La sombra de Caín
Casa de citas/ 740
La sombra de Caín
Héctor Cortés Mandujano
Leo Comprender la depresión. Causas, síntomas y maneras de superarla (Edapp, 2019), de José Ramón Alonso, quien escribe (p. 9): “Se calcula que 350 millones de seres humanos tienen depresión en un momento determinado”.
La depresión es, según este especialista (p. 13), “una enfermedad muy común y de larga duración que provoca que una persona se sienta triste, irritable o vacía y que se caracteriza por la falta de ánimo, la pérdida de interés por la vida cotidiana y sus placeres, los sentimientos de culpa o baja autoestima, las alteraciones en el sueño y en el apetito, la sensación de fatiga o falta de energía y los problemas para concentrarse en un objetivo determinado”.
Dice que (p. 15) “el inicio de esta enfermedad empieza normalmente a edades entre los 15 y los 30 años y es mucho más común en mujeres que en hombres”. Otro dato (p. 16): “El país con un mayor índice de depresión es Afganistán, con un 22.5% de la población afectada, y es uno de los peor equipados para luchar contra ella, con tan solo 0.16 psiquiatras por cada 10 000 habitantes”.
La palabra depresión (p. 21) “proviene del verbo latino deprimere, que significa ‘presionar hacia abajo’ y también ‘subyugar’ o ‘abatir’ ”.
Dentro de las recomendaciones para su tratamiento, escribe (p. 66): “Muchos medicamentos antidepresivos como el Prozac actúan incrementando los niveles de serotonina, algo que también se consigue con el ejercicio, la luz natural y las situaciones placenteras de la vida social, como disfrutar de la familia y de los amigos”.
También aconseja (p. 113): “Hay estrategias que ayudan a prevenir la depresión o a salir de una depresión leve. Entre ellas están el ejercicio físico, los baños de agua caliente, el contacto piel con piel y la fototerapia”.
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Dice Odin (no lleva acento) Dupeyron, en ¿Nos tomamos un café? (Editorial Disidente, 2008): “Hay personas en la vida que parecen estar predestinadas a partirte la madre… pero sólo si les hacemos caso”.
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Leo de nuevo a Antonio Machado en Antología poética (Salvat Editores, 1971), uno de los tantos libros que me regaló mi amiga Linda Esquinca.
Se pregunta Julián Marías, en el prólogo, si es Machado el mejor poeta de “nuestros tiempos” (los de ellos, se entiende) y se responde (p. 11): “Antonio Machado es otra cosa: un poeta irrenunciable”.
Dice Machado en un fragmento de “Glosa” (p. 54): “Anoche cuando dormía/ soñé: ¡bendita ilusión!/ que una colmena tenía/ dentro de mi corazón;/ y las doradas abejas/ iban fabricando en él,/ con las amarguras viejas,/ blanca cera y dulce miel”.
En “Por tierras de España” no da una imagen idílica de su patria (p. 77): “Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta/ –no fue por estos campos el bíblico jardín–;/ son tierras para el águila, un trozo del planeta/ por donde cruza errante la sombra de Caín”.
“La tierra de Alvargonzález” es una historia larga y terrible de muerte, culpa y castigo. Los hijos, por ejemplo, matan al padre (p. 96): “Soñando está con sus hijos,/ que sus hijos le apuñalan;/ y cuando despierta mira/ que es cierto lo que soñaba”.
Dedica un poema “A un olmo seco”, al que “algunas hojas verdes le han salido”; dice al final (p. 114): “Mi corazón espera/ también, hacia la luz y hacia la vida,/ otro milagro de la primavera”.
Es de “Proverbios y cantares” este cuarteto (p. 134): “Yo he visto garras fieras en las pulidas manos;/ conozco grajos mélicos y líricos marranos…/ El más truhán se lleva la mano al corazón,/ y el bruto más espeso se carga de razón”.
Machado, como muchos, amaba la poesía de Rubén Darío. Cuando éste murió le escribió un poema en cuyo final pide, exige (p. 158): “Nadie esta lira pulse, si no es el mismo Apolo,/ nadie esta flauta suene, si no es el mismo Pan”.
En más “Proverbios y cantares” escribe (p. 180): “Doy consejo, a fuer de viejo:/ nunca sigas mi consejo”.
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¿Cuál lado de la calle es el otro lado?
Citado en Introducción a la lógica,
de M. R. Cohen
En Introducción a la lógica (FCE, 1952), de M. R. Cohen, traducido por Elí de Gortari, el autor dice que (p. 15) “el objeto propio de la lógica, que de hecho constituye el meollo de la lógica aristotélica tradicional, es lo que se llama la verdad formal”.
Precisa más adelante (p. 22): “La naturaleza del objeto de la lógica podrá entenderse mejor cuando se vea que es idéntico al objeto de la matemática pura”, pues (p. 24) “lo que se llama comúnmente lógica formal es sólo el estudio de la parte más general de la matemática pura”.
Escribe (p. 39): “En la lingüística se consideran las proposiciones como oraciones declaratorias, en la psicología como juicios y en la lógica como aquello que es verdadero o falso”.
En el apartado “La lógica de las metáforas” analiza el valor práctico de la metáfora, a partir de una del Nuevo Testamento (pp. 114-115): “La sentencia ‘apacienta mi rebaño’ es más poderosa que ‘enseña mi doctrina’ porque lleva consigo la atmósfera sugerente que inspiraba auténticamente el sentimiento de la predicación antes de poderse formular: la tierna simpatía hacia los desvalidos y la pena por el hambre espiritual manifiestas particularmente en los rostros tensos, boquiabiertos, de un auditorio oriental”.
Contactos: hectorcortesm@gmail.com

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