Chiapas a 28 años del levantamiento zapatista: la urgencia de construir una agenda de investigación

Marcha del EZLN, Altamirano, marzo 2022. Foto: Isaín Mandujano

Por Daniel Villafuerte Solís

¿En qué ha cambiado Chiapas a 28 años del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)? Han cambiado muchas cosas, y, sin embargo, los grandes problemas permanecen. Chiapas sigue siendo el paradigma de la pobreza, con una economía agraria en crisis, miles de migrantes en Estados Unidos y desplazados internos por conflictos religiosos, políticos y agrarios.

Con el levantamiento del EZLN Chiapas se visibilizó en México y más allá de sus fronteras. Se le miró como un ejemplo para las luchas del siglo XXI. El Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y Contra el Neoliberalismo, celebrado en Chiapas, el 27 de julio de 1996, por iniciativa del EZLN, fue el origen del primer Foro Social Mundial que se llevó a cabo en Porto Alegre, Brasil, en enero de 2001, que estableció el contrapunto con el Foro de Davos, impulsor de la globalización depredadora.

La insurrección zapatista fue un acontecimiento que conmocionó el país, opacó la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Hizo renacer la esperanza de cambio en momentos en que el bloque socialista había entrado en crisis y se vitoreaba el fin de la historia, Fukuyama[i] afirmaba que el problema de clase había sido resuelto con éxito en Occidente.

Una mirada retrospectiva y actual permite ver los cambios ocurridos a casi 3 décadas. La demografía es un tema básico: entre 1990 y 2020 la población se incrementó en 72.7 por ciento, al pasar de 3.2 millones a 5.5 millones; en este periodo, la población rural pasó de representar 59.6 por ciento a 50.8 por ciento.

Este dato revela que el proceso de desruralización en Chiapas ha sido lento, y muestra la importancia que mantiene el ámbito rural en la dinámica social de la entidad, es el espacio donde se reproducen las injusticias más atroces: la pobreza, el hambre, etc. En el medio rural se fincan esperanzas de cambio, ahí se encuentra una fuerza social con potencial transformadora, pero también es reservorio de los partidos políticos, organizaciones religiosas, grupos delincuenciales. En una palabra, es un campo de batalla.

El periodo 1990-2020 fue marcado por el neoliberalismo. Su impacto ha sido brutal, devastó la economía campesina, aceleró la minifundización y generó un cambio en el patrón productivo: zonas maiceras paradigmáticas como la Frailesca ingresaron a la Cruzada Nacional contra el Hambre. El Estado cedió su lugar al mercado, mismo que terminó de mercantilizar la vida en las comunidades y deterioró las sociabilidades. El achicamiento del Estado dejó en la orfandad a miles de campesinos y productores rurales, muchos tuvieron que emigrar a Estados Unidos.

Chiapas fue el último reducto de las entidades federativas donde ganó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones de 1988. Aunque ya no gobierna, el PRI dejó una herencia de prácticas en el modo de operar y gestionar la crisis: el neocorporativismo, la compra de líderes, la corrupción, la criminalización de los movimientos sociales, las amenazas a defensores de derechos humanos, etc.

Desde el 2014 se observa una tendencia decreciente de la economía. Entre 2014 y 2020 el Producto Interno Bruto cayó en términos reales en 14.4 por ciento. En 2020 el PIB alcanzó un valor de 251 651 millones de pesos, que comparado con lo obtenido en 2019 implicó una caída de -3.8 por ciento. Las ramas más afectadas fueron los servicios de alojamiento, preparación de alimentos y bebidas con una caída de -39.9 por ciento, seguido de la rama de construcción con -17.8 por ciento y el de manufacturas con -12.5 por ciento[ii].

Este conjunto de problemáticas obliga a formular una agenda de investigación desde una mirada crítica, relacional y con horizontes de mediano y largo plazos. Algunos de los temas-problemas para la reflexión pueden ser los siguientes:

 

1.- Pobreza, desigualdad y exclusión social. A casi tres décadas del levantamiento del EZLN decimos que las condiciones sociales que originaron la rebelión, entre otras cuestiones elementales como techo, comida y democracia, siguen siendo una deuda pendiente.

Chiapas se mantiene como el mayor productor de pobres en el país, en 2020 alcanzó la cifra de 4 millones 218 mil personas, 75.5 por ciento de la población. La Comisión Nacional para la Evaluación de la Política Social (CONEVAL)[iii] registra para 2020 a 34 municipios con niveles de pobreza superiores al 90 por ciento; 21 municipios se encuentran por arriba del 95 por ciento y de estos destacan 10, con población mayoritariamente indígena, con niveles cercanos al 98 por ciento, en algunos con serios conflictos como son los casos de: Chenalhó con 98.6 por ciento; Chalchihuitán con 98.1 por ciento; Oxchuc 98.1 por ciento y Pantelhó con 97.8 por ciento.

No obstante, la población más pobre y las organizaciones de la sociedad civil no han planteado opciones de emancipación orgánicas de amplia base social, con alianzas políticas que lleven a crear procesos de subjetivación liberadora. La característica principal es el presentismo, la rivalidad de liderazgos y la disputa por el espacio. Lo que predomina es la epistemología del desengaño.

 

2.- Tendencias de la precarización laboral y su articulación con la dinámica económica. La precariedadextrema se presenta como el rostro más visible de una sociedad local que requiere de atención urgente. En el último trimestre de 2021 la ENOE reportó una población total de 5 656 819 personas; y una Población Económicamente Activa de 2 232 786[iv]. Las condiciones laborales de los y las chiapanecas están caracterizadas por la precariedad: de los casi 2.2 millones de personas ocupadas, 48.5 por ciento cuenta con un ingreso de hasta un salario mínimo; y 73.4 por ciento de la fuerza laboral se ubica en el sector informal.

 

3.- Gasto público y desarrollo. Una de las paradojas de Chiapas es que mientras el gasto público aumenta la cantidad de pobres es mayor. La deuda pública al tercer trimestre de 2021 alcanzó los 20 122 millones de pesos, esto representa 6 por ciento del PIB de la entidad y con ello se coloca en el tercer lugar en el país en este indicador, después de Quintana Roo y Chihuahua.

 

4.- Relación migración y desarrollo. Los campesinos y productores rurales han emigrado a las ciudades más importantes del sur de México, a las regiones de agricultura intensiva de los estados de Jalisco, Sonora, Baja California, y otros a los Estados Unidos. En 2001 los migrantes chiapanecos enviaron a sus familias la suma de 1 893.4 millones de dólares, alrededor de 37 867 millones de pesos, equivalente al 39.4 por ciento de gasto público de la entidad.

El monto de las remesas en 2021 rebasó el gasto efectuado por el gobierno federal en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que entre enero de 2019 a noviembre de 2021 erogó 8 mil 533 millones de pesos; y el programa Sembrando Vida, que entre febrero de 2019 a marzo de 2021 distribuyó 10 mil 209 millones de pesos. Ambos programas suman un gasto de 18 mil 742 millones de pesos, lo que representa 45.5 por ciento de las remesas generadas en un solo año.

 

5.- Conflictividades y violencia. La violencia sociopolítica se convirtió en un problema cada vez más acentuado en varios puntos de la geografía chiapaneca. La disputa por el control territorial y de los recursos naturales, por el dominio de los ayuntamientos; la permanencia de los conflictos religiosos, así como la reciente presencia del crimen organizado configuran un entorno de crisis.

Las organizaciones campesinas hoy están divididas y confrontadas. Pareciera que se produjo un cambio en la percepción del enemigo, ya no son los caciques y el gobierno como en los años setenta, sino los propios campesinos afiliados a sus organizaciones. El paramilitarismo es una herencia que está presente en varios espacios regionales.

En síntesis, frente a la complejidad de Chiapas es fundamental una reflexión crítica y propositiva. Fuera de los programas sociales del ámbito federal, se percibe la orfandad de proyectos que permitan ofrecer opciones para toda la población, sobre todo para los sectores más vulnerables. Los sistemas de salud y educación se encuentran en crisis; las opciones laborales son precarias; las distintas formas de violencia en varios puntos de la geografía, incluyendo la criminal, van en aumento. Las externalidades están afectando a territorios fronterizos, sin que hasta ahora se tengan respuestas firmes. Las universidades de la entidad atraviesan por una profunda crisis que pone en duda su viabilidad y sin embargo se siguen manejando con criterios patrimonialistas.

[i] Fukuyama, Francis (1990). Estudios Públicos. ¿El fin de la historia? Estudios Públicos, pp. 5-31 Disponible en: https://www.estudiospublicos.cl/index.php/cep/article/view/1503.

[ii] INEGI, 2022. PIB por Entidad Federativa (PIBE). Tabulados. Base 2013, última actualización, 9 de diciembre de 2021. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/pibent/2013/#Tabulados.

[iii] CONEVAL (2021). Medición de la pobreza. Pobreza a nivel municipio. Disponible en: https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/Pobreza-municipio-2010-2020.aspx.

[iv] INEGI, 2021. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (última actualización, 23 de diciembre de 2021). Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/enoe/15ymas/#Tabulados.

Un comentario en “Chiapas a 28 años del levantamiento zapatista: la urgencia de construir una agenda de investigación”

  1. Gustavo Bárcenas
    31 mayo, 2022 at 20:43 #

    Un excelente artículo. Otro de los temas que me parece relevante, y que suma al mundo de los conflictos en el estado, es el tema del extractivismo. Su impacto negativo está reconfigurando la posesión de la tierra, el tejido comunitario que es base del mundo cultural de pueblos indígenas y mestizos, la salud del medio ambiente y de la gente. Y también de las resistencias sociales a estos proyectos de despojo y muerte, que no pueden pasar desapercibidos en el entorno histórico de violencia, y recientemente, de la violencia generada por la disputa del control territorial entre grupos delincuenciales.

    Las resistencias a minas, pozos petroleros, represas, pueden ser un blanco de esos nuevos grupos de interés que provienen de la delincuencia organizada que hacen suyo el control del territorio, el narcomenudeo, los secuestros y la violencia .

    Cada vez se escucha más de la violencia del narco operando en municipios al norte del estado de la zona zoque, en los Altos, y no solo en los municipios fronterizos de Chiapas.

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