El desafío de mantener la lengua chol en Frontera Corozal

Ocosingo es el municipio más grande de Chiapas, un lugar lleno de culturas y tradiciones, del cual forma parte Frontera Corozal. Cortesía: Ocosingo Chiapas – Puerta a la Selva Lacandona.

*En el artículo se presenta el panorama sociolingüístico del chol que se habla en la comunidad fronteriza entre México y Guatemala, incluyendo el contacto, acomodación y actitudes lingüísticas, así como los ámbitos de uso de la lengua local. Es un estudio descriptivo desde la perspectiva de la sociología del lenguaje, con énfasis en el desplazamiento lingüístico y el bilingüismo.

*Investigación: Perfil sociolingüístico de Frontera Corozal, Ocosingo, Chiapas.


Juan Jesús Vázquez Álvarez, del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y la Frontera Sur, presentó el panorama sociolingüístico de Frontera Corozal, municipio de Ocosingo; poblado chol fundado a partir de la migración de mediados del siglo pasado. Los choles de este lugar están en contacto lingüístico con lenguas como el inglés y español, por su cercanía con los sitios arqueológicos de Yaxchilán y Bonampak.

También mantienen una convivencia cercana con hablantes de otras lenguas indígenas como el tseltal y el lacandón, a pesar de la experiencia lingüística multilingüe en la comunidad y el deseo generalizado de que los hijos aprendan español. En su trabajo de estudio destaca que la mayoría de los niños tienen como lengua materna el chol, mientras que otros lo aprenden como segunda lengua.

Vázquez Álvarez menciona que, los hogares típicos en Frontera Corozal se organizan en espacios amplios, pueden contener hasta cuatro casas que dan cobijo a la misma familia. Estos “solares”, como son llamados por los lugareños, alojan a los fundadores de la comunidad, es decir, los abuelos, también pueden estar rodeados de sus hijos y nietos, con quienes conviven la mayor parte del tiempo.

Asimismo, cuando una pareja contrae matrimonio, la casa se construye en los terrenos de la familia del esposo. Aunque no es una práctica común, se permite que el esposo se establezca en los terrenos de la familia de la esposa, aun sin ser originario de la comunidad. Esta práctica difiere con las restricciones de los lugares de origen colonos, donde no se permite que la mujer se quede a vivir en su comunidad con el esposo que no es del mismo lugar, debido al limitado acceso a las tierras destinadas al cultivo de productos agrícolas

Además, la mayoría de las casas tienen una forma rectangular, con una o dos divisiones, dependiendo de la cantidad de personas que la habiten. Al lado de dicha construcción está la cocina, con dimensiones más pequeñas, en donde algunos miembros de la familia pasan mucho tiempo, en especial las involucradas en la elaboración de alimentos y los pequeños.

Es común observar corrales cercados con malla de alambre habitados por distintas aves. Además del gallinero, algunas familias poseen chiqueros, otras siembran hierbas aromáticas como cebollín, perejil, una variedad de tomates pequeños, chiles y albahacas.

“Las abuelas y mamás de los pequeños pasan mucho tiempo en estos espacios al cuidado de los animales domésticos y las plantas. Ahí las abuelas usan el idioma chol con sus hijas; sin embargo, las hijas o nueras usan predominantemente el español como lengua de instrucción a sus respectivos hijos”, comenta el autor.

Señala que, las interacciones comunicativas en los contextos descritos acontecen tanto en chol como en español. Aclara que, estos hallazgos se basaron en observaciones directas, con el apoyo de guías de entrevistas aplicadas en forma de conversaciones en la lengua chol con seis familias.

Sin embargo, la tendencia observada, es que los padres socializan con sus hijos en la lengua española, mientras que la lengua local la aprenden de los abuelos o de otros parientes adultos.

El investigador destaca que, hay familias de la segunda generación que han migrado a otros pueblos y ciudades de Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo; regresan a su lugar de origen por períodos cortos durante las vacaciones. En esos casos, tienen tienden a emplear la lengua local entre la primera y segunda generación, donde se nota la ruptura del uso del idioma con los de la tercera.

. La Selva Lacandona, está clasificada entre las 25 zonas biológicas críticas del planeta después de 230 mil años de existencia. Cortesía: México destinos.

A su vez, añade que, la búsqueda de oportunidades laborales en las ciudades, el desplazamiento del lugar de origen por conflictos familiares o el matrimonio de parejas con distintas lenguas mayas o zoque, son factores que inciden en el abandono del uso del idioma chol en la familia.

Por lo anterior, un ejemplo es el caso de Juan, se casó con una lacandona con quien ha formado una familia con dos hijos. En la actualidad, vive en San Javier, una comunidad lacandona, se comunica en español con su esposa y sus hijos; incluso con su suegra, quien solo habla lacandón.

Juan manifestó que, se le dificulta entender el lacandón, por lo que considera que no lo aprenderá; por el contrario, su mujer tiene habilidades para aprender el chol. Piensa que no será necesario usar su lengua materna con su familia, por lo tanto, anticipa que sus hijos ya no aprenderán el chol o el lacandón, aunque, como sugiere, sería bonito que fueran trilingües.

“Ante lo expuesto, podemos decir que el patrón de asentamiento chol y las familias nucleares conformadas por hablantes de la lengua han contribuido a mantener parcialmente vigente su uso en la localidad”, expone el investigador.

Puntualizó que, los habitantes que conforman la primera generación juegan un papel central en el mantenimiento del chol. El repertorio lingüístico de aquellos que representan la tercera generación determinará el destino de la vitalidad de esta lengua.

Respecto a la cuestión laboral de los habitantes, se limita en gran medida a las actividades asociadas a la agricultura y a la ganadería. Ya que, se trajo de los lugares de origen, donde todo lo asociado con el cultivo de la milpa era para el consumo familiar o el cultivo del café para fines comerciales.

Para obtener algo de ingreso económico, algunos pobladores choles se dedicaron a recolectar xate, especie de palma ornamental de clima tropical, para venderla a los xateros o compradores que llegaban a la comunidad. Exploraron otras alternativas, como el cultivo del chile jalapeño, sin embargo, requería muchos cuidados y algo de inversión por el uso de agroquímicos para lograr una buena cosecha.

Con base a lo anterior, los ingresos económicos que obtenían les daba para comprar maíz y frijol. Por otra parte, algunos colonos comenzaron a introducir el ganado vacuno, debido a que la gran mayoría poseía suficiente terreno para criarlo en potreros, esta actividad ha tenido éxito, por lo tanto, muchos poseen algunas cabezas de res.

El investigador, menciona que, esta actividad ha generado empobrecimiento de minerales en la tierra, situación que tiene un impacto en el crecimiento y engorda del ganado, pero han buscado los mecanismos para compensar esta carencia comprando suplementos alimenticios. Como la práctica de la ganadería se considera rentable en la región, muchas personas están reduciendo sus espacios de siembra tradicional de maíz y frijol; con el tiempo, se han dirigido al cultivo de la palma de aceite.

Don Juan manifiesta que, en la zona de Marqués de Comillas, han notado que la pastura es también pobre en minerales y por lo tanto no otorga suficientes nutrientes al ganado, para evitar gastos excesivos han optado por la siembra del hule o de la palma de aceite ya que, organizados, obtienen apoyo oficial mediante diversos incentivos económicos.

En Chiapas, hay políticas gubernamentales destinadas a incentivar el cultivo de la palma de aceite, en especial a pequeños productores, particularidad que distingue a los colonos de la Lacandona y zonas aledañas. En estos poblados, un ejidatario puede disponer hasta de 50 hectáreas de terreno.

“Es incuestionable que la frontera sur de Chiapas está sufriendo una transformación en las formas tradicionales del uso de la tierra. Lo que se puede percibir es que en la mayoría de estas dinámicas relacionadas con las cuestiones agrarias está presente el chol como la principal lengua de comunicación, situación que ha permitido su mantenimiento y reproducción”, comparte el autor.

Puntualiza que, los hijos de los colonos están explorando otras alternativas laborales, en las cuales el uso del chol no siempre es posible. Por ejemplo, han encontrado trabajo como maestros bilingües, desde en preescolar hasta primaria, algunos se encuentran laborando en distintas escuelas de la región en donde no siempre se habla el chol, razón por la cual usan el español como principal medio de comunicación.

“Cabe destacar que este sector de la población chol de Frontera Corozal está usando el español como la principal lengua de comunicación tanto en el ámbito familiar como en el escolar”, añade.

Además, en el poblado se han generado otras opciones laborales por estar cerca de Yaxchilán, año con año, más en los periodos vacacionales, hay presencia de visitantes locales, nacionales e internacionales, a quienes ofrecen servicios de transporte, alimentación, hospedaje o guía al sitio arqueológico.

También requieren trabajadores para la custodia y el mantenimiento, mismos que están destinados para las personas con estudio, como dice don Domingo, ya que requieren dominio de la lengua española. La escolaridad a la que se refiere es el bachillerato, nivel escolar al que se tiene acceso en la comunidad.

. Transporte en lancha por el Río Usumacinta, Frontera Corozal. Cortesía: Diana Ustral.

Ante esta condición, algunos choles han conformado organizaciones o cooperativas de lanchas para transportar a los visitantes al sitio arqueológico o cruzar el río Usumacinta para visitar comunidades guatemaltecas. También existen organizaciones de taxistas que dan servicios locales o transporten viajeros a la carretera fronteriza que comunica con Palenque.

Hay cooperativas que ofrecen servicios de hospedaje y alimentación para los visitantes, estas buscan obtener beneficios ofreciendo alimentos a los visitantes, pues la gran mayoría de los turistas llegan temprano y se regresan por la tarde a Palenque. Los encargados de dichas cooperativas procuran capacitar de manera constante a los trabajadores con el fin de ofrecer un buen servicio a los visitantes.

En el tema de la comunicación con los visitantes que no dominan el español, don Pascual, encargado de una Cooperativa, considera que en los servicios del restaurante no ha sido necesario tener empleados que hablen inglés, ya que los grupos llegan acompañados de guías de turistas o de traductores.

Sin embargo, manifiesta tener interés en capacitar a los jóvenes para que aprendan el inglés, con el fin de ofrecer un trato adecuado tanto en los servicios de hospedaje como de alimentación a las personas que llegan sin traductores. En el contexto de la cooperativa, el turismo nacional y extranjero puede apreciar algunos elementos culturales que se muestran con orgullo, incluida la lengua chol.

Vázquez Álvarez comparte que, hace algunos años intentaron conformar un museo comunitario en el que se exhibirán algunas piezas de sitios arqueológicos cercanos no explorados aún, así como elementos de la cultura chol. Sin embargo, el proyecto no dio frutos y el lugar se encuentra abandonado.

El Coneculta-Chiapas, a través de la Dirección de Patrimonio e Investigación Cultural, inició el proyecto de museo con el fin de revalorar, fortalecer, conservar, investigar, preservar y exponer el patrimonio cultural de los habitantes de la cuenca del río Usumacinta en la zona lacandona. Cortesía: SIC.

“En todas las actividades relacionadas con el turismo predomina el uso del español, especialmente en lo que respecta a los servicios. Sin embargo, la comunicación en los espacios laborales, como los hoteles y los restaurantes, se realiza tanto en chol como en español”, añade.

El investigador expone que, el español está presente en el hogar, escuela, iglesia y aquellos en los cuales se desarrollan algunas actividades económicas como el comercio o la prestación de servicios turísticos a visitantes nacionales y extranjeros. Por ejemplo, en lo que respecta al hogar, los adultos mayores, usan el chol para comunicarse con la esposa y sus hijos; pero se nota que los hijos están comunicándose en español con sus respectivos hijos.

La gran mayoría de la generación joven, incluyendo nietos y bisnietos, han tenido una instrucción escolar donde predomina el español como lengua de enseñanza, libros de texto que se usan están escritos también en español. Algunos fundadores de la comunidad manifestaron inculcar la lengua española a sus hijos, situación que está siendo reproducida en los niños, pero muestran sorpresa de que las nuevas generaciones estén hablando o por lo menos entienden el chol.

Por ello, la explicación que los padres a esta situación es que lo aprenden al escuchar conversaciones en chol de los adultos en la casa; cabe señalar que muchos niños viven en casas vecinas a las de los abuelos y por esta razón están expuestos al repertorio lingüístico de los adultos mayores.

En lo que respecta a los espacios en las iglesias, tanto el chol como el español están presentes en la comunicación, a pesar de que los choles reconocen el fomento del uso de la lengua local por parte de algunos líderes religiosos locales, en particular los cultos católico y presbiteriano. En las celebraciones religiosas de los fines de semana prevalece el chol en las lecturas bíblicas, los sermones y las alabanzas.

“Hay que destacar que algunos pastores o catequistas usan versiones de la Biblia traducidas al chol y también se cuenta con himnarios en esta lengua maya. Sin embargo, algunos avisos previos o posteriores a las celebraciones religiosas pueden darse en español, dependiendo de la persona que las anuncie”, expone el investigador.

El último contexto, el de los ámbitos del comercio y de la atención al turismo nacional y extranjero. Los choles de Frontera Corozal y los de la frontera sur de Marqués de Comillas tienen como principal centro comercial la localidad de Benemérito de las Américas, aunque la propia comunidad de Frontera Corozal y otros poblados como Nuevo Orizaba también juegan un papel importante en el intercambio comercial entre poblaciones de México y Guatemala, incluyen productos como maíz, frijol y resina.

Los pobladores reconocen que cuando hay abundancia de frijoles en las comunidades choles, venden este producto a compradores guatemaltecos, pero en tiempos de escasez vuelven a comprar sus propios productos. En todas estas interacciones comerciales, la comunicación transcurre en español.

Por último, el investigador menciona que, el estudio es relevante porque ofrece elementos que permiten preguntar cómo está aconteciendo la adquisición y la transmisión intergeneracional del chol en este pueblo. Por otra parte, resalta las consecuencias lingüísticas de la confluencia de dos variantes dialectales, reconocidas por los hablantes, y permite dimensionar el desafío de la lengua chol en el mantenimiento de los ámbitos de uso frente al español, en la vida escolar, religiosa y familiar.

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