Docencia, generosidad y alegría, así recuerdan a Yssa Janet Salazar Ramírez

Compañeros de docencia, amigos, estudiantes y familiares hablan de Yssa Janet -con su nombre completo, como a ella le gustaba-, como una mujer generosa, con sonrisa perpetua y determinación inquebrantable.

         Graciela dice que su hermana era poesía, torbellino de risas y voluntad: “Ella nunca se rindió; fue su cuerpo el que se apagó”.

         Yssa Janet Salazar Ramírez nació el 5 de diciembre de 1963, y trabajó para la Universidad Autónoma de Chiapas, como docente de comunicación, desde 1996.

         La directora de la Facultad de Humanidades, Danae Estrada Soto, habla de la Facultad de Humanidades, como de la casa de Yssa Janet, donde pasó 29 años como catedrática de las asignaturas en relaciones públicas, mercadotecnia y comunicación organizacional.

         Hay lágrimas. Es imposible contener los recuerdos de la partida. Dorian Flores, coordinador de la Licenciatura en Comunicación, habla del carácter centellante y divertido de la doctora Yssa Janet.

         Fernando Arévalo, académico de la Licenciatura en Comunicación, muestra una galería de fotos, de nuestra amiga y compañera, que ha partido al infinito.

         El auditorio de la Facultad de Humanidades repleto de estudiantes, muchos de los cuales cursaron alguna materia con Yssa Janet, también la evocan con su sonrisa y generosidad.

         Vanessa Medina Roblero, exalumna brillante de esta Facultad, recuerda que, en una ocasión, hace más de 30 años, mientras veía la televisión local, le llamó la atención la atractiva figura de la conductora.

         “Quiero ser como ella”, se dijo, y le escribió una carta. Esperaba con impaciencia la respuesta. Pero no la recibió por la vía tradicional. En ese mismo programa, la conductora, que era Yssa Janet, leyó la carta.

         La motivó a que estudiara comunicación, a que viajara a Tuxtla. Vanessa lo hizo, y fue acompañada por su guía a su primer día de clases. Y desde entonces compartieron viajes y sueños y también las noticias apesadumbradas sobre la salud de su mentora.

         Arturo García Lewenstein recuerda cómo Yssa Janet, su amiga entrañable, la convenció a que se dedicara a la locución: “quiero una voz diferente”, le dijo, y a partir de entonces estuvieron en varios espacios radiofónicos, públicos y privados. Su último mensaje fue el 31 de julio: “¿Cómo estás, Yssita? ¿Cuándo regresas?”. Ya no tuvo respuesta.

         “Si alguien pasó en tu vida y dejó luz, resplandece en tu alma por toda la eternidad”, dice en forma de despedida.

         María Eugenia Díaz de la Cruz refiere la generosidad de Yssa Janet: “Cuando llegué a impartir clases me dio prestadas sus antologías, me orientó. Era una mujer radiante y llena de energía”. La despide: “Descansa en paz tu corazón guerrero y que tu sonrisa nos acompañe siempre”.

         Carmen Marín Levario, le confiesa: “cómo te voy a extrañar; ¡hasta siempre!”.

         Participan también sus alumnos, sus alumnas: Paola Fernanda Gutiérrez, José María Bautista y Karla Andrea Cortés.

         En el presídium de este homenaje póstumo están María Silvia y Adolfo, padres de Yssa Janet Salazar Ramírez. Su madre, entre lágrimas, dice que su hija le preguntaba: “¿Verdad que no me voy a morir?” Y ella la animaba, le decía que no; confiaba en un milagro.

         Pero Yssa Janet sabía que se estaba apagando, que era necesario marcharse:

         “Con profunda gratitud me despido de ustedes… Agradezco a mis compañeros colegas por su invaluable apoyo y colaboración en esta hermosa tarea de enseñar..

         “A mis amados alumnos les agradezco la oportunidad de haber compartido mi pasión por el conocimiento.

         “Llevo conmigo el recuerdo de cada uno de ustedes. De sus preguntas. De sus risas. De sus logros. Espero que mi legado perdure en sus corazones y en sus futuros éxitos…

         “Recuerden que la búsqueda del conocimiento es un camino constante y que cada experiencia, cada desafío es una oportunidad para crecer..

         “Sigan aprendiendo…

         “Sigan soñando…

         “Nunca dejen de buscar la verdad…

         “¡Hasta siempre!

         “Su maestra, Yssa Janet Salazar Ramírez”.

         Graciela lee el texto en medio de esta tristeza, de esta despedida que duele, que lacera y conmueve, y más con las lágrimas que brotan de los asistentes y del cielo al final del homenaje póstumo.

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