Minutos animados: los cortometrajes de animación nominados al Óscar

‘Ice Merchants’ cortometraje nominado a los premios Oscar. Foto: Tomada del trailer oficial

*Esta nota fue realizada por Pie de Página, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


Estos son los cortos animados nominados al Óscar, una categoría que nos presenta opciones audiovisuales diferentes en el mundo cinematográfico

Texto: Andrea Sarmiento Pastrana

CIUDAD DE MÉXICO. – El cine tiene la magia de la versatilidad, es un arte que puede ser explotado de diversas maneras con el fin de transmitir algo. Gracias a ello, existen largometrajes y cortometrajes así como personas y animaciones, cada opción nos presenta una experiencia audiovisual diferente. En los premios Óscar se reconoce a todas estas formas de hacer cine y entre estas categorías, se encuentra la de mejor cortometraje animado.

Ice merchants (vendedores de hielo)

Ice merchants, es el último cortometraje del portugués João Gonzalez. Cuenta la historia de un padre y su hijo, de quienes no se menciona el nombre y habitan en la cima de una montaña nevada.

Ellos se dedican a vender hielo, día con día deben dar un salto de fe para conseguir dinero en el pueblo. Llevan una vida tranquila, no pasan de las complicaciones comunes que se pueden llegar a presentar viviendo en una cúspide; el problema empieza cuando los vendedores de hielo se enfrentan a un cambio climático que trae consigo un incremento en la temperatura.

Padre e hijo tienen una buena relación basada en amor y respeto. El adulto hace todo lo posible para preparar a su hijo y darle una buena vida, además, ambos se unen por el recuerdo de la madre, quien parece ser que falleció.

Dura menos de 15 minutos y no cuenta con diálogo alguno, auditivamente se sostiene de música y efectos de sonido. Aún así, es un corto que transmite sus ideas de forma clara y sencilla.

Ice merchants nos plantea dos mensajes importantes: uno, acerca del impacto del calentamiento global principalmente en los sectores más vulnerables; otro, sobre los lazos familiares y la relevancia de estos vínculos en nuestras vidas.

An ostrich told me the world is fake and I think I believe it (Un avestruz me dijo que el mundo es falso y creo que le creo)

Con una técnica stop-motion, An ostrich told me the world is fake and I think I believe it  trata de la vida de Niall, un telefonista quien se encuentra abrumado por su rutinaria vida en la oficina. Todo cambia el día que se queda dormido y al despertar no encuentra a nadie más que a un avestruz, el cual le hace cuestionar la realidad en torno a  todo lo que le rodea.

Lachlan Pendragon, el director, juega con la interacción entre el mundo real y el animado. Explora las distintas posibilidades que le da el stop-motion para transmitir su mensaje.

Este filme tiene un concepto similar a la película The Truman Show, donde nuestro personaje principal descubre que su vida no es más que una grabación y que su monotonía se debe al plan de una producción.

Nos plantea un dilema existencialista sobre qué tan real es lo que damos por hecho y por qué realmente ocurren las cosas. Preguntas que abren debates en los cuales difícilmente llegaremos a una respuesta concreta.

The flying sailor (el marinero volador)

Uno de los dos cortos dirigidos por mujeres. Amanda Forbis y Wendy Tilby nos presentan The flying Sailor; un viaje dentro de la mente de un marinero antes de morir. Él se encuentra fumando en un muelle, en el momento justo en que dos barcos chocan generando una explosión que lanza al hombre hasta el cielo.

A lo largo de este proceso vemos todo lo que pasa en el interior del hombre, tanto física como mentalmente; observamos la reacción de sus venas, su sangre corriendo rápidamente y sus órganos acelerados. Pero principalmente, hacemos un recorrido por su mente.

El marinero ve su vida pasar durante sus últimos minutos; el corto se basa en sus recuerdos de niño hasta los de la edad adulta, en bucle, desde sus primeros pasos hasta la pelea más reciente que tuvo.

The boy, the mole, the fox and the horse (el chico, el topo, el zorro y el caballo)

Dirigido por Charlie Mackesy y Matthew Freud, The boy, the mole, the fox, and the horse es un relato sobre un grupo de amigos conformado por un niño, un zorro, un topo y un caballo.

Este trae consigo un mensaje de amistad. El chico y sus compañeros se encaminan en una aventura en busca de su hogar en la cual van aprendiendo el valor de la lealtad; los amigos descubren la importancia de tener a alguien a tu lado, así como el significado de una familia ya que con el tiempo se vuelven como una manada, en la cual, a pesar de ser especies completamente distinta, van en conjunto y se vuelven un soporte entre sí.

My year of dicks (mi año de pitos)

Finalmente, tenemos el corto de Pamela Ribon y Sara Gunnarsdóttir. My year of dicks es como un diario de Pamela a sus quince años, edad en la cual está explorando su sexualidad. El filme es una recopilación de todos los momentos en los cuales intentó perder su virginidad, esta construcción social que determina si una mujer ha tenido relaciones sexuales o no.

Está narrado de manera simple y cómica, no obstante, eso no le quita importancia al mensaje. En el recuento que hace Pam de los chicos con los cuales se relacionó en la adolescencia, nos habla de la presión que, consciente o inconscientemente, cargamos a esa edad en torno a empezar una vida sexual.

A pesar de que aún existe un tabú alrededor de la sexualidad (sobre todo de las mujeres), es un tema que innegablemente ha avanzado con el paso de los años y el acceso a información es cada vez mayor; sin embargo, aún falta un gran camino para tener una educación sexual completa.

Sí, ya se habla mucho más del tema; actualmente es más sabido que a los bebés no los trae ninguna gaviota, que no pasa nada por tener relaciones antes del matrimonio y que puedes tenerlas por placer y sin necesidad de quedar embarazada. Aunque prevalecen estos pensamientos, son menos comunes que antes, pero poco se habla del resto de temas que giran en torno a la sexualidad.

Falta hablar no solo del consentimiento (que ya es un punto fundamental), también de lo importante que es conocer a la otra persona, el vínculo que se crea antes y después que nos dará la confianza para decidir quién puede entrar a nuestro cuerpo. Igualmente, de la importancia de la autoexploración; si no nos conocemos a nosotros mismos, será muy difícil establecer lo que nos gusta y lo que no para poder marcar límites con alguien más.

Para terminar, el corto refleja lo indispensable que es tener seguridad cuando llega la primera relación sexual. Por ello, es necesario que este no sea un acto forzado, que entendamos que pasará cuando tenga que pasar y con quien tenga que pasar, no hay ni edad ni forma determinada pues cada quien vive su sexualidad de manera distinta y está bien. Es un evento que debe ser bonito pues es un acto de amor, tanto a la otra persona (u otras) como a uno mismo.

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