La inflación: buenas, malas y peores noticias

En Estados Unidos hay buenas noticias, el índice inflacionario del mes de julio fue cero. Con ello se detuvo un fenómeno económico que inició en el mes de mayo del 2020 y que durante dos décadas no se había experimentado. Es decir, la inflación en su conjunto no cedía desde hacía poco más de dos años.

Sin embargo, en ese país, los alimentos todavía siguen subiendo de precio. Los precios de diversos bienes agropecuarios no han cedido. Esa son malas noticias.

En México, el precio de los alimentos ha subido a tasas aún mayores que la inflación en su conjunto. Esas son pésimas noticias. Porque esa alza de precios impacta sobre el ingreso de las familias.

Habrá que tomar en cuenta que en nuestro país estamos en vísperas de las compras de uniformes, calzados y útiles escolares por el regreso a clases presenciales en educación básica. También, ayer mismo, una de las empresas líderes nacionales en producción de leche anunció el aumento de su producto, lo mismo sucedió con las bebidas embotelladas, también aumentarán de precio.

Es decir, en México todavía -en los próximos meses- no veremos la inflación ceder. Nada indica que la tendencia al alza de la inflación pueda todavía detenerse. Uno de los aspectos fundamentales de ello es la reducción del subsidio a las gasolinas. Lo que si veremos es su efecto devastador: la reducción del poder adquisitivo de las familias. Esa quizá es la peor noticia de todas.

La semana pasada el INEGI anunció que Chiapas elevó su porcentaje de población económicamente activa. Dijo también que es el segundo estado del país con más avance en la disminución de la pobreza y que, además el estado recuperó 14 mil empleos de los más de 12 mil que se habían perdido a causa de la pandemia. Son buenas noticias.

Por su parte, el CONEVAL dijo que el estado de Chiapas fue de las tres entidades con mayor avance en la disminución de la pobreza laboral en todo el país. Chiapas disminuyó en mayor porcentaje su pobreza laboral con 4 puntos porcentuales. También son buenas noticias.

Sin embargo, también se documentó que Tapachula es una de las ciudades más caras del país. De hecho, tradicionalmente nuestra ciudad más fronteriza ha sido catalogada como una de las ciudades más caras del país. Son malas noticias.

Seguramente parte de lo que sucede con el comportamiento económico estatal tan bipolar son consecuencia de dos aspectos fundamentales: su vocación agropecuaria -no industrial ni de servicios- y su lejanía de los centros de producción y distribución nacionales, los cuales dificultan el acceso a los bienes y servicios para sus habitantes.

También, las condiciones de Tapachula demuestran lo que ya es evidente en estos momentos de crisis: el trabajo en el estado de Chiapas es precario. Es decir, puede ser empleo atípico, temporal, mal pagado o con una protección social limitada. De tal forma que, por múltiples razones, no alcanza para sostener una familia y menos ante una situación de inflación que no cede.

 

¿Entonces, si tienen un ingreso precario, ¿Qué pueden hacer las familias para sortear la crisis?

Sobre todo, las familias chiapanecas, que viven en el estado más pobre del país y, en consecuencia, es más que seguro que tengan un ingreso precario.

Para contener la crisis, los extremos son también válidos: uno de ellos es migrar. Actualmente, Estados Unidos necesita trabajadores. Entre las jubilaciones, el covid y precisamente los obstáculos legales y políticos a la migración, el vecino del norte ha visto disminuir los índices de ocupación en diversos oficios y las predicciones económicas apuntan a que el país tendrá un crecimiento acelerado en el consumo de sus habitantes en cuanto la pandemia del coronavirus deje atrás la emergencia mundial.

Sin embargo, hay otras opciones a la migración. Obviamente para sortear una crisis que amenaza los ingresos; también se busca endeudarse.

Si ya se tomó esa decisión, lo primero es no endeudarse con financieras -las denominadas Fintech- no autorizadas por la Comisión Nacional Bancaria y del Ahorro. Esto porque además los intereses que cobran son muy elevados. Si se tiene una urgencia, lo mejor es acudir a una empresa que sea reconocida por las autoridades para evitar las extorsiones.

También, si ya se tienen varias deudas; lo que hay que hacer es “consolidar las deudas”. Es decir, hacerla más fácil de manejar obteniendo un nuevo préstamo para combinar y cubrir sus otros préstamos o deudas.

Incluso, en las compras de productos básicos en las tiendas o supermercados se pueden cambiar los productos de marca, por otros “genéricos”. Sobre todo, en los de primera necesidad como el azúcar, el arroz y frijoles. Chedraui, Oxxo, Soriana y Walmart son algunas de las tiendas de conveniencia que ofrecen productos básicos genéricos.

Sobre todo, es necesario también que la jefa o el jefe de la familia conozca cuál es el consumo mínimo familiar por quincena, mes o semana y evitar los desperdicios. Esto es básico porque hay especialistas que indican que los productos “genéricos” lo que se sacrifica es la calidad. También habría que tomarse en cuenta que muchos consumidores son “fieles” a una marca.

Actualmente, muchas de las empresas que generan o comercializan productos básicos están reduciendo -en todo el mundo- el tamaño y la cantidad de sus productos para evitar encarecerlos y evitar en lo posible un impacto inflacionario que las termine afectando. Es decir, vemos Coca Colas más pequeñas, empaques de aceites más pequeños, papel higiénico con menos rollos, etcétera. El fenómeno se conoce como “reduflación” y básicamente con ello, las empresas buscan ajustarse a lo que el consumidor puede pagar.

También hay que decir que la “reduflación” puede permitir a las empresas reducir el volumen de su producto, pero mantener el mismo precio. Es decir, los fabricantes realizan estas reducciones para precisamente reducir sus propios costos, pero no trasladan ningún ahorro al cliente.

Finalmente, hay que entender que el fenómeno de la inflación es complejo y que, en la coyuntura actual, la situación es mundial y por ello, su combate se complica.

Los países del mundo están restringiendo sus importaciones y disminuyendo también sus compras mundiales. Quieren con ello proteger su mercado interno. Especialmente en lo que refiere a materias primas y productos básicos.

Ello sugiere que las naciones están intentando que el daño al poder adquisitivo sea lo menos duro posible. En esas condiciones, para las familias, un aspecto primordial es estar informados sobre los precios de los productos, no caer en el desánimo, evitar en lo posible las compras innecesarias o de lujo y cuidar el gasto familiar.

A la inflación la resentiremos con especial ímpetu los chiapanecos, esa es una noticia fatal, todavía en el mediano plazo no se ve pueda remediarse, esa es una noticia mala; pero es posible atajarla, esa es una buena noticia.

Twitter: @GerardoCoutino

Correo: geracouti@hotmail.com

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