Septiembre

Claudia Sheinbaum
Foto: X
Esta vez no afloró tan contundente el agradecimiento de la firme lealtad de las fuerzas armadas como en otras ocasiones. Si fue mencionado por la presidenta en el aniversario de la defensa de Chapultepec. Como cada año. Como cada sexenio. Esta vez había un boquete no visto desde que un general encargado de la lucha contra el narcotráfico había sido acusado de enriquecimiento ilícito; ahora le tocó a la Marina, no precisamente por lo mismo, pero sí por corrupción derivado del hauchicoleo.
En el mes de las fuerzas armadas, producto de una historia dura, anárquica y nacional, aparece un hecho convertido en un “golpe mediático” que hace fila con otros igual de contagiados, como el “Luna tabasqueño”. Otro ex secretario de seguridad y parecido escándalo. Como devuelto desde las entrañas de la venganza política en un estado patria de un expresidente incómodo para los intereses afectados que esperan cualquier acto, palabra, señal, para lanzarse prácticamente con todo. Bueno, hasta un llamado, una “invitación” para “poner orden” en el patio trasero para que los marines acudan a “ayudar” en la guerra contra el crimen organizado que también pasa y se desarrolla del otro lado del río Bravo, pero en la desigual “batalla” los mexicanos salen perdiendo.
Esta vez fue la Marina es la afectada, la que tuvo que dar la cara con un discurso, firme, leal. Y esta vez sus planteles educativos desfilaron con la mancha que salpicó hasta el fondo de una institución militar auspiciada desde el calderonismo. No se trató de un asunto de seguridad por la “guerra” permitida e impulsada por los civiles y aceptada para que los militares se hagan cargo de la seguridad pública; no, tiene que ver con la estrella donada por el excomandante supremo: la anticorrupción para combatir la corrupción en los ductos gasolineros. A ellos se les confió.
Duro golpe. No el único. Pero ahora se ha potencializado porque las redes hacen su papel y porque en ellas la oposición juega el juego para incendiar, algo que también dañó y sigue dañando a los gobiernos: la corrupción. Esta vez las alertas sí fueron escuchadas en Tabasco, y el efecto del proceso y la decisión, se sabrán. Falta saber el desenlace. La buena noticia es que no se ocultó. Esa retórica no se practicó durante el panismo ni el peñismo. En el primero, un general de división por advertirle al presidente del “trabajo” de su secretario de seguridad pública, fue encarcelado; en el segundo, el exsecretario de la Defensa, general Cienfuegos, fue regresado desde Estados Unidos y exonerado.
La historia viene desde que en el gobierno de Zedillo se incrementó la lucha contra el narcotráfico. Los militares se exponen mucho. En esta ocasión no ha sido esa “guerra” —que también los expone—; al cambiar algunas labores como el control de los ductos de la gasolina por la seguridad de los mares, costas y ríos, y hacer realidad y legal una amenaza exterior, los marinos se concentran cada vez más en labores que los distancian de éstas y se acercan a otras, como las de orden público o antidisturbios.

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