Discutir Chiapas

Tila, Chiapas. Foto: Ángeles Mariscal

En las dos primeras emanas de este mes de noviembre estuve en Chiapas. Fue un período en el que celebramos el Encuentro Internacional de Cátedras José Martí, pude asistir al concierto de marimbas en el Teatro de la Ciudad con motivo del Festival alusivo, cumplí mi compromiso de pronunciar una conferencia durante el Primer Encuentro Internacional de Guías de Turistas convocado por el Colegio de Turistas de Chiapas, además de conversar con periodistas de diversos medios de comunicación. Como es ya sabido, los vuelos de Guadalajara a Tuxtla Gutiérrez y de esta ciudad a Guadalajara van repletos, lo que me sigue llamando la atención. Durante el desayuno en el hotel en donde me hospedé, las personas además de acercarse a saludar me hacían preguntas, algunas de ellas muy difíciles de responder con pocas palabras. Las calles de Tuxtla Gutiérrez las vi repletas de autos y de personas. Hubo momentos en que no sabía en qué rumbo de la ciudad en donde nací estaba. La oferta culinaria en Tuxtla Gutiérrez se ha ampliado notablemente con restaurantes de alta calidad, bares, taquerías, incluso con ofertas de gastronomías de muy diversas partes del país. La presencia de taquerías de origen sinaloense, le dan entrada a los sabores del norte del país y vienen a unirse a las tradicionales taquerías tuxtlecas además de las cantinas llamadas ahora botaneros. Todo un mundo gastronómico en una ciudad que, a “ojo de buen cubero” debe rebasar el millón de habitantes contando a la población flotante. En ese contexto de un Chiapas en donde es factible discutir el pensamiento de José Martí además en la casa del General Ángel Albino Corzo, en la Chiapa que lleva su apellido, me llevó a reflexionar en la importancia de discutir Chiapas. Un estado del país que en los últimos 30 años muestra cambios significativos a la vez que la presencia de añejos problemas, como el de la pobreza. Chiapas, según los informes más recientes del INEGI sigue ocupando el primer lugar en la cantidad de pobres en el país no obstante los cambios en ese rublo. ¿Qué cambios han ocurrido en Chiapas en estos últimos 30 años, después de aquel 1 de enero de 1994? ¿Por qué continúan los añejos problemas de desigualdad social en Chiapas? ¿Hacia dónde va Chiapas? Todas estas interrogantes son factibles de discutir en un diálogo entre las academias científicas existentes en Chiapas y la población. Hace años era Chiapas conocido por su población indígena concentrada en los Altos de Chiapas. De los zoques nadie se acordaba. Las universidades de Harvard y Chicago trazaban los métodos y las problemáticas a discutir en el contexto de la aplicación del indigenismo como política de Estado hacia los pueblos originarios. Una antropóloga tuxtleca, Beatriz Albores fue la primera en publicar un análisis crítico de las orientaciones de la antropología estructural-funcionalista aplicada por las universidades norteamericanas. Su libro, publicado en 1978 fue un llamado de atención a la antropología mexicana para ocuparse de las añejas problemáticas de Chiapas, además de contener un importante Prólogo de Andrés Medina, uno de los etnólogos más destacados que han trabajado en Chiapas. Después ocurrió la fundación del CIESAS del Sureste y la paulatina presencia de instituciones locales situadas en las Universidades, o los esfuerzos pioneros en la investigación llevados a cabo en el Instituto Chiapaneco de Cultura o la fundación del ahora CIMSUR de la UNAM, además de la presencia de Chapingo y el CESMECA de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas amén de los programas de la Universidad Intercultural de Chiapas. En la actualidad se cuenta en Chiapas con centros de investigación que agrupan a una importante academia en Ciencias Sociales que ha estudiado y estudia la compleja problemática del estado. Se tiene todo para que en los medios masivos de comunicación, la televisión y las famosas redes sociales, se transmitiera mensualmente una mesa redonda o conversatorio como se le llama ahora, entre académicos y representantes de diferentes sectores de la población, discutiendo una temática concreta alrededor de un Programa que bien podría llamarse Discutir Chiapas. Existe el interés entre la población chiapaneca por una discusión así, como lo he palpado en Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Chiapa de Corzo o San Cristóbal y seguramente que esa misma inquietud existe a lo ancho y a lo largo del estado. Discutir Chiapas podría llegar a ser una fuente importante de opinión que resultaría de utilidad para el diseño de políticas públicas dirigidas a resolver los problemas más acuciantes de un estado como Chiapas. Y sería un espacio para conectara las academias con la población en general y con las diferentes instancias de Gobierno. En fin, es una propuesta.

Bosques de Santa Anita, Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco. A 18 de noviembre de 2025

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