La caída de Kabul

“Este será el último mensaje desde la estación de Saigón”, dijo el jefe de la CIA en Vietnam del Sur. “Ha sido una larga batalla y hemos perdido. Aquellos que no aprenden de la historia, están condenados a repetirla. Esperemos que no vivamos otra experiencia como la de Vietnam y que hayamos aprendido la lección” y concluyó su mensaje diciendo: “Saigón fuera”.

Era el 30 de abril de 1975 y ese fue el fin de la larga guerra de Vietnam que significó la derrota estadounidense en ese país asiático y que además definió culturalmente a toda una generación de americanos.

Entre las escenas de la Guerra de Vietnam más recordadas y capturadas por cámaras de televisión y fotografías se encuentran la autoinmolación del monje budista Thích Quảng Đức en una concurrida avenida de Saigón.

Otra de las escenas que quedaron para la posteridad es la ejecución de un miembro del Viet Cong durante la “ofensiva del Tet”. Pocos son los que dudan que las imágenes de esa ejecución -que le dieron la vuelta al mundo- fueran determinantes para cambiar el curso, por lo menos simbólico de la guerra. Un curso que no favoreció más a Estados Unidos.

Una tercera escena tiene un error de ubicación, pero es igual de impactante. Ocurre cuando durante la caída de Saigón un oficial desde el techo de un edificio ayuda a empleados de la embajada americana a subir a un helicóptero para abandonar la ciudad. La escena en realidad se efectuó en un edificio de apartamentos de Saigón donde vivían varios empleados americanos de la CIA y la embajada, pero no en instalaciones de la CIA en la ciudad o en el techo de la embajada como se ha atribuido.

Las tres escenas presentan tres grandes momentos de la guerra de Vietnam; la del monje, el casi el comienzo de las operaciones en es país asiático de las fuerzas armadas americanas; la del guerrillero ejecutado demostró que la guerra no estaba ganada por los norteamericanos ni se veía la “luz al final del túnel” que pregonaban los mandos militares. La del helicóptero en el techo, marca el momento de la capitulación final estadounidense.

Por supuesto que hay más instantáneas fotográficas que muestran el impacto de la guerra; por ejemplo, la de los helicópteros escoltando el avance de los militares de Vietnam del Sur socios de los americanos, la del paracaidista herido esperando atención médica luego de la batalla en la “Colina de las Hamburguesas”. La del soldado americano muerto en combate que es evacuado en helicóptero. La del médico que con un ojo vendado intenta curar a un marine. También una fotografía donde los miembros de la tripulación de un portaaviones tiran al mar helicópteros para dejar espacio al aterrizaje de más helicópteros llenos de personas que huían ante el avance del Viet Cong y el ejército de Vietnam del Norte.

Sin embargo, hay dos escenas de la guerra de Vietnam que muestran el horror de la intensidad de la conflagración una, y el final de las operaciones militares la otra. La primera es la de una niña que corre desnuda sobre una carretera llorando y pidiendo ayuda, ya que un ataque aéreo con napalm quemó gran parte de su cuerpo.

La otra escena es poco conocida. Por lo menos, el que esto escribe, no tenía conocimiento de su existencia hasta que la descubrí en la extraordinaria serie documental sobre Vietnam del también extraordinario cineasta americano Ken Burs.

129 marines eran los últimos americanos que quedaban en Saigón con el Viet Cong y el ejército de Vietnam del Norte ya en el Palacio de Gobierno, a un kilómetro de la embajada americana.

Los últimos diez de ellos fueron evacuados en el único helicóptero disponible. El Sargento Juan Valdez fue el último marine en abordarlo luego de minutos de incertidumbre sobre si efectivamente podrían ser evacuados. Eran las 7:53 de la mañana del 30 de abril de 1975.

Ese día y a esa hora, Estados Unidos ponía fin a su intervención en ese país asiático. Una aventura en un continente en donde anteriormente habían logrado detener el avance comunista en Corea, con el costo de dividir con ello al país en el sur y el norte y que además conjuró el peligro del comunismo en Japón aún y con todo de las dos bombas atómicas que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki.

La reciente caída de Kabul, Afganistán-ubicado también en Asia- ha recordado la caída de Saigón y la derrota americana en Vietnam. Kabul cayó con solo dos semanas de avance final Talibán. 20 años de ocupación americana finalizaron sin oposición.

Pero hay diferencias entre la caída de Saigón -que tiene 46 años de ocurrida- y la de Kabul. La primera fue el colofón de una ocupación militar que pasó de indiferente para el ciudadano americano a ser tremendamente impopular y fue en el marco de la “guerra fría”, es decir; respondía a un tinte ideológico, el cual era detener en la región asiática al comunismo.

En el caso de la ocupación en Afganistán esta respondió a los ataques del 11 de septiembre de 2001. Es decir, desde el principio, fue una ocupación popular porque se consideró una afrenta a los americanos. Además, a diferencia de Vietnam en donde Estados Unidos sale de la guerra por la impopularidad, en esta ocasión la salida de las tropas es por el costo financiero de la ocupación que no estaban dispuestos a seguir sosteniendo.

La guerra en Afganistán estaba de antemano perdida; no por la falta de capacidad militar americana, sino por el costo financiero de la ocupación y también por la falta de capacidad del gobierno afgano de ofrecer gobernabilidad sin el apoyo americano.

Lo inverosímil es el caos de la retirada. Sobre todo, si se trata del ejército más moderno y equipado del mundo. Es evidente que la evacuación fue muy mal planeada y realizada, y ello dejó una imagen y un video icónico para recordar siempre la tragedia de esa guerra.

Un avión militar despegó desde Kabul con 640 civiles afganos a bordo mientras los talibanes estaban cerca de Kabul. El avión con capacidad para transportar a 134 personas, obviamente se vio desbordado. La foto que muestra su interior es impresionante y lo más probable es que se vuelva el momento más icónico de la ocupación y la posterior caída de Kabul.

Dos décadas de “guerra contra el terrorismo” se estrellaron contra la realidad. Esa guerra ha sido la fijación central de la política exterior de Estados Unidos de las últimas dos décadas. Esa “guerra contra el terror” fue la continuidad de la hegemonía americana en el mundo, primero la “guerra fría” y después el combate al terror. Los grupos terroristas en todo ese tiempo, parece que cumplen el ciclo de emerger-sobrevivir y volver a emerger.

Estados Unidos no pudo darle estabilidad a Afganistán y a esa región y ese factor es esencial. ¿Quiénes sí podrán? Saltan China y Rusia que, al ser vecinos de Afganistán, tienen intereses naturales en ese país.

Todo indica que, a diferencia de Vietnam; esta no es una guerra que ya terminó. Los talibanes no son la única fracción armada en Afganistán, tienen enemigos. Esto porque son un grupo radical.

Lo que si parece es que el fin de la hegemonía americana global que tiene 20 años configurándose con el ascenso chino y con el hecho emblemático del ataque a las Torres Gemelas en el 2001. Occidente cede ante oriente y uno de los hechos más puntuales es que en esa claudicación también sucúmbala democracia ante regímenes totalitarios.

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com

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