La alfarería como transformación de la presencia femenina en Amatenango del Valle

Escuela Nacional de Cerámica distingue trabajo artesanal de Amatenango del Valle.

*Uno de los cambios o transformaciones que se dieron en Amatenango del Valle a partir del auge de la alfarería fue en las costumbres esponsales, las relaciones dentro del matrimonio y la redistribución de bienes dentro de la familia.

*Este articulo forma parte de una compilación de investigaciones, denominado “Ruralidades, cultura laboral y feminismos en el sureste de México”, publicada en el año 2018.


Francisco Cruz Rejón, maestro en Ciencias del Desarrollo Rural Regional, presentó un artículo, en el cual describe y explica la intensificación de la producción y comercialización de alfarería en la localidad de Amatenango del Valle.

Cruz Rejón hace énfasis en tres aspectos la inclusión de las mujeres en el ámbito público, la alfarería es una actividad que, a lo largo de los años, ha configurado esta localidad y ha sido la que lo ha distinguido de otros pueblos tseltales. Pasó de ser una comunidad productora de trigo, posh y alfarería, a una productora de maíz, frijol y de alfarería.

Los tres principales detonantes del auge de la alfarería se dieron con la construcción de la Carretera Panamericana pues facilitó el transporte de piezas para su venta, la crisis agrícola y, el retorno de hombres y mujeres de la finca de producción de caña de azúcar en Pujiltic, como la limitación de tierras para la producción agrícola. Y por último el interés del estado en promover actividades como la producción de artesanías, como resultado de los cambios en la estructura económica, expresa Cruz.

Artesanas Lucero del Alba S. de S. S. es una de las organizaciones artesanales con mayor antigüedad y reconocimiento por varias instancias públicas y privadas del estado. Los objetivos de esta sociedad son los de comercializar sus piezas y agilizar la producción a través de estímulos públicos o privados que apoyan en la compra de materia prima y equipo, en capacitación y en la mejora de instalaciones.

La Organización da a conocer que cada artesana produce desde su hogar y para la venta, se consignan las piezas producidas en una tienda ubicada en el domicilio de Ana presidenta de la sociedad. Cada alfarera produce una o varias piezas distintas a otras y algunas son más compartidas, como las macetas en forma de paloma o las esculturas en forma de jaguar de diversos tamaños.

Cruz expone que con el crecimiento de la importancia de la alfarería también creció la del papel de las mujeres que la realizan, este cambio fue resultado de múltiples factores locales y estructurales. Entre los principales encontró el papel de las mujeres dentro de la sociedad, es decir, en la condición femenina de las mujeres y en sus formas para el ejercicio del poder y participación en la esfera pública.

En Amatenango las que sostienen la economía son las mujeres alfareras. Foto: Fernando Grajales/ Chiapas PARALELO.

La división entre los espacios que son propios de hombres y mujeres han estado a lo largo de la historia, los primeros en el ámbito público y las segundas dedicadas al doméstico. Hasta hace unos años, la esfera de lo público era un espacio al que las féminas no estaban acostumbradas, sin embargo, en el proceso del desarrollo de la alfarería comercial, el acceso ha sido mucho más amplio, explica el maestro.

Los cambios de la condición femenina permiten vislumbrar la existencia de mayor igualdad social en el acceso y control de recursos, las transformaciones en el papel y posición, la obtención de una mayor autonomía y cambios en las concepciones de manera subjetiva en cuanto al género y los roles de hombres y mujeres añade el investigador.

Cruz menciona que las actividades relacionadas con la comercialización de piezas del grupo recaen en la representante, tiene la responsabilidad de lograr la venta de las piezas del grupo. En primera instancia, cuenta con una tienda y un museo llamado Pakul Ajchal Lum que se encuentran en su domicilio.

Así mismo, otra de las formas de comercialización que se encuentra a cargo de la representante es la venta de piezas almacenadas, mediante viajes a ferias y exposiciones en las ciudades principales del estado y fuera del estado como la Ciudad de México y Cancún.

La tercera y principal forma que realiza el grupo es la captación de pedidos especiales por parte de clientes variados que van desde la elaboración de objetos decorativos como macetas de gran volumen y basureros-ceniceros por parte de hoteles, hasta pedidos de grandes intermediarios que venden las piezas tanto dentro como fuera del territorio nacional, expresa Cruz.

Las mujeres que han podido participar en eventos y concursos fuera de sus comunidades son las solteras, viudas o divorciadas en su mayoría, representan casi la mitad del total de socias del grupo. Para quienes han podido acceder a estos espacios, el resultado ha sido un aumento en sus experiencias y capacidades, traducido en mayor conocimiento y capacidad de agencia.

Desde niñas aprendan el oficio de alfarería. Foto: Sandra de los Santos/ Chiapas PARALELO.

El investigador encontró que la alfarería es una actividad femenina porque así se ha construido en la historia. Las piezas elaboradas desde siempre eran los utensilios que ellas utilizaban para la preparación de alimentos, servir la comida y otros usos.  Las habilidades de las mujeres en este campo pueden ser desarrolladas porque se realizan dentro del hogar, si bien ahora incursionan en la comercialización, no todas tienen el acceso o la posibilidad de realizar actividades en el plano público.

En el segundo plano por la forma de producción, ha permitido a las mujeres permanecer en su vivienda durante las jornadas laborales. Esta circunstancia de alguna manera reproduce la permanencia de las mujeres en el seno familiar, lo que ha permitido a las alfareras lograr el trabajo remunerado desde su vivienda, les permite atender los asuntos relacionados con los diversos quehaceres del hogar.

Y el fomento estructural a la actividad ha desembocado en la valoración externa de la mujer, aunque no transforma del todo las inequidades de género, el trabajo de la alfarería y de la alfarera como proveedora de ingresos familiares es reconocido por ellas mismas y genera en estatus en la familia y en la localidad, además contribuye a nuevos campos de toma de decisiones, como en la situación de su estado civil, lo que ya es un gran avance en materia de igualdad, finaliza el investigador.

 

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