María Gómez, la médica tradicional zoque que se convertía en viento

Esta es la única foto que se conserva de María Gómez. Cortesía: Fermín Ledesma.

*María Sánchez, mujer zoque de Chapultenango señaló que, para su cultura, las personas que curan son de respeto por sus conocimientos.

*La estigmatización de brujos o hechiceros viene de las creencias cristianas que lo consideran “del diablo”.


De acuerdo con la información proporcionada por el investigador Fermín Ledesma, antes de la colonización española del siglo XVI las y los pobladores zoques de Chapultenango tenían muchas formas religiosas y prehispánicas de vincularse con sus dioses.

Los dioses estaban presentes en las cuevas y montañas, ya que eran considerados seres míticos que vivían en las montañas.

La llegada de los españoles propició una intencionalidad de despojarles de esas formas religiosas y la evangelización por parte de la orden de los dominicos a Tecpatán.

Los españoles y los dominicos creían que esas eran formas salvajes y demoníacas por lo que al pueblo zoque se les estigmatizó como nahualistas, brujos y hechiceros, mencionó.

Para las y los antiguos habitantes zoques del municipio de Chapultenango, la tradición oral de las y los abuelos les ha enseñado que en el cerro Ipstejk o de las 20 casas, era un lugar en donde llegaban a recibir un don especial, el nahual que les protegía.

El conocido “Arco del Tiempo” en Cintalapa, era una de las cuevas en donde los zoques señalaban que habitaban los dioses. Cortesía: Find Local Bussinesses

La comunidad zoque de dicha región tenía la firme creencia de que cualquier persona contaba con un protector o guardián que se relacionaba con la naturaleza y, precisamente, en las cuevas del Ipstejk se recibían, pues el sitio es un lugar sagrado.

Ahí se convertían en venado, en tigre o en viento. Una persona podía tener esta dualidad, podía convertirse en cualquier ser relacionado con la naturaleza, sin embargo, para la iglesia católica esto era brujería o hechicería, dijo Ledesma.

Por dicha razón, las y los habitantes de esta región de la cultura zoque fueron enjuiciados por la iglesia y prisioneros acusados por la diócesis de San Cristóbal de las Casas.

En el mismo sentido, señaló que existen relatos que indican que quienes practicaban estas creencias no eran brujos ni brujas, sino que era una de las formas religiosas que los antiguos zoques prehispánicos tenían de relacionarse con la naturaleza, una forma de respetarla y entender la relación del ser humano con ella.

Compartió la historia de su abuela, María Gómez, una mujer de la etnia zoque nacida entre 1895 y 1900, cuya historia es efímera debido a que no hay como documentos de ella, más que una fotografía antigua que conserva y los relatos orales que han ido contándose de generación en generación.

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2749945371894455&id=100006370578322

Contaba mi abuela que ella era viento, es decir iba al Ipstejk a recibir su nahual y allá se convertía en viento, añadió.

Asimismo, sostuvo que hay un relato de 1801 de un juicio que se hizo la iglesia católica contra Tiburcio de Pamplona, donde se relata que el mítico cerro existe y se encuentra situado frente a Quechula, pueblo que fue inundado con la presa de Malpaso.

Además, en la década de 1970, arqueólogos mexicanos descubrieron una serie de cuevas sobre el Río La Venta donde se encontraron restos prehispánicos, hallazgos revelaron que los zoques tenían un lugar mítico y simbólico un espacio sagrado.

Mi abuela nos lo contaba porque a ella se le revelaba del sueño, nunca fue al Ipstejk o al Río La Venta, sin embargo, los conocía a la perfección y recibió ahí el don de ser viento, por lo que a través de los sueños viajaba y conocía el volcán Popocatépetl y el Tacaná, relataba que estos volcanes están conectados,  añadió.

Al contar con este nahual era una de las personas especiales que dentro del pueblo zoque tenían la dicha de acceder a este mundo onírico, por lo que podían fungir como músicos, curanderas, mejor llamadas médicas tradicionales.

María Gómez falleció en el año de 1984 tras salir de Chapultenango después de la erupción del Volcán Chichonal, de manera natural. Toda su vida se dedicó a ser partera y la medicina tradicional zoque, conocimiento que adquiría gracias a la conexión con su nahual a través del sueño.

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.