensa/version-estenografica-conferencia-de-prensa-informe-diario-sobre-coronavirus-covid-19-en-mexico-274416

[5] Conferencia de prensa matutina del martes 22 de junio de 2021. Palacio Nacional. Centro de Producción CEPROPIE. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=_MTdl6sIpeo

[6] INEGI, (2020). Censo de Población y Vivienda 2020. Tabulados del cuestionario básico. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/ccpv/2020/default.html#Tabulados

[7] Cortés-Meda, Alejandro y Ponciano-Rodríguez, Guadalupe (2021). Impacto de los determinantes sociales de la Covid-19 en México. Boletín Covid-19 Salud Pública, Vol. 2, núm. 17, pp. 9-13. Disponible en: http://dsp.facmed.unam.mx/wp-content/uploads/2013/12/COVID-19-No.17-04-Impacto-de-los-determinantes-sociales-de-la-COVID-19-en-Me%CC%81xico.pdf

[8] Conferencia de prensa matutina del martes 22 de junio de 2021. Palacio Nacional. Centro de Producción CEPROPIE. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=_MTdl6sIpeo. También véase el mapa de vacunación de la Secretaría de Salud Federal en siguiente liga: http://vacunacovid.gob.mx/wordpress/

[9] Figueroa, Fredi (2021). Chiapas y el Covid-19, un tratamiento fuera de la realidad. El Economista. 11 de febrero. Disponible en: https://www.eleconomista.com.mx/estados/Chiapas-y-el-Covid-19-un-tratamiento-fuera-de-la-realidad-20210211-0110.html

[10] Mariscal, Ángeles, Revueltas, Samuel, Coutiño, Gabriela, Caballero, Gustavo y Mandujano, Isaín (2020). Los costos del covid-19, endeudar o morir. Chiapas Paralelo. 6 de julio. Disponible en: https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2020/07/los-costos-del-covid-19-endeudarse-o-morir/

[11] Zolla, C y Mellado, V. (1995) La función de la medicina doméstica en el medio rural mexicano. En González M. S (Ed.), Las mujeres y la salud.El Colegio de México. Pp. 71-92.

[12] Política Nacional de Vacunación contra el virus SARS-Cov-2, para la prevención de la COVID-19 en México. Documento Rector. Disponible en: http://vacunacovid.gob.mx/wordpress/documentos-de-consulta/ Consultado el 25 de junio de 2021.

[13] Organización Mundial de la Salud. Seguimiento de las variantes del SARS-CoV-2. Disponible en: https://www.who.int/es/activities/tracking-SARS-CoV-2-variants Consultado el 25 de junio de 2021.

 

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.