Refundar el Estado: la economía y la política en el México pos-neoliberal

Gira de Agradecimiento de Andrés Manuel López Obrador – Fotos – Roberto Ortiz (3)

 Segunda parte 

Por Jordán Orantes Rovira

 

Hacia un modelo pos-neoliberal

 

El neoliberalismo ha fallado como modelo de organización de la economía. Este modelo no sólo no ha generado desarrollo y crecimiento económico, sino además ha debilitado el tejido social y la precarización de la vida laboral ha degenerado las redes de solidaridad comunitarias que amalgamaban las interrelaciones en la sociedad, se ha incentivado la exacerbación del individualismo como valor supremo de la sociedad global capitalista, la generación de riqueza de manera desmedida y la acentuación de los valores culturales de la sociedad de consumo. La implementación del modelo económico neoliberal, también, se ha librado en el campo ideológico. Ha generado un proceso de mercantilización de la vida y la erosión de las identidades nacionales. Como dice Sader: “esto facilita la entrega indefensa de las personas a las ideologías de la globalización, que exaltan la tecnología, la competencia profesional, el dinero, la destreza empresarial, como los grandes agentes de construcción de la riqueza y del mundo”.[1] La ideología de la globalización neoliberal sostiene la desregulación y la apertura de los mercados, la libre circulación del capital y el trabajo como la base fundamental para la prosperidad. Sin embargo, los estudios afirman que en el capitalismo de libre mercado cuando no interviene el Estado para distribuir la riqueza se generan oligarquías y desigualdad. Thomas Piketty[2], a través, de un análisis histórico de los ingresos en las economías capitalistas, sostiene que el sistema de mercado económico produce de manera natural una creciente desigualdad, la brecha entre los más ricos y los que reciben menos ingresos ha ido en aumento, los ingresos de las personas con mayores ingresos les permite ahorrar y acumular en patrimonio, mientras que los que perciben menos rentas únicamente obtienen para la subsistencia. Esta distinción ha ido en aumento en cada generación a lo largo de los últimos tres siglos. Incluso Piketty propone un impuesto global progresivo al patrimonio para atenuar la desigualdad inherente al sistema capitalista y promover la distribución de la riqueza.

El proceso de refundación pasa necesariamente por devolverle la centralidad en la economía y la sociedad al Estado. Nos queda claro que el mercado no se regula solo y existe una desigualdad natural. Son las instituciones económicas las que promueven el crecimiento, incentivan la producción y la generación del empleo y establecen mecanismos para la distribución de la riqueza, todo a través de la dirección de un Estado no neoliberal. El neoliberalismo ha hecho una metafísica de la ideología de libre mercado al incorporarle supuestas atribuciones de autorregulación y de distribución de la riqueza, funciones que no existen. Su discurso no se sostiene en el análisis económico e histórico.

Sin embargo, el neoliberalismo y la ideología de libre mercado a ultranza no han sido proyectadas para todos los países. Es, desde luego, una narrativa que los países desarrollados han vendido a los países subdesarrollados con el objetivo de mantenerlos en esa posición. De mantenerlos subyugados en la miseria. Cuando los países desarrollados se encontraban en la fase inicial de despegue —en vías de desarrollo— ni uno de ellos practicaba el libre comercio, no tenían políticas de liberación de las industrias nacionales, muchos menos de privatización. Por el contrario, promovían las empresas nacionales mediante aranceles, tasas aduaneras, aplicaban de manera activa políticas comerciales intervencionistas dirigidas a proteger las incipientes industrias de los países.  Ha-Joon Chang hace un análisis de las políticas económicas de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia, Países Bajos, Suiza y Japón, y concluye que cuando estos países estaban en la fase de crecimiento utilizaron políticas comerciales e industriales intervencionistas para promover las empresas nacientes y alcanzar la prosperidad económica. Todo lo que la ortodoxia del libre comercio pregona con el fin de lograr el crecimiento económico es justamente lo contrario de lo que hicieron los países desarrollados para lograr la prosperidad. La teoría del libre mercado censura las políticas comerciales e industriales que fortalecieron económica y políticamente a los países desarrollados. Pero ¿cuál es la razón de que se difundan los supuestos beneficios del libre comercio, las privatizaciones, la desregulación y apertura de los mercados? Cuando la historia demuestra que ha sido otra forma la de proceder de los países que han alcanzado el éxito. Precisamente, la razón es que los que vienen detrás no alcancen la prosperidad económica. En ese sentido y bajo esa estrategia el economista alemán Friedrich List menciona: “Una vez que se ha alcanzado la cima de la gloria, es una argucia muy común darle una patada a la escalera por la que se ha subido, privando así a otros de la posibilidad de subir detrás”.[3] En cambio, “a los otros” se les menciona que las políticas económicas liberales han sido siempre la ruta para alcanzar el éxito. Debido a las falacias del liberalismo y su remasterización con las políticas económicas neoliberales es imprescindible pensar nuestra realidad a partir de supuestos fuera de este enfoque.

Una vez que las falacias son puestas en evidencia podemos usar ese descubrimiento para analizar la situación de México. Ya que la transición al modelo neoliberal se hizo, a través, de las justificaciones del debilitamiento del modelo de desarrollo, al principio las políticas de ajuste fiscal ingresaron como medidas de ajuste temporal pero se han prologado limitando el crecimiento de México. Al respecto el economista Sergio Saldaña menciona “es mentira que se haya agotado el llamado desarrollo estabilizador. Solo había que implementarlo responsablemente, […] las medidas de choque debían durar por tan sólo un tiempo razonable: dos o tres años. En lugar de ello, las medidas de choque, siempre contractivas, se han prolongado hasta hoy. Por su parte, la participación del Estado en la economía fue reduciéndose”.[4]

La reducción del involucramiento del Estado en los ordenamientos de la economía obedece a la directriz neoliberal que el país ha tomado. En las últimas cuatro décadas la tasa de crecimiento económico ha venido en descenso, no ha existido ni estabilidad ni desarrollo, se desmantelaron y privatizaron las empresas del sector público. El gasto público productivo que generaban desapareció y la liberalización comercial ha generado más pobreza. La ideología neoliberal incentiva la disolución de las identidades nacionales, el proceso de refundación requiere la recuperación y  reconstrucción del nacionalismo perdido. Como menciona el mismo Saldaña Zorrilla: “el nacionalismo es un valor fundamental. Sin nacionalismo, un Estado-Nación es incapaz de sobrevivir, […] mientras el exceso de nacionalismo desemboca en el fascismo, la carencia de nacionalismo desemboca en la colonia”.[5] Es necesario la descolonización en dos momentos: económica e ideológica.

Proponer un modelo alterno al neoliberalismo está fuera del alcance de este artículo. Pero sí pretende develar los falaces supuestos económicos e ideológicos que constituyen las bases sobre las que este se erige. El camino mismo de la superación del modelo neoliberal transita en un primer momento en su negación y en el reconocimiento de la inviabilidad de sus preceptos, para el desarrollo económico de los países. La ideología, que ha erosionado y debilitado la identidad de los Estados-Nación, ha disuelto el nacionalismo como agente articulador de los intereses del Estado en la búsqueda del beneficio general y en su lugar ha colocado la competencia y el individualismo como estructuradores de la vida en sociedad. El reto de los tiempos futuros es acompañar el proceso de refundación de la economía con  un programa de reforma moral e intelectual, que esté a la altura de las circunstancias actuales y de las necesidades y requerimientos de la Nación, donde refundar el Estado en México no sólo logre la construcción de un andamiaje institucional que permita el desarrollo económico y la prosperidad, sino al mismo tiempo que impulse una transformación en el plano ideológico y en las consciencias de los mexicanos, en la cual se posibilite la creación de una nueva sinergia cultural, donde la corrupción, la impunidad y la deshonestidad dejen de ser identificados como vehículos de movilidad y dejen de tener un efecto inmediato en la dinámica de la sociedad. Aspiramos a consolidarnos en un nuevo modelo civilizatorio; aspiramos a una fase de superación del neoliberalismo; aspiramos a nuevo modelo de desarrollo: “El posneoliberalismo es el camino de la negación del capitalismo en su fase neoliberal, que mercantiliza todo, en que todo tiene precio, todo se compra, todo se vende. El posneoliberalismo, al contrario, afirma derechos, valores, esfera pública, ciudadanía y ahí se da la disputa fundamental de nuestro tiempo”.[6]

 

Referencias

 

Acemoglu, Daron, Robinson James a. Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, Marta García Madera (trad.), Ediciones DEUSTO, Barcelona, 2013.

De Sousa Santos, Boaventura. Refundación del Estado en América Latina, perspectivas desde una epistemología del Sur, Instituto Internacional de Derecho y Sociedad-Programa Democracia y Transformación Global, Perú, 2010.

Gramsci, Antonio. “Textos de los cuadernos de 1929, 1930 y 1931”, en: Antología, Manuel Sacristán (trad.), Siglo XXI Editores, México, 2005.

List, Friederich, citado en: Chang, Ha-Joon, “Patada a la escalera: La verdadera historia del libre comercio”, en: Revista Ensayos de Economía [en línea], Vol. 23, No. 42, p. 27-57, 2013 [consultada el 27 de noviembre de 2018], pp. 35-36. Disponible en Internet:

https://revistas.unal.edu.co/index.php/ede/article/view/41244

Portelli, Hugues (1972). Gramsci y el Bloque histórico. María Braun (trad.), Siglo XXI editores, México, 1972.

Piketty, Thomas. El Capital en el siglo XXI, Eliane Cazenave-Tapie Isoard (trads.), FCE, 2015, México.

Sader, Emir. Refundar el estado. Posneoliberalismo en América latina, CLACSO, Argentina, 2008.

Saldaña Zorrilla, Sergio O. Reforma Energética. Una trampa de subdesarrollo, Grupo Rodrigo Porrúa, México, 2018.

[1] Sader, Emir, (2008). Op. cit., pág. 62.

[2] Cfr. Piketty, Thomas. El Capital en el siglo XXI, Eliane Cazenave-Tapie Isoard (trads.), FCE, México, 2015.

[3] List, Friederich, citado en: Chang, Ha-Joon, “Patada a la escalera: La verdadera historia del libre comercio”, en: Revista Ensayos de Economía [en línea], Vol. 23, No. 42, p. 27-57, 2013 [consultada el 27 de noviembre de 2018], pp. 35-36. Disponible en Internet:

https://revistas.unal.edu.co/index.php/ede/article/view/41244

[4] Saldaña Zorrilla, Sergio O. Reforma Energética. Una trampa de subdesarrollo, Grupo Rodrigo Porrúa, México, 2018, pág. 85.

[5] Ibíd., pág. 20.

[6] Sader, Emir. Op. cit., pág. 105.

 

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.