Andrés Fábregas ¿A dónde estaba?

Foto: Celali Chiapas

El 18 de julio de 2017 se celebró en el Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán en San Cristóbal de Las Casas, un Conversatorio titulado “Del congreso indígena al surgimiento del CELALI” (ver: Daniel Ochoa, Prácticas Descoloniales. El movimiento de resistencia cultural y lingüística, CONECULTA, Chiapas, 2018, Colección Textos de los Pueblos Originarios, páginas 28 a 102). Daniel Ochoa me entregó su libro al saludarnos el viernes pasado que recibí en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) la constancia de creación de la Cátedra “Andrés Fábregas Puig”, Honor que también me otorga la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH) y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CONUCULTA). Leí el libro ese mismo viernes por la noche y en la página 49 me encontré con la pregunta que hizo Alejandra Moreno, moderadora del Conversatorio, “Andrés Fábregas ¿En dónde estaba? Respondió Enrique Pérez López, “Estaba en el Instituto Chiapaneco de Cultura” y no agregó más. Dado que no fui invitado al Conversatorio aludido, pero como se hace referencia de mi persona a lo largo del mismo, me atrevo a ampliar la respuesta. En efecto, en ese momento al que se alude en el conversatorio, platicando los conversadores sobre los antecedentes del CELALI, surgió esa pregunta que aprovecho para conversar a la distancia en tiempo y espacio, y decir lo siguiente: En los meses ya finales de 1988, el Gobernador del Estado, Patrocinio González Garrido me informó que me nombraba Director del Instituto Chiapaneco de Cultura con el encargo de reestructurar la Institución. En esos momentos fungía como Coordinador del CIESAS del Sureste que habíamos fundado en enero de 1985. Respondí al Gobernador que no podía aceptar el cargo dado que tenía mi compromiso con mis colegas del CIESAS. Pero Patrocinio González-Blanco me dijo que no había alternativa y tuve que aceptar el encargo. La vida le da a uno sorpresas: 20 años después de haber recibido aquel nombramiento, durante la celebración de los 40 años de fundación del CIESAS en la Ciudad de Cuernavaca, Leonel Durán, quien era el Director General del CIESAS en 1988, me confió: “Patrocinio me preguntó qué antropólogo chiapaneco podría dirigir al ICHC, a lo que le respondí: lo tienes enfrente: Andrés Fábregas, que Coordina al CIESAS” Agregó Leonel Durán: No hay problema con CIESAS porque le daré permiso para que ocupe el cargo”. Y terminó Leonel Durán reconociendo que él y Patrocinio habían sido compañeros de estudio en la Escuela Libre de Derecho, lo cual no era muy sabido. Leonel Duran es actualmente investigador en el INAH y Coordinador junto con Elsa Hernández Pons del Seminario “Fundadores de la Antropología Mexicana” al que también pertenezco. Con él, hemos recordado aquellos momentos. Propuse a Patrocino González-Blanco la organización del ICHC en Departamentos, entre ellos, el Departamento de Culturas Étnicas bajo la responsabilidad del Dr. Jacinto Arias, quien aceptó el encargo. Acordé con Jacinto Arias que él y su equipo decidirían las actividades del Departamento bajo mi compromiso de que no intervendría en ello, más que para respaldar sus decisiones. En efecto, Jacinto Arias logró conjuntar a un grupo de intelectuales indígenas que desarrollaron bajo su dirección una labor encomiable y original. Entre lo más sobresaliente de la actividad de Jacinto Arias y su equipo están la fundación del Festival Maya-Zoque, de la Revista Nuestra Sabiduría, de Casas de Cultura en Municipios Indígenas, de ciclos de conferencias y otros eventos, además de publicaciones. Fue el contexto en que Enrique Pérez López hizo la única traducción al tzotzil que existe de la gran novela de Ricardo Pozas, Juan Pérez Jolote, que todavía logre entregarle al Maestro días antes de su muerte. Se hizo la reedición del propio libro de Jacinto Arias, El Mundo Numinoso de los Mayas, importante texto anticolonialista y de reivindicación de las Culturas de los pueblos originales. No me olvido del Encuentro de Escritores Indígenas en el que por vez primera participaron mujeres como Roselia Jiménez y Petrona de la Cruz además de que contamos con la presencia de Carlos Montemayor. Me atrevo a comentar que el actual CELALI se apoyó en el modelo del Departamento de Culturas Étnicas de aquel Instituto Chiapaneco de Cultura. Hoy que observó el avance de la intelectualidad indígena, de la seguridad con la que hablan, de lo espléndido de su producción tanto literaria como en ciencias sociales, no puedo más que agradecer al destino que me haya puesto en lugar en el que pude poner un grano modesto de arena para abrirle el paso a los que han sido tratados tan injustamente que se vieron orillados a levantarse en armas. La culminanción llegó cuando con la resistencia de varios intelectuales caxlanes, logramos que se otorgara el Premio Chiapas a creadores indígenas, no sólo por reconocimiento al aporte de las Culturas Originales sino en premio a su talento. Años después, en 2006, la Universidad Intercultural de Chiapas, otorgó el primer Doctorado Honoris Causa al Dr. Jacinto Arias, cuyos méritos son indiscutibles. Todo ello pasó por mio memoria mientras en San Cristóbal de las Casas el pasado sábado conversaba con los compañeros y compañeras del CELALI. Hago votos porque el actual Gobierno del Estado de Chiapas haga honor a los creadores indígenas y les otorgue el presupuesto digno que requieren para llevar adelante sus actividades. Ojalá que esta modesta petición no caiga en el vacío y el CELALI reciba los recursos que requiere para su funcionamiento.

Bosques de Santa Anita, Tlajomulco, Jalisco. A 27 de mayo, 2025.

No comments yet.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Leave your opinion here. Please be nice. Your Email address will be kept private.