Marimba, chirimía y tambor; instrumentos amenazados por diversos géneros musicales impuestos por los jóvenes en Guadalupe Victoria

El pueblo jakalteko popti’ de Guadalupe Victoria se encuentra enclavado en las montañas de la Sierra Madre de Chiapas. Cortesía: INPI.

*La música es un elemento fundamental en las diversas fiestas, ceremonias y rituales realizados por los pueblos originarios y mestizos del estado de Chiapas. En ella se pueden encontrar aspectos de conexión y pertenencia que enmarcan la identidad colectiva y que dan sentido y significado a las prácticas culturales.


*La investigación forma parte del libro Los sonidos de nuestros pueblos: Escuchadas desde el sur.

Geny Hernández López, Investigadora independiente, realizó una investigación sobre la importancia de la música y el papel que representa en el pueblo de Guadalupe Victoria, municipio de Amatenango de la Frontera, de origen maya jakalteko popti’. Las diferentes celebraciones llevadas a cabo por los habitantes muestran la musicalidad y sensibilidad sonora de los descendientes del gran B’alunh Q’ana, fundador de Jacaltenango y de Q’anil, el hombre de fuego.

A su vez, en las diversas celebraciones llevadas a cabo cada año, la música está presente y es esencial en la conexión del pasado y el presente, lo que perciben a través de los sonidos transformados en sones que emanan de la marimba, de los toques ceremoniales realizados por la chirimía y el tambor, de la alegría variada en los sones tradicionales que interpretan el trocito y las cuerdas, así como en la música de otros géneros que acompañan dichas celebraciones.

En Guadalupe Victoria, para la mayoría de los músicos el aprendizaje se dio de manera individual y por iniciativa propia, tomando como referencia la herencia musical, por parte del padre, abuelo o maestro, quien dio la enseñanza o bien, la inspiración para aprender. Se hace presente en la memoria del discípulo pues salen a relucir siempre durante las pláticas con otros músicos o durante las presentaciones en los rituales, menciona la investigadora.

Además, el Consejo de Ancianos es una figura importante dentro de la ritualidad jakalteka, es la organización social encargada de vincular el pasado con el presente, entre los habitantes de la comunidad.

Respecto a lo anterior, Hernández López señaló que, el ser músico no influye para ser designado como parte del consejo, sino que son incluidos en éste, por la importancia de las prácticas musicales en la comunidad, donde gran parte de la población ejecuta algún instrumento musical, el principal es la marimba.

Por otro lado, las “cofradías” son los espacios de interacción social y ritual más distintivos y característicos del pueblo popti’ jakalteko. En éstas, la familia es la base fundamental de la práctica cultural y la música uno de los pilares.

Asimismo, las cofradías desde sus orígenes están basadas en un sistema de cargos jerarquizado, entorno a ellas se realizan las fiestas, ritos y ceremonias relacionados con los santos patronos católicos. Fueron impuestas durante la Colonia como medio de evangelización, pero se convirtieron en espacios para la conservación de la tradición indígena.

Por lo antes expuesto y por la importancia de la música durante las celebraciones, los músicos son los principales invitados de los capitanes. Para los músicos invitados a participar representa un gran honor, ya que lleva consigo el reconocimiento y la admiración que les brindan los capitanes de la cofradía.

Por ello, es casi imposible que se nieguen a participar, incluso si los músicos radican fuera de la comunidad, como ocurre con los mariachis originarios de Guadalupe Victoria pero que radican en los municipios de Comitán de Domínguez o en Tuxtla Gutiérrez, acuden año con año a las celebraciones patronales.

“La costumbre es un mecanismo de resistencia, quizá el más importante entre los jakaltekos”, expone la investigadora.

Los ancianos realizan dos rituales vinculados con la costumbre, es el ijom hab´il y komam poh xuhew, se celebran en el centro ceremonial Swi´xaj. Este último, es un pequeño cerro de piedra ubicado dentro del poblado, un sitio sagrado, el cual hace posible que guarden una relación estrecha con su lugar de origen, además es un punto estratégico para salvaguardar a la comunidad, desde la parte más alta es posible observar el valle y las montañas que lo rodean.

Hernández López añade que, en él se realizan los rezos de todas las ceremonias tradicionales, las relacionadas con la iglesia católica, como las fiestas patronales, y las ligadas con su origen maya, como son la petición de lluvia y la celebración por la cosecha. Sin embargo, la única celebración que no se realiza es la de Todos Santos ya que se trasladan al panteón de la comunidad.

Otro instrumento de gran raigambre en la región es la marimba. Cortesía: INPI.

Es así como, tanto en las festividades relacionadas con el calendario católico como con el maya, se escuchan los instrumentos, aunque no solo se escucha música tradicional, ya que, dependiendo de la celebración y del momento, los conjuntos marimbísticos de la comunidad, e incluso el grupo de trocito y cuerdas, tienen en su repertorio piezas musicales de estilo moderno, como cumbias, boleros y música norteña.

La investigadora comenta que, en Guadalupe Victoria, los sones tradicionales son piezas bailables de uso libre; su origen es muy antiguo y su autoría es anónima. Sin embargo, los ancestros ejecutantes de estos sones son reconocidos y recordados por los músicos actuales y por la mayoría de la población.

Los sones tradicionales presentan dos modalidades, que son seguidos y marcados; los habitantes les llaman los meros sones. Muchos ancianos sienten que estos están próximos a perderse, suponen que no son del agrado de la población joven, lo atribuyen a la influencia de los medios de comunicación, porque les permite ver y copiar, otros modelos de vida distintos a su cultura.

También, la investigadora profundiza que, aunque la música de marimba es la expresión musical más popular ligada a la tradición y ritualidad, existen otros tipos de música relevantes para la cultura de este grupo étnico, como la música de chirimía y tambor, y la de trocito y cuerdas.

La chirimía y el tambor solo son ejecutados frente a las imágenes de las vírgenes de la Candelaria y de Guadalupe. Una vez concluida su participación, la chirimía y el tambor pasan a formar parte de los elementos que se colocan en el altar junto a la imagen de la virgen, al término de la fiesta, se quedan en los altares de sus ejecutantes y dueños, en espera de la realización de la próxima cofradía.

El estado de Chiapas es una de las regiones culturales más plurales del país donde se conforma una compleja red de relaciones sociales entre pueblos originarios, inmigrantes y mestizos. Cortesía: INPI.

Además, los toques que se ejecutan con la chirimía y el tambor son doce, quienes tocan estos instrumentos admiten que ya no los recuerdan en su totalidad, también la manera en cómo los ejecutan difiere de los toques que realizaban los antepasados.

Hernández López menciona que, en la comunidad se ejecutan otros géneros musicales menos tradicionales, pero importantes tanto para los músicos como para la mayoría de la población. Por ejemplo, la música de mariachi, música norteña, de banda y grupera, como otros que se han ido colocando en el gusto de los jóvenes.

Por último, estos cambios en las prácticas musicales de los jóvenes, resulta preocupante para los ancianos, temen que se pierda la esencia musical en los espacios de rituales; aun así, para los jóvenes la marimba sigue siendo el elemento cultural más relevante de su pueblo y el de mayor presencia en estos espacios.

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