Murciélagos, el amor a primera vista de Maleni

Murciélagos, el amor a primera vista de Maleni
Foto: María Magdalena Ramírez Martínez

*Esta nota fue realizada por Letra Fría, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


Magdalena Ramírez Martínez o Maleni para sus amigos y colegas, es investigadora en el Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara. Esta científica, en algún momento de su vida creyó que su camino era la biología marina, pero el destino la llevó sí a la biología, pero a investigar zoonosis y a dedicarse en cuerpo, mente y alma a descifrar las maravillas de los murciélagos.

Por: Mayra Vargas

Autlán de Navarro, Jalisco. 06 de marzo de 2023. (Letra Fría).- “Siempre supe que lo que quería era eso, trabajar con animales, saber de su vida, saber qué hacen, qué comen, dónde están…siempre lo supe”, me respondió la bióloga María Magdalena Ramírez Martínez o Maleni para sus colegas y amigos, a la pregunta expresa: ¿En qué momento decidió que quería dedicar su vida a la ciencia? Ella es investigadora en el Centro Universitario de la Costa Sur de la Universidad de Guadalajara y se enfoca a investigar murciélagos.

Maleni, jarocha de nacimiento, poblana por adopción y jalisciense por decisión, es una científica de 48 años radicada actualmente en Autlán de Navarro y la región, donde ha desarrollado gran parte de sus investigaciones en torno a los murciélagos, a quienes llama su “amor a primera vista”.

“Tuve la fortuna de venir al laboratorio natural Las Joyas, ahora el Departamento de Ecología y Recursos Naturales, antes de que fuera departamento y antes de que existiera el CUCSur. Hice una estancia de dos meses que definieron realmente mi futuro como investigadora, porque estuve trabajando con el doctor Luis Ignacio Íñiguez, él me presentó a los murciélagos y fue amor a primera vista. Me encantaron, son unos animales que me fascinaron, tienen tantas peculiaridades que llamaron mucho mi atención y desde ese momento comencé a trabajar con murciélagos”, explicó la investigadora.

 

La ciencia como forma de vida

La también doctora en Ecología y Manejo de Recursos por el Instituto de Ecología A.C, define la ciencia como una herramienta que permite conocer, descubrir y responder fenómenos del mundo cotidiano, siguiendo algunos pasos sencillos. 

“Muchas veces o generalmente cuando escuchamos la palabra ciencia pensamos que es algo muy complejo y que solo algunas personas pueden realizarlo, pero la verdad es que todos y durante el día a día estamos haciendo ciencia… si tú en algún momento te has preguntado algo que te ha llamado la atención y piensas por ejemplo: ¿por qué esa ave vuela de esta manera? o ¿por qué tiene ese comportamiento cuando se alimenta? es simplemente tratar de contestar esas preguntas que nos hacemos”, explicó Maleni.

La investigadora viene de una familia, en la que ella es la primera en estudiar un posgrado, específicamente, un doctorado en ciencias, y aunque nunca estuvo relacionada con personas que tuvieran una educación más allá de la licenciatura, cree que su acercamiento a la ciencia ocurrió desde su niñez.

Yo de niña me la pasaba viendo documentales de Jean Cousteau, este biólogo marino que se dedicaba a la exploración del fondo del mar y a describir la historia de vida de muchas especies marinas, me la pasaba horas viendo estos documentales y yo a lo mejor en esa inocencia de niña, no sabía que eso era ciencia, pero yo sabía que quería ser bióloga marina como Cousteau”, rememoró.

Foto: María Magdalena Ramírez Martínez

Del fondo del mar a investigar las zoonosis

Al final, la científica no se dedicó a la biología marina, pero sí a la biología pura, en la que se decantó por estudiar a los enigmáticos mamíferos voladores, los murciélagos. El parteaguas que la llevó a esa decisión ocurrió justo entrando a la universidad.

“No soy bióloga marina, lo cual agradezco muchísimo, porque hice algunos trabajos buceando y me di cuenta de que el mar me gustaba para irme a asolear y disfrutar de la playa, no para trabajar… después tuve la oportunidad de hacer una práctica de campo al bosque de pino, cerca de la ciudad de Puebla en el Parque Nacional de la Malinche y me enamoré del bosque, del olor a pino, me enamoré del ruido del viento y ahí fue cuando dije que no quería ser bióloga marina”, detalló.

Maleni hizo su tesis de licenciatura con dispersión de semillas por murciélagos en la Estación Científica Las Joyas (ECLJ) y por muchos años estuvo desarrollando esta línea de investigación con interacciones planta-animal, en el contexto de dispersión de semillas y polinización, pero eso cambió. En 2007 cuando Maleni entró a trabajar como profesora a la  Universidad de Guadalajara, conoció al  doctor Thomas Yuill, destacado especialista en el estudio de la zoonosis, quien le abrió una ventana de oportunidad a este tema, con el estudio de enfermedades en fauna silvestre.

“Hasta antes de conocer a Tom yo nunca había pensado en que la fauna silvestre se enfermara, a lo mejor actualmente parece algo muy obvio, pero en aquellos años para mi era un tema completamente nuevo y eso es a lo que me dedico actualmente. Ahorita desarrollo una línea de investigación con enfermedades zoonóticas, que son enfermedades que pueden ser transmitidas de manera natural entre animales y humanos y un claro ejemplo de esto es la rabia o el SARS CoV 2, que nos mandó a guardarnos un par de años por pandemia”, explicó la académica.

Para investigar estas enfermedades, el grupo modelo de estudio son principalmente murciélagos y ratones, que de acuerdo con la científica son los órdenes de mamíferos más numerosos del planeta y más diversos. 

“Tengo mucho trabajo que hacer todo el tiempo, siempre hay preguntas que están sin responder. Ya desde hace algunos años estoy trabajando aquí en la Costa Sur y la Sierra de Amula con enfermedades como Chagas, Leishmaniasis, Lyme, algunas Rickettsiosis que algunas de estas son transmitidas no necesariamente por los mamíferos, sino por los ectoparásitos o los parásitos que traen como pulgas, garrapatas, piojos, moscas”, detalló la especialista.

Obstáculos de ser mujer científica

Para Maleni, lo más difícil al iniciar su carrera fue salir de casa. “Cuando yo salí a hacer mi licenciatura tuve que vivir sola y muy lejos de mi familia, de Puebla hasta Jalisco, ahorita ya son menos horas, pero siempre son entre 10 y 12 horas de distancia. Esa fue una situación difícil, pero que no me impidió avanzar”, compartió.

En el sentido profesional sí hubo más barreras que Maleni llegó a sentir. “Tal vez un cierto recelo profesional, en el sentido de que era una investigadora que venía de fuera… a pesar de que yo hice mi tesis aquí en el laboratorio natural de Las Joyas… Yo siempre me he sentido parte de la Universidad de Guadalajara, porque desde esos años yo he estado vinculada a la institución, pero cuando yo regreso como profesionista, el trato como estudiante y como profesionista fue muy diferente”, comentó Maleni.

“Como profesionista sí llegué a sentir que algunas personas se llegaron a sentir molestas porque yo venía de fuera, ellos no me veían como parte de la institución y muchas veces trataron de retrasar mi participación en algunos procesos. Al final yo que soy un poco terca y obstinada, al final logré hacer lo que había proyectado y sí he tenido que brincar un poco esos obstáculos que sí me los he topado”, externó la científica.

Sin embargo, esto que percibió al principio de su trayectoria profesional pronto quedó atrás, pues su trabajo habló por ella y con ayuda de su personalidad logró abrirse camino y arroparse de una red de personas que la apoyaron y apoyan hasta la fecha.

Foto: María Magdalena Ramírez Martínez

Hallazgos trascendentes en región 

Maleni no ha trabajado sola, durante estos años ha tenido la oportunidad de colaborar con científicos y científicas de distintos lugares con quienes afortunadamente ha descrito, por ejemplo, nuevas especies de virus en ectoparásitos de murciélagos y nuevas especies de ectoparásitos de murciélagos. “Realmente  este campo de los parásitos en mamíferos está retomando mucha importancia, pero aún hay mucho que desconocemos”, reconoce la investigadora.

Existe un proyecto que le ha dado mucha satisfacción a Maleni, por el impacto en la comunidad. Se trata de un proyecto que han desarrollado con Chagas, “esta enfermedad, desafortunadamente tiene una alta prevalencia en la población y muchas personas no saben que pueden estar infectadas con este parásito que causa la enfermedad”, explicó la científica.

En este proyecto que inició con ayuda de algunas estudiantes, hicieron encuestas entre la población de Autlán para saber qué tanto conocían de la enfermedad de Chagas, qué tanto conocían del vector, “porque es una chinche hematófaga la que transmite este parásito, o sea qué tanto sabían de esto y realmente fue sorprendente que la mayoría de la población conoce la chinche, este vector, pero no sabían que podía transmitirles un parásito, que podía causarles una enfermedad”, comentó Maleni.

Desde ese momento han hecho difusión, trípticos y han intentado que la población se sienta más consciente de este riesgo, “entonces este proyecto para mi ha sido muy satisfactorio, porque me ha permitido llevar la investigación que hemos estado haciendo con esta enfermedad a la comunidad”, dijo.

Foto: María Magdalena Ramírez Martínez

¿Por qué la ciencia debe importar?

Desde que Maleni entró a la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco (BSGEEJ), vio una ventana de oportunidad para divulgar información acerca de los murciélagos, esto fue mucho antes de la pandemia. “Antes de la pandemia los murciélagos gozaban de muy mala fama, entonces siempre he querido desarrollar un proyecto de divulgación a través de charlas con la comunidad, de pláticas en las escuelas, con niños para hablarles de los beneficios que nos brindan los murciélagos. Entonces este es otro de los proyectos que quiero darle impulso para poder llevar lo que sabemos de este grupo de mamíferos, que por cierto, son únicos”, detalló.

De acuerdo con Maleni, si se tiene una población que es consciente de lo que tiene a su alrededor, de la riqueza de los paisajes, los bosques, de las especies que ahí viven, las personas serán más sensibles. “Por un lado, es importante sensibilizar a la población, a los chicos, a los jóvenes, que están en edades de formación escolar, que es importante, que cada acción que realizamos  en contra de nuestro medio ambiente, de nuestro entorno, va a repercutir directamente sobre nosotros”, expresó.

Para la científica en esta región, el saber cómo conectar los  servicios ecosistémicos que nos brinda la naturaleza, ha requerido la participación en la investigación en muchas disciplinas, no solamente la biología, por lo que el trabajo interdisciplinario permite tener este conocimiento y eso al final es ciencia, investigación y por eso es relevante.

Edición: CAC

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