Una reflexión acerca de la antropología en Chiapas

Seminario Historia, Memoria y Patrimonio de los Pueblos de Chiapas

Invitado por la Dra. Gillian Newell, investigadora, antropóloga, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, acudiré a una sesión del Seminario Historia, Memoria y Patrimonio de los Pueblos de Chiapas este jueves 22 de mayo. Dicha invitación es muy honrosa y me permitirá conversar con colegas y espero que también con estudiantes, acerca de la disciplina de las ciencias sociales que ha tenido mayor presencia en Chiapas: la Antropología Social y la Etnología. Últimamente y gracias a la Escuela de Historia de la UNICACH, esta disciplina ha cobrado más importancia en Chiapas. Antes de que hubiera enseñanza de la antropología en Chiapas, quienes se interesaban en esa disciplina debían acudir a la Escuela Nacional de Antropología e Historia en la Ciudad de México, o bien a la Universidad Veracruzana en Jalapa y a la Universidad de Yucatán en Mérida, instituciones que impartían las licenciaturas en Antropología y en Arqueología. En el año en que terminé la Preparatoria en el legendario ICACH, 1962, no había mayores horizontes para seguir estudiando en Chiapas, más que la Escuela Normal situada en Tuxtla Gutiérrez o la Escuela de Derecho de San Cristóbal de las Casas. Al ingresar a la Escuela Nacional de Antropología e Historia en 1965, me encontré con un paisano, Manlio Barbaosa, quizá el primer chiapaneco en estudiar y graduarse como antropólogo. Manlio Barbosa ha sido un personaje muy importante en Puebla, en donde fundó en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla la Escuela de Antropología de esa Institución, situada la dicha Escuela en la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP. Ha estudiado a los pueblos del Suroeste de los Estados Unidos, parte de la Gran Chichimeca, con el apoyo de la Universidad de California en Los Ángeles. Hasta donde llega mi información Manlio Barbosa está jubilado y hasta este momento, no le conozco algún texto sobre Chiapas. Como docente ha formado a una significativa cantidad de antropólogos y antropólogas egresados de la BUAP. Manlio Barbosa ha llevado su interés académico al estudio de las culturas Zapotecas y Nahuas y aún, a la Egipcia. Su obra es importante. En mis días de estudiante en la ENAH conviví con Manlio Barbosa en diferentes ocasiones. Después de su graduación se estableció en Puebla ciudad en la que ha radicado gran parte de su vida.  También, unos semestres adelante en la misma ENAH, había un estudiante tzotzil que vivía en la casa del Maestro Ricardo Pozas. Seguramente era de origen Chamula. No tuve la oportunidad de convivir con él y abandonó la Escuela sin terminar la carrera. Pero quien si terminó e ingresó unos semestres después del que yo cursaba es la ahora Dra. Beatriz Albores, hija del Maestro Eduardo Javier Albores, de grata y querida memoria en Chiapas. Beatriz Albores fue la primera antropóloga mexicana que analizó la estructuración teórica de los estudios estructural funcionalistas aplicados en Chiapas por las Universidades Norteamericanas. De hecho, fue la tesis con la que se graduó y obtuvo la Maestría en Antropología Social en la ENAH. Su libro se publicó en Chiapas y es una lectura obligada para todo estudioso de la antropología. Así mismo, recuerdo a nuestro finado colega Víctor Esponda Jimeno, con quien impartimos, quizá por primera vez en la ENAH, un curso completo sobre Parentesco. Mantuvimos una excelente relación de amistad y académica, incluso editamos un texto de Lawrence Krader, Historia del Marxismo: teorías de la evolución, revolución y Estado. La crítica de Marx a sus contemporáneos Darwin, Carlyle, Morgan, Maine y Kovalevsky, que edito el CESMECA de la UNICACH en su colección “Apuntes del Sur”. Dicho texto lo he utilizado intensamente en mis Seminarios de Posgrado en el Programa de Doctorado en Ciencias Sociales del CIESAS-Occidente. Los personajes mencionados son los que recuerdo que estudiaron en la ENAH y sería muy interesante que se entrevistara a la Dra. Beatriz Albores para recoger su testimonio y agregarlo en una futura investigación sobre antropólogos y antropólogas de Chiapas. Hasta donde sé, no existe una historia escrita de la enseñanza de la antropología en el propio Chiapas y uno de los antropólogos que está bien capacitado para hacerlo es el Dr. Carlos Uriel del Carpio, que reside en Tuxtla Gutiérrez. Es incluso un tema que el propio Dr. Del Carpio ha expuesto precisamente en el Seminario que coordina la Dra. Gillian Newell. En mi caso, me gradué en la ENAH en 1969, con una tesis que me dirigió Guillermo Bonfil acerca de la creencia en Nahuales en la región de Chalco-Amecameca, como parte de una investigación que trató de explicar la visión del mundo de campesinos de origen nahua que habitan en esa región tan estudiada por el propio Guillermo Bonfil. Me tomó algunos años hacer trabajo de campo en Chiapas debido a la continuación de mis estudios en la Escuela de Graduados de la Universidad Iberoamericana fundada y dirigida por Ángel Palerm, estudios de posgrado que continué en el Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de Nueva York en el campus de Stony Brook, bajo la dirección de Pedro Carrasco de quien fungí como Ayudante de Docencia. Mi ciclo de investigación, iniciado en Chalco-Amecameca, se continuó en Los Altos de Jalisco, después vino la fundación del Departamento de Antropología Social de la UAM-Iztapalapa  en 1975 y el trabajo en la región cafetalera y cañera de Jalapa-Coatepec en Veracruz, para en los inicios de la segunda mitad de los 1980 iniciar el análisis de la Frontera Sur de México con un equipo del que formó parte Juan Pholenz, antropólogo chiapaneco, pionero en el análisis de la economía de plantación en el Soconusco y de los avatares de la introducción del capitalismo en Chiapas. Por supuesto que previo a lo relatado hay que mencionar la importancia de las Universidades de Harvard y Chicago que durante un lapso prolongado hicieron investigación antropológica sobre todo en el orbe indígena de los Altos de Chiapas. Sobre ello, quien está mejor capacitado para escribir es el Dr. Andrés Medina, distinguido etnólogo con obra importante en Chiapas. En la actualidad existe una academia chiapaneca de antropólogos y antropólogas formados básicamente en el propio Chiapas que continúan con un trabajo importante al lado de otras disciplinas como la economía o la sociología y por supuesto, la historia. Espero que en mi comparecencia en el Seminario que coordina la Dra. Gillian Newell el próximo jueves 22, se pueda ampliar y completar esta visión al tenor de las conversaciones con colegas asistentes. La gente y el paisaje de Chiapas siguen siendo muy importantes para explicar la trayectoria de la Antropología con sus ramales en Arqueología, Lingüística, Antropología Física. Etnología, y los resultados de esos análisis en el propio devenir de la sociedad y la variedad cultural de Chiapas.

Bosques de Santa Anita, Tlajomulco, Jalisco. A 20 de mayo, 2025

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