El Universo herramienta para conocerte a ti mismo

Si alguien está en desacuerdo contigo, déjalo vivir. No encontrarás a nadie parecido en cien mil millones de galaxias

– Carl Sagan

El día de ayer 20 de diciembre pero del año 1996 murió uno de los científicos y divulgadores de la ciencia más famosos del mundo Carl Sagan.

La importancia de la divulgación de la ciencia radica en que otorga a las personas, sin importar condiciones de género, financieras, geográficas, la capacidad de razonar ante los eventos que le ocurren en su vida cotidiana o a los que le afectan desde un ámbito regional y global.

Carl Sagan siempre fomento el uso del razonamiento científico basado en preguntas y hechos. Hay una creencia errónea al pensar que la ciencia es una nueva religión o un nuevo dios, peor aún pensar que es la malhechora de todos nuestros males alimentarios y de salud.

La Ciencia es un medio de conocimiento cuya aplicación dependerá de la ética de las personas que utilicen este medio.

El propio Carl Sagan cuestionaba a los ateos ya que ellos se dejaban llevar por creencias pues no hay hechos al respecto de Dios pues Dios es creencia, es creer por fe.

No somos nada primo

En la foto aparece la Voyager I primer artefacto construido por el ser humano que ha abandonado el sistema solar, fue lanzada el 5 de septiembre de 1977 y aún hoy 2016 continúa su viaje al espacio interestelar, el 14 de febrero de 1990 la sonda tomó una foto desde donde andaba a nuestro planeta tierra, la foto resultante es la siguiente:

Fotografía realizada por la Voyager I a una distancia de 6,000 millones de kilómetros, la tierra es el punto dentro del círculo.

¿Observa ese punto dentro del círculo? eso somos nosotros, Carl Sagan observó esta foto y en su libro publicado en 1994 Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio, comentó lo siguiente:

 

Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. Todas las personas que has amado, conocido, de las que alguna vez oíste hablar, todos los seres humanos que han existido, han vivido en él. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de ideologías, doctrinas económicas y religiones seguras de sí mismas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada niño esperanzado, cada inventor y explorador, cada profesor de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie ha vivido ahí —en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.

La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina de este píxel sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo… Todo eso es desafiado por este punto de luz pálida. Nuestro planeta es un solitario grano en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y formadora del carácter. Tal vez no hay mejor demostración de la locura de la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amable y compasivamente, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que siempre hemos conocido.

 

La labor de Carl Sagan por acercar a la ciencia no sólo a estudiantes sino al público en general fue y es una labor muy importante pues basta con que observes a tu alrededor, incluso esta pantalla donde ahora lees esto para que te des cuenta que los humanos con su capacidad ha construido un mundo basado en tecnología (productos de la ciencia) como la ropa, la electricidad, wifi, etc. y que es absurdo no acercarnos al pensamiento científico.

 

Crecemos en una sociedad basada en la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Esta mezcla combustible de ignorancia y poder tarde o temprano, va a terminar explotando en nuestras caras

– Carl Sagan

 

Así que ¿de qué me sirve a mí la ciencia? a mí que me dedico a «otra cosa» que tengo problemas para pagar mi renta o mi automóvil o que ya no soporto a mi jefe, ¿de qué me sirve a mí que no soy científico?, Mauricio Schwarz tiene una idea al respecto:

Libera, Educa, y Da poder.
Permite opinar con conocimiento de causa. Evita que lo timen. Elimina miedos. Promueve la igualdad y la justicia. Quita poder a los manipuladores religiosos y místicos. Aclara las ideas. Responde preguntas. Explica por qué hay preguntas que no se pueden responder. Explica cómo responder otras preguntas.

Asombra. Entusiasma. Ayuda a ser un consumidor más consciente. Anula odios irracionales. Rompe el velo del misterio sobre asuntos directamente personales como los de salud. Ayuda a ser un elector más consciente fortaleciendo la democracia y la comprensión de los asuntos que están en juego en las elecciones. Desalienta el maniqueísmo. Quita fuerza a la propaganda y la publicidad. Da una visión más amplia de la realidad. Enriquece la vida espiritual y emocional. Ayuda al disfrute de las cosas buenas de la vida. Ayuda a borrar los conceptos de pecado y moralidad impuesta por miedo, chantaje o soborno.

Y todo ello sin una fórmula matemática, sin un símbolo de la química, sin una suma y una resta, simplemente aprendiendo cómo trabaja la ciencia, qué es el pensamiento cuestionador, indagador, crítico, tenaz y humilde, y cómo nuestras opiniones deben depender de los hechos y no al revés. Que eso es la ciencia en su base. No saber cosas, sino saber cómo es que hemos logrado saber cosas con certeza y por qué podemos estar seguros de ellas.

 

Por algo será que los países con mayor progreso económico son aquellos que han invertido en la ciencia, es decir en la capacidad intelectual de sus ciudadanos y no en sus recursos naturales (que de eso ya se nos acabó).

No es sólo con buenos deseos que vamos a cambiar nuestra condición de vida, no es con abrazos a viejitos y promesas que una administración gubernamental tenga oportunidad de cambiar los hechos actuales (ni con dinero eso está claro) sino es con un conocimiento de los hechos y análisis de las posibles acciones a realizar contemplando los recursos con que cuenta, se necesita pues pensamiento cientifico, hasta entonces simplemente como individuos o como nación vamos a estar supeditados a los países que sí aplican su razonamiento.

En el sur de antes de la guerra, los blancos que enseñaban a leer a un esclavo recibían un castigo severo. «[Para] tener contento a un esclavo —escribió Bailey más adelante— es necesario que no piense. Es necesario oscurecer su visión moral y mental y, siempre que sea posible, aniquilar el poder de la razón». Esta es la razón por la que los negreros deben controlar lo que oyen, ven y piensan los esclavos. Esta es la razón por la que la lectura y el pensamiento crítico son peligrosos, ciertamente subversivos, en una sociedad injusta.

– Carl Sagan

 

 

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