A 60 años de La Democracia en México.

La Democracia en México

En 1965, hace exactamente sesenta años, un Pablo González Casanova, sociólogo, joven, recién regresado de Francia en donde estudió ciencias sociales, publicaba su libro La Democracia en México. En aquellos días gobernaba al país el Presidente Adolfo López Mateos, el mismo que dijo: “soy de izquierda dentro de la Constitución”. Con todo y esa sentencia, un sexenio de terror orquestado desde la presidencia de la República fue el sello de López Mateos, que a su vez, reproducía los que desde 1940 inició Ávila Camacho: la demolición de los principios de la Revolución Mexicana. López Mateos gobernó a México en el sexenio que va de 1958 a 1964, instituyendo la violencia política y catalogando como “enemigo” a todo aquel que tuviera una actitud crítica ante los abusos de su poder. Es una práctica que siguió al pie de la letra su alumno, el siniestro Gustavo Díaz Ordaz que usurpó la presidencia de México en el sexenio que va de 1964 a 1970. Veamos los sucesos del país inmediatamente anteriores a la publicación de La Democracia en México. En 1956 ocurrió la brutal represión contra los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), invadiendo el ejército el internado destinado a los estudiantes y apaleando a todo el que pudieron. En 1958, ya con López Mateos en la Presidencia, ocurre la masacre de Poza Rica contra ciudadanos que protestaban en contra del fraude electoral. En 1959, se convoca a la Huelga General de los trabajadores de los Ferrocarriles Nacionales de México, con terribles saldos por la represión. Son hechos prisioneros Demetrio Vallejo y Valentín Campa, líderes de los trabajadores que permanecerían 10 años en la siniestra prisión de Lecumberri. Pero en 1962 ocurre un crimen terrible: un grupo de soldados al mando del Capitán José Martínez, allana el domicilio de Rubén Jaramillo, líder campesino del estado de Morelos, y lo asesina en su propia casa. A empellones y culatazos, conducen a su esposa embarazada y a sus pequeños hijos a quienes asesinan en las inmediaciones de la ciudad arqueológica de Xochicalco. Y así podríamos seguir: todo el sexenio de López Mateos fue de represiones brutales contra los médicos, los maestros, los estudiantes. En un México así, un sociólogo, Pablo González Casanova consideró de urgencia publicar un análisis de la proclamada democracia en el país, para demostrar la falacia que era la realidad. En un México que vivía bajo el temor de la represión, ¿cómo no escribir un libro acerca de la Democracia? ´¿cómo no demostrar que las elecciones las ganaba el partido de Estado a base de fraudes? Y justo es lo que desvela Pablo González Casanova en un clásico no sólo de la sociología en México sino de las Ciencias Sociales en Latinoamérica y el Caribe, a la par de Los Condenados de la Tierra de Franz Fanon o del México Profundo de Guillermo Bonfil. En La Democracia México, editado por ERA debido a que el Fondo de Cultura Económica se negó a hacerlo, Pablo González Casanova discute la existencia de un sector de la población en México que vive en las ciudades, asiste al cine, lee los periódicos de una prensa vendida, disfruta de los bienes nacionales, en contraste con la mayoría del país que vive en la marginación y sujeto a una represión que no vacila en asesinar a familias enteras como ocurrió en el caso de Rubén Jaramillo. No se olvida Pablo González Casanova en denunciar la condición de colonialidad de los pueblos indígenas, al extenderse en su concepto de colonialismo interno que venía desarrollando desde finales de la década de los 1950. Todo ello, incluso la polémica propuesta de que México era una “sociedad dual” (concepto que abandonará Pablo González Casanova después de la polémica que levantó) es el contenido de La Democracia en México, libro publicado con Gustavo Díaz Ordaz en la Presidencia de la República, el mismo que mandó cesar a Arnaldo Orfila Reynal como Director del Fondo de Cultura Económica por atreverse a publicar los estudios de Oscar Lewis de la pobreza en México. Por supuesto que, como lo he señalado en otras ocasiones, la propuesta de González Casanova sobre la existencia de un colonialismo interno suscitó la airada respuesta de los antropólogos indigenistas en México, notablemente de Gonzalo Aguirre Beltrán, que acusa a Pablo González Casanova de defender al colonialismo europeo. Son los excesos del Nacionalismo de Estado que llevaron a ejecutar una política de asimilación de las comunidades y pueblos indígenas, buscando su desaparición e integración en la estructura de clases del país. Hoy con los sucesos como la llegada de un Indígena a la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Reforma a la Ley indígena, que incluye a los afrodescendientes, queda por analizar si, efectivamente no existe ya el colonialismo interno en México y si el Estado Nacional ha comprendido que somos una nación de pluralidad cultural además de que la democracia debe ser una realidad y no una ficción. Temas relevantes para los científicos sociales a 60 años de la publicación de La Democracia en México.

Bosques de Santa Anita, Tlajomulco, Jalisco. A 23 de septiembre de 2025

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