Coyoleñas hilando acciones con el Movimiento de Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora

Población afrodescendiente. Imagen: Cortesía: Secretaría de Cultura

Por Irene Domínguez Beltrán*

Hace 31 años, después de décadas de lucha ante los problemas raciales, sexistas y de invisibilización a los que aún son expuestas las mujeres afrodescendientes, tuvo lugar en República Dominicana el Primer Encuentro de Mujeres Negras de América Latina y El Caribe con el objetivo de visibilizar y denunciar las violencias y discriminaciones en las que vivían las mujeres negras; asimismo, hacer frente al racismo.

El 25 de julio de 1992 cientos de mujeres, alrededor de cuatrocientas asistentes, acordaron conmemorar esa fecha como el Día Internacional de las Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora. Resalta que en ese mismo año se celebraban los 500 años de la llegada de los españoles a toda esta región en 1492; en otras palabras, fue la pauta de los genocidios y el tráfico de personas negras en función de ser esclavizadas.

Sin embargo, también significaban “500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular”. En este sentido, dichas mujeres se propusieron unir fuerzas para trabajar contra el racismo desde una perspectiva de género; continuar denunciando la discriminación; promover su participación política, la comunicación, intercambio y solidaridad junto a diversas organizaciones. De este modo, mejorar sus condiciones de vida.

Las semillas que aquellas afrodescendientes se dispusieron a germinar han tenido gran esparcimiento en múltiples territorios. Entre ellos, se encuentra Coyolillo, una localidad rural ubicada en el municipio de Actopan, en el estado de Veracruz. Las coyoleñas han acogido las propuestas de este movimiento de mujeres afrodescendientes. Singularmente, las jóvenes integrantes del colectivo Casa Coyolillo, nacidas en la década de los 90, quienes crecieron cuestionándose las violencias y desigualdades sociales en las que estaban inmersas. Su camino hacia la reivindicación afro desde el activismo feminista, iniciaría con el cuidado y la resignificación de sus cuerpos mediante la consolidación del grupo de danza Afrobalele en 2017, en el que además participan niñas y de alguna manera sus madres.

Las coyoleñas encontraron en diversas expresiones de performance, como la danza la poesía, el teatro y el cine, formas creativas de visibilización y denuncia. Mismas que contribuyen a las acciones colectivas articuladas a redes de apoyo e intercambio; favoreciendo no sólo al movimiento más amplio de pueblos y mujeres afros sino al interior de su comunidad.

Tales jóvenes dieron impulso a las reflexiones en torno a su identidad con las demás personas del pueblo, incluyendo a las mujeres de las demás generaciones. Año con año, ellas se suman a las protestas feministas del 8M, sin dejar de lado otras maneras de expresión en su localidad, donde realizan conversatorios, talleres, convivios, pintan murales y pegan carteles en las calles nombrando a mujeres afrodescendientes que han tenido gran influencia en el movimiento.

Igualmente, y sin excepción las afrocoyoleñas conmemoran el día 25 de julio. Este año prepararon un taller sobre la lucha de las mujeres afro y los retos que aún continúan; conversaron sus vivencias llevándolas a señalar problemáticas generalizadas como el racismo normalizado, la discriminación, el acoso callejero, el poco acceso a la salud sexual y reproductiva, la pobreza y la nula representación de las mujeres en los cargos públicos, por mencionar algunas.

Por su parte, las coyoleñas mayores aportan a la resignificación identitaria con sus conocimientos ancestrales de comida típica, medicina tradicional, tejidos y mediante sus historias de vida van consolidando su memoria colectiva. Todas estas mujeres intercambian entre ellas y con otros pueblos o colectivos sus experiencias en diferentes eventos. Desde 2017, han asistido a los Encuentros Nacionales de Pueblos Negros; eventos en el cuales han entrelazado alianzas para fortalecer su movimiento. Uno de sus logros ha sido sumar esfuerzos al reconocimiento constitucional de los derechos de los pueblos afromexicanos en 2019.

En definitiva, las acciones colectivas, cotidianas y performáticas; las promociones de la participación política, solidaridad e intercambios de experiencias; las movilizaciones y protestas, que organizan las mujeres afrocoyoleñas se adhieren a los fines del movimiento de los pueblos negros en general: mejorar sus condiciones de vida. Sobre todo, se hilan al movimiento de mujeres afrolatinas, afrocaribeñas y de la diáspora visibilizando y denunciando las violencias, racismo y discriminación; reivindicando y resignificando dignamente su identidad.

Fuentes consultadas

Berquier, Lucia (2022). “Luchas y resistencias en la historia reciente protagonizadas por mujeres afrodescendientes: Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora en 1992”. Historelo. Revista de Historia Regional y Local, 14(1), 56-92. https://doi.org/10.15446/historelo.v14n31.96046

Casa Coyolillo (2023). Publicaciones [online]. https://www.facebook.com/casacoyolillo

Domínguez, Irene (2022). Entre movilidades traslocales: Aportes en los cuidados comunitarios en Coyolillo, Veracruz. México: CIESAS.

Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora (RMAAD) (2012). Evaluación del Plan de Incidencia política de la RMAAD en el periodo 2006-2011. Nicaragua.

*Colaboradora de Observatorio de las Democracias. sur de México y Centroamérica

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