La poesía nos une

Imagen: Gaceta UNAM
A todas las generaciones, amantes de la poesía.
No recuerdo cuándo fue mi primer acercamiento a la poesía. Lo más probable fue en la educación formal; la educación en casaimentó mi interés por la literatura de cuentos, leyendas, novelas. Lo que si tengo claro es que desde la secundaria me gustaba escribir, frases sueltas, reflexiones y en el bachillerato comencé a hacer intentos de poesía, con rimas.
Es en la etapa universitaria cuando de nuevo tuve acercamiento con la poesía; al ingresar a la licenciatura se ofertaron talleres distintos, los días sábados. No sabía por cuál decidirme, así que asistí a varios, uno cada sábado. Pasé por el de teatro, donde tuve debut y despedida. En mi primera sesión me tocó ser la protagonista de una historia, de espectadora pasé a actriz. No era lo mío. El segundo taller fue el de poesía; llevaba mi libreta con algunos textos escritos. El maestro era un experto en la materia, lo percibí también muy estricto. Escuché los comentarios que hacía al texto de otro chico, demoró bastante y a partir de eso decidí que no leería mis textos. No regresé al taller. Mi tercera opción fue periodismo y ahí es donde continué.
En la licenciatura tuvimos mucho acercamiento a la literatura, sobre todo novelas; Jaime Sabines fue uno de los poetas al que leímos y analizamos algunos de sus escritos. De nuevo estaba en contacto con la poesía. Muchos años después, ya en la vida laboral, escuchaba poesía ocasionalmente, en eventos culturales, casi como al azar.
Hace alrededor de tres años la poesía y yo nos volvimos a encontrar, de manera más constante, en distintos espacios, presenciales y virtuales. Si de algo estoy convencida es que no es fácil escribir poesía, de ahí que no escribo poemas. Sin embargo, en este nuevo encuentro me he deleitado con escuchar poesía. Una aliada fundamental ha sido la maestra Chary Gumeta, gestora cultural, poetisa, amante de las letras, a quien con mucho cariño agradezco hacerme partícipe de eventos donde la poesía se hace presente. Escucharla, así como a las voces de otras mujeres como Damaris Disner, Susy Bentzulul, Adriana del Carmen López Sántiz, Karen Liliana Pérez, Nadia Arce y varones como Risckobal Velasco, Marco Von Borstel, Roger Octavio Gómez, Rodrigo Tarabillo, Pedro Licona, por citar algunos ejemplos, me ha resultado no solo una experiencia grata sino una bella y cálida forma de reanimar el andar cotidiano, en este mundo tan ajetreado; la poesía brinda la manera de encontrarnos a través de las voces de otras personas.
Les invito a que cuando tengan la oportunidad de escuchar o leer poesía lo hagan. La poesía nos da la oportunidad de conocer otras miradas, de reconocernos en ellas, de recordar que en la diversidad hay puntos en común en nuestros terruños distintos y también de sentir cómo nuestro corazón late de emoción al conectar con los textos. De ahí que puedo decir que la poesía nos une. Sí, nos une y nos reúne. Es una valiosa y potente herramienta para conectar corazones, pensares y llevarnos a reflexiones sobre distintas temáticas importantes y que, por ende, forman parte de las realidades en que estamos inmersas.
Para cerrar comparto un poema de Rodrigo Tarabillo, poeta boliviano, a quien tuve la oportunidad de escuchar en días pasados en la XVII edición del Proyecto Posh:
Apolo
Y al terminar la canción
Volveré a ser
Un simple humano.







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