En torno a un libro

.

Francisco Labastida Ochoa, como lo recordarán muchos lectores de Chiapas Paralelo, fue un político destacado dentro del PRI, incluso llegó a ser candidato a la Presidencia de la República al término del sexenio gobernado por Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000). La Duda Sistemática. Autobiografía Política, es el título publicado por Labastida Ochoa (México, Grijalbo, 2024) que seguramente ha sido ampliamente difundido de tal manera que en el mismo año de 2024 se hizo la primera reimpresión. Sin duda, esté uno de acuerdo o no con un político como Labastida Ochoa que destacó dentro de las filas del PRI y ocupó cargos importantes hasta llegar a la candidatura de su partido para ocupar la Presidencia de la Republica, un libro de memorias de un personaje con esas características es importante. Lo primero que me llamó la atención del libro de Labastida Ochoa es una larga cita de Bárbara Tuchman, la periodista e historiadora estadounidense muerta en 1989: “La insensatez es hija del poder. Todos sabemos por continuas repeticiones de las frases de Lord Acton, que el poder corrompe. Menos sabemos que engendra insensatez; que el poder de mando frecuentemente causa falla de pensamiento; que la responsabilidad del poder a menudo se desvanece conforme aumenta su ejercicio. La responsabilidad general del poder consiste en gobernar lo más razonablemente posible en el interés del Estado y de sus ciudadanos. Un deber de tal proceso es mantenerse bien informado, atender a la información, mantener abiertos el juicio y el criterio, y resistir al insidioso encanto de la terquedad” (en, La Marcha de la Locura, México, Fondo de Cultura Económica, 1989). Con esta cita el autor enfatiza una de las tesis de su libro: que el problema de México es el poder de un solo hombre, la ineficacia de la separación de poderes. A esta característica se agrega, según Labastida Ochoa, la impunidad, la corrupción y la inseguridad, y cita a Gabriel Said: “Cuando la impunidad se vuelve parte de los usos y costumbres, la sociedad se degrada y el Estado se fragmenta…Si no hay seguridad, no hay Estado”. Hemos de agradecer a Labastida Ochoa que desde las primeras páginas de su libro señale cuál es su opinión sobre la problemática del país y por qué el método de la “duda sistemática” para escribir el libro. Escribe Labastida Ochoa: “¿Qué es la duda sistemática? Para mí es un método que me ha permitido resolver la incertidumbre ante una decisión importante que tomar” (Labastida Ochoa, 2024, p. 15). De hecho, es cómo se instruye actualmente en las universidades a los estudiantes de Ciencias Sociales para diseñar sus proyectos de investigación: cuáles son las preguntas, es decir, las dudas que hay que despejar sobre una temática para crear conocimiento. De hecho, es el método de proceder desde Aristóteles, pasando por René Descartes hasta llegar a la actualidad. Con advertencias como las mencionadas, Labastida Ochoa escribe un libro de memorias que es importante escudriñar por la variedad de temas que toca y que están estrechamente relacionados con el devenir político del país. En ese sentido, me interesó especialmente su descripción de cómo se dio el ascenso al poder de Vicente Fox, porque además es un suceso comentado por la propia Presidenta del País en torno a la actuación política de Ernesto Zedillo. Incluso, la Presidenta hace referencia al libro de Labastida Ochoa para apoyar su argumentación.  En efecto, en las páginas de la 201 a la 2019, Labastida Ochoa expone su parecer de lo que impidió que él fuera electo como Presidente de la República en esa elección y del apoyo que Ernesto Zedillo ofertó a Vicente Fox y por qué lo hizo. A través de 19 páginas, Labastida Ochoa describe lo que él considera una separación entre el PRI y Zedillo, lo que ocurría por vez primera en la historia política del partido y del país. Ello implicaba que Zedillo se negaba a elegir a su sucesor-como era la “costumbre” política- y en cambio proponía una elección interna que, según da a entender Labastida Ochoa, tenía el propósito de vaciar las arcas del PRI para asegurar su derrota. La sombra del asesinato de Colosio no dejó de perseguir a Zedillo quien, además, logró un préstamo estadounidense por una cantidad exorbitante: 40 mil millones de dólares, que, según Labastida Ochoa, se negoció a cambio de satisfacer la demanda de los Estados Unidos para que ganara Fox. Después de recordar todos los obstáculos que le puso Zedillo durante la campaña, incluyendo las trabas de gobernadores en su contra, Labastida Ochoa reflexiona: “¿Qué lo motivó? La razón principal podría ser esta: cuando el gobierno de Estados Unidos le hizo a México el préstamo de 40 mil millones de dólares para afrontar la crisis desatada por “el error de diciembre”-negociación que el Presidente Zedillo negoció personalmente-, se le demandó el compromiso de propiciar la transición democrática y que, para ello, el PRI dejara de gobernar (la ciudadanía así lo quería) y él entregara la Presidencia a la oposición. La verdad completa sólo la conoce el expresidente y, tal vez, su secretario particular, Liébano Sáenz. A ninguno de los dos los he vuelto a ver.” (Labastida Ochoa, 2024, pagina 217). Recuerdo que ese 2 de julio del año 2000 en el que Zedillo salió personalmente a anunciar el triunfo de Vicente Fox, no fuimos pocos los que pensamos que había una negociación con los Estados Unidos para que no ganara ni el PRI ni el Ingeniero Cárdenas, por supuesto. El candidato del gobierno de los Estados Unidos era, claramente Fox, y el libro de Labastida viene a apoyar ese planteamiento. Por supuesto Zedillo fue bien recompensado, incluso, le ganó los puestos con los que soñó el propio Salinas de Gortari: ser funcionario de la Universidad de Harvard, cobrar en las compañías norteamericanas a las que entregó los ferrocarriles, entre otros beneficios que obtuvo. Zedillo ejemplifica lo que propuso el Secretario de Estado Robert Lansing: “Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de los Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la mis Presidencia. y sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, HARÁN LO QUE QUERAMOS, Y LO HARÁN MEJOR Y MÁS RADICALMENTE QUE LO QUE NOSOTROS MISMOS PODRÍAMOS HABERLO HECHO”. ( Cita en James D. Cockcroft, Mexican Revolution Then and New, Montly Review Press, Nueva York, 2010, página 77). Y como Zedillo varios estudiantes mexicanos de posgrado en economía o ciencias sociales, hoy profesionales, cumplen con lo que apuntaba quien fuera Secretario de Estado en tiempos de Woodrow Wilson. La claridad meridiana con la que Robert Lansing hace su propuesta arroja luz sobre el actuar injerencista del gobierno norteamericano, que hoy atraviesa por una crisis interesante. La lección está allí para quien quiera de buena voluntad, asimilarla. El mismo FOBAPROA es una estrategia para mantener a México en deuda permanente y evitar a toda costa el desarrollo y la repartición de la riqueza en el país.

Bosques de Santa Anita, Tlajomulso, Jalisco. A 11 de mayo, 2025

No comments yet.

Deja una respuesta

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Leave your opinion here. Please be nice. Your Email address will be kept private.