Tejer la palabra, una labor desde el corazón

Miró
A mi niña interna, con mucho amor.
Con gratitud, a quienes forman parte de las Voces ensortijadas.
La lluvia que inició desde la tarde me acompaña mientras escribo estas líneas; en realidad tengo más acompañantes, los grillos que no dejan de sorprenderme, con su canto incesante, aún bajo la lluvia. Se siente muy grato escuchar al mismo tiempo el sonido de la lluvia que cae sobre las hojas de los árboles y crea una especie de ritmo, que se va dispersando y regresa. Y como en un quinto plano alcanzo a escuchar el canto de las ranas que, aunque lejano, es potente el sonido. Se me figura como si a través del canto expresaran la alegría por la lluvia.
Hoy en particular, siento la presencia de mis ancestras y ancestros como en una especie de abrazo, de esos que apapachan lindo y que recuerdan lo bello de la existencia, de ahí que la lluvia y los demás elementos que comento sean elementos muy importantes, de conexión con la naturaleza.
Vamos concluyendo el mes de julio, éste es un mes muy especial para mí, entre uno de los motivos principales es porque se celebra el aniversario de esta columna, Voces ensortijadas. Este mes la columna cumplió ocho años de su creación. El tiempo pasa pronto, en estos ocho años he tenido la oportunidad, el regalo, la bendición de escribir cada semana, sobre una diversidad de temas, y de que las Voces ensortijadas continúen teniendo los espacios para poder ser divulgadas, leídas, escuchadas y comentadas.
Me gusta recordar los momentos en la infancia y adolescencia que me remiten a mi gusto por la lectura y la escritura, bases importantes para el caminar de la vida. Este recorrido que inicié desde el 2017 que decidí escribir la columna me ha llevado a encuentros muy gratificantes, a volver la mirada no solo a lo cotidiano, a la naturaleza, a quienes me rodean, a mi terruño, sino también a los conflictos que se suscitan en los diversos contextos, también me ha reiterado la importancia del valor que tiene la escucha no solo para las demás personas sino también la escucha interna, volver la mirada hacia mí.
Considero que la escritura se ha convertido en una parte esencial de mi cotidiano, me siento muy agradecida de poder hacerlo, sobre todo consciente de la responsabilidad que implica escribir para divulgar los textos y que estos textos tienen un acompañamiento colectivo. Escribir las Voces ensortijadas semanalmente, desde hace ocho años, es para mí una valiosa forma de tejer la palabra, una labor desde el corazón que me llena de entusiasmo, de emoción, donde la creatividad y la memoria se hacen presentes.
Agradezco mucho al público lector de esta columna, por su cariño, por su tiempo para leer, por resonar con los textos; muchas gracias a Letras, Idea y Voz, a Chiapas Paralelo, a Tropikalia, por el espacio que le siguen brindando a las Voces Ensortijadas para su divulgación. Un abrazo con cariño para todas, todos, todes. La lluvia sigue, me parece que continuará toda la noche, arrullando los sueños, con los grillos que siguen animados para darle el toque mágico a este concierto de la naturaleza, como el festejo del octavo aniversario de esta columna.

No comments yet.