La música no conoce de escenarios: Flor Amargo

A mi querida Paola Prado que nos hace felices con su música

Foto: Francisco López Velásquez.

Flor Amargo interpreta con todo el cuerpo, la voz no le es suficiente para  lo que quiere compartir, entonces, baila, toca instrumentos, dramatiza, ríe a carcajadas en pleno escenario.

El sábado 24 de noviembre  por la noche la cantante oaxaqueña Emma Mayte Carballo Hernández de 32 años, mejor conocida como Flor Amargo, ofreció un concierto en el bar el Sótano 12 en Tuxtla Gutiérrez a un público de no más de 100 personas. Un día antes abrió el Festival Cervantino Barroco en San Cristóbal de las Casas con un concierto al aire libre.

En el “miniconcierto” en Tuxtla  no interpretó más de 10 canciones, pero ninguno de los que estuvo ahí se sintió defraudado, desde que salió al pequeño escenario hizo “click” con el público, en la segunda canción ya estaba bailando con ellos. Flor Amargo está acostumbrada a cantar cerca de las personas, se le nota entre incómoda y ansiosa cuando no tiene un contacto más íntimo con quienes la escuchan, a la mínima provocación se baja del templete, se acerca a la gente.

“Para mí la música no conoce de escenarios, cada corazón es un escenario y cada uno hay que disfrutarlo, entregar todo” dice  en una entrevista que según lo pactado al inicio no sería de más de 10 minutos, pero terminó siendo una conversación de casi una hora.

El concierto que ofreció en Tuxtla fue para menos de cien personas. Foto: Francisco López Velásquez.

Foto: Francisco López Velásquez.

En ese tiempo terminó hablando de sus referentes en la música: Chavela Vargas, Juan Gabriel, Fredy Mercuri y Michael Jackson; de su gusto por el aguacate; la forma en que su ritmo se ve influenciado casi que por igual  por los tonos lúdicos infantiles, el teatro y el baile “eso es muy Flor Amargo”, dice, pero también es muy ella el enamorarse con facilidad, meditar y correr por las mañanas.

Flor Amargo acostumbra  ver a los ojos cuando canta, le gusta hacer contacto con quienes la escuchan, igual es cuando platica, mira a las personas, las toca, las hace parte de su círculo. “Con la música busco unirme con las personas, juntarnos todas en un coro. Para mí el mundo era algo hostil, pero cuando empecé a tocar empecé a unirme a las personas”.

Cuando tenía cuatro años, y el nombre que más escuchaba cuando se dirigían a ella era Mayte, vio por primera vez a un director de orquesta haciendo su trabajo y supo que la música sería su oficio.  “Pero, desde antes de los cuatro años me gustaba la música, tocaba,  creo que desde que nací sabía que esto era lo mío”.

Flor Amargo ofreció el concierto acompañado del cuarteto «cuatro lunas». Foto: Francisco López Velásquez.

La interprete y multi-instrumentista estudió música en el conservatorio, asegura que la escuela le enseñó mucho, pero la calle le mostró más. “La calle es mi cuna,  trato de llegar al menos una vez por semana porque lo necesito, aunque ahora me es difícil porque tengo una fisura en mis cuerdas vocales”.

¿De dónde sale la idea de entrar a la Voz México cuando tal pareciera que ese no es tu entorno?

De que quería que más personas me conocieran. Como artista independiente no hay manager, no hay discos, no hay conciertos en otros lugares. Yo volvería hacer la Voz México porque los artistas de la calle necesitamos trampolines para que nos conozcan y debemos de buscarlos, pero sin perder nuestra esencia.

La industria musical en México como en otras partes del mundo es difícil, dice la cantante, y cuando habla de ello su tono cambia, la cosa es seria. “La música es difícil y siendo mujer cuesta hasta cuatro veces más. A mí llegan amigos que  me dicen “Florecita, ayúdame” y yo qué hago si apenas voy saliendo. Conozco músicos increíbles que tienen que irse a trabajar a un Starbucks porque es difícil para nosotros que venimos de la calle,  pero eso me da a mí también para adelante, porque digo hay que ir abrir las puertas”.

En el concierto que ofreció Flor Amargo en Tuxtla Gutiérrez estuvo acompañada del cuarteto “cuatro lunas”, integrado por  mujeres chiapanecas. En San Cristóbal de las Casas también fue acompañada  por músicos locales.

Foto: Francisco López Velásquez.

El próximo año tendrá pocas fechas en México se irá de gira a Estados Unidos, Canadá, Francia, España y Bolivia. También anda buscando concretar el concepto de “la reina del barrio” y  sacar un disco “atemporal” en donde haga duetos con Paquita la del barrio, la Sonora Santanera y Los Panchos “quiero juntar una época con la otra”

Es casi la medianoche cuando finalizamos la entrevista, se le nota cansada, pero dice que el concierto en Tuxtla Gutiérrez ha sido de los más catárticos del año, que le encanta el calor y sudar y aquí lo pudo hacer a sus anchas. En el escenario ella es toda energía, pero  cuando conversa es más tranquila, aunque en ratos se emociona y vuelve a ser esa mujer que habla con todo el cuerpo, que la voz no le es suficiente para poder compartir todo lo que tiene que dar, así que baila, mueve el pelo, dramatiza y ríe a carcajadas.

 

 

 

 

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