Seguridad

Policía Estatal
Foto: Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Chiapas.

El recurso de la seguridad por parte del Estado a través de sus gobiernos se ha vuelto un referente de todos los días. En algunos espacios televisivos la palabra “seguridad” es colocada como parte de otros temas y asuntos cotidianos. Como si fuera un programa deportivo, se puede leer en la barra de los noticieros que el tema está incluido, ya sea antes o después de los otros, aunque por lo regular se sitúa en las primeras líneas, es decir, como prioridad en las noticias.  Como el clima, la seguridad es ya un problema integrado a una normalización que deriva de la inseguridad en la que en muchas partes el mundo se vio envuelto como una ola que ha arrastrado a todos.

La “globalización de la seguridad”, sólo por llamarla de alguna forma, debido a su expansión cotidiana, implica que el mundo ingresó a una fase insegura, permeada desde aquél “ataque terrorista” contra Estados Unidos, el cual sirvió para justificar una serie de medidas antiterroristas urbi et orbi, una guerra contra Afganistán e Irak, un reacomodo geopolítico y, por supuesto, una seguridad para ampliar la vigilancia y el control social frente a “amenazas”.

En México desde el gobierno de Ernesto Zedillo se ha impulsado la política de seguridad hacia la seguridad pública, el “orden púbico”, “seguridad interna” pero centrado principalmente en luchar o tratar de controlar la violencia generada por el crimen organizado, aunque no la única. En un contexto donde las actividades militares -a las que le confirió esta demanda de parte del poder civil-, son múltiples, donde sus posiciones en el gobierno se han ampliado asumiendo tareas de administración, construcción de enclaves estratégicos para el desarrollo, como los ferrocarriles, aeropuertos y puertos, la seguridad llegó como una tarea más donde la Guardia Nacional es la apuesta para cubrir la inseguridad en lugares donde incluso, no hay policías.

La estrategia de seguridad en Chiapas ha estado asociada a la del gobierno central. Frente a los altos índices de violencia en el estado no vistos ni como habitualmente ocurren en otras zonas, como por ejemplo la frontera norte, las acciones obligadas del gobierno estatal pasaron de ser disuasivas a un mayor uso de la fuerza. Esta modificación obligada y como promesa de campaña electoral, llevó a las autoridades a aceptar que hay una especie de “guerra”, pues en reiteradas ocasiones se ha escuchado que la intensión es “restaurar la paz”.

Para muchos esta puesta en práctica ha sido una buena noticia. Sin embargo, los excesos de la fuerza militar llevan a pensar qué tipo de seguridad es la que ha empleado el gobierno. ¿Permitir una disminución de las libertades a costa de más seguridad? ¿Cuál será el costo de regresar a Chiapas la paz?  Hasta 2024 las labores conjuntas del Ejército y la Guardia Nacional habían estado alineadas a la estrategia de seguridad, la cual consistía en ir a las causas sociales de la violencia e incrementar la investigación e información recabadas para atenderlas. Pero al aceptar el gobierno que se desea recuperar la paz reconoció, de hecho,  que hay una “guerra”. Pero en una guerra se aplican medidas que casi siempre pasan por encima de los derechos humanos.

Al respecto, el Centro Fray Bartolomé de las Casas (2025) informa, entre otras prácticas  militares en Chiapas son una continuidad de una contrainsurgencia:“Durante el período de 2006 a 2018 la estrategia de contrainsurgencia estuvo velada por nuevas formas de conflicto, derivadas de la guerra contra el narco, que, según las particularidades de la región, implicaron la violencia contra todo actor antagónico a los intereses dominantes. (p. 16)

No comments yet.

Deja una respuesta

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Leave your opinion here. Please be nice. Your Email address will be kept private.