
La sección amarilla de la literatura
Nos hemos acostumbrado a ver a los escritores en fotografías tan tópicas —posando delante de un estante lleno de libros o acariciando a un gato— que hemos desestimado su imagen como gente que ha tenido que ganarse el sustento en labores que en poco o nada tienen que ver con recibir regalías. Trabajos forzados (Impedimenta, 2011) —el libro donde Daria Galateria rastrea las ocupaciones que permitieron a muchos novelistas y poetas subsistir en los tiempos difíciles y que, en no pocos casos, formaron su carácter— permite comprender que detrás de las grandes obras hubo también largas jornadas lejos de la máquina […]