La música en el corazón

Imagen: https://www.cocyten.gob.mx/post/la-musica-ciencia-o-arte

 

Eleonora, Mario y Elizabeth habían coincidido en ir a cursar sus estudios de licenciatura a otro estado, en una universidad pública, tenían la oportunidad de que sus madres y padres pudieran financiar sus gastos. Como era de esperarse, habían rentado un espacio en común para vivir ahí. Mario y Elizabeth eran hermanos, Eleonora era su prima.

Estaban adaptándose a la nueva ciudad y a la colonia donde vivían. Ya habían hecho algunos recorridos a los lugares más necesarios de conocer, las paradas de transporte público que los llevaba cerca de la universidad, el mercado, tiendas de abarrotes, farmacias, papelerías, algunos restaurantes, cafeterías y hasta un par de bares.

Entre los tres se iban alternando para ver quién cocinaba, cada integrante intentaba lucirse a la hora de preparar el desayuno y la cena. Normalmente comían en alguna cocina económica cercana a la universidad.

Ese fin de semana era cumpleaños de Elizabeth y Mario, por alguna extraña coincidencia habían nacido el mismo día, pero con dos años de diferencia, ella era mayor que él. Eleonora quería darles una linda sorpresa para la comida, prepararía uno de los platillos tradicionales de su región, nopales guisados con camarón y sopa de arroz; le había pedido la receta a su mamá. Así que ese sábado madrugó para ir al mercado y comprar los ingredientes.

Eleonora emprendió la ruta al mercado. Le gustaba ir ahí, aparte de que recordaba a los mercados de su terruño, le encantaba cómo tenían organizadas las frutas en cada puesto, algunos tenían hasta canastas de mimbre que hacían lucir más a las frutas y verduras. Ya tenía su marchanta preferida. No tardó en comprar los ingredientes y regresar a casa.

Mientras caminaba se dio cuenta que, aunque apenas iban a dar las ocho de la mañana, había mucha gente en el mercado. Así que decidió ir a paso lento, aprovechó para observar los puestos informales que había, las frutas de temporada y cómo las vendían empacadas, la cantidad de señoras mayores que ofrecían su vendimia, sentadas en una especie de banquitos improvisados, como cubetas con algún cartón o trapo encima. La venta era, en su mayoría verduras, dulces tradicionales, algunas con frijoles de distintas variedades y otras, flores.

Entre el ir y venir de las personas, y el barullo propio del mercado, alcanzó a escuchar una melodía que le sonó conocida, pensó que el sonido venía de algún transporte público, porque había paradas aledañas. A medida que continuaba caminando seguía escuchando la canción, ahora un poco más cerca y logró identificar que era el inicio de la canción La vida es un carnaval. Sin embargo, la música se cortaba por instantes, solo era la pista, sin voz.

Delante de ella iba un señor como de setenta años que caminaba despacio y se detenía. Eleonora se dio cuenta que el señor llevaba cargando algo, al frente del pecho, cuando estuvo más cerca, descubrió que la pista musical provenía de una grabadora que el señor cargaba al frente. Además, alcanzó a ver que también llevaba un micrófono; en algún momento el señor se detuvo, buscó un pequeño espacio para acomodarse y comenzó a cantar.

Eleonora se quedó escuchando algunos minutos. La canción era una de sus favoritas, tarareó la letra, y poco a poco, fue pensando en el trabajo informal de varias personas adultas mayores en el mercado, era evidencia de las necesidades que tenían para subsistir, algunos rostros mayores manifestaban no solo el paso de los años sino también rastros de tristeza, cansancio, pero algunos más una viveza en los ojos que se contagiaba. El señor de la grabadora parecía que tenía la música en el corazón, entonaba la canción con mucho entusiasmo. Eleonora buscó una cooperación para darle, ni cuenta se dio en qué momento el señor había colocado una gorra al lado de donde cantaba.

Al ritmo de la vida es un carnaval siguió su camino a casa. A medida que avanzaba iba repasando la receta que guisaría, mientras se le venía a la mente la importancia en la vida diaria de llevar la música en el corazón.

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