Takotsubo: el síndrome que te puede matar por amor

Cortesía CONACYT Agencia Informativa

Con información de Génesis Gatica Porcayo de CONACYT agencia informativa

La literatura romántica y las ciencias de la salud pueden ser consideradas conceptos antagónicos; sin embargo, los expertos derivan esta relación literaria de casos clínicos reales, aunque estos —los casos— pueden no estar vinculados con las historias de amor o desamor en el desarrollo de enfermedades.

La miocardiopatía de Takotsubo o síndrome del corazón roto es una enfermedad rara y de baja incidencia, donde el estrés crónico y la depresión ocasionados por eventos anteriores estresantes, emocionales o físicos se han relacionado con efectos biológicos negativos, entre los que se incluye la predisposición a este mal.

Fue descrita por primera vez en Japón en la década de los años 90 y su nombre se deriva de una vasija que utilizan los pescadores japoneses como trampa para cazar pulpos (tako, pulpo y tsubo, olla).

Es tan fácil romper un corazón…

En este sentido, los eventos estresantes hacen que el ventrículo izquierdo del corazón se deforme ligeramente ocasionando un estrechamiento de las arterias coronarias y la zona tome una forma similar a esta vasija; el corazón pierde fuerza en la capacidad de bombeo y, finalmente, da manifestaciones similares a las de un infarto.

Casi todos los casos presentados a nivel mundial han sido en Japón, pero los especialistas mencionan que este predominio racial puede ser explicado porque en países occidentales todavía pasa desapercibido su diagnóstico.

Eliud Samuel Montes Cruz, ecocardiografista e investigador del Hospital Regional 1o de Octubre del ISSSTE, comentó que este padecimiento ocasiona insuficiencia cardiaca severa y el paciente comienza a tener dificultades para respirar, incluso requiere de hospitalización.

Sin embargo, un estudio clínico llamado coronariografía diagnóstica revela que en esta enfermedad no se encuentran lesiones que obstruyan el funcionamiento de unas arterias denominadas epicárdicas, “el corazón es un cono; sin embargo, la enfermedad hace que cambie la forma de ese cono y haga un jarrito que va a dilatarse de la punta cancelando el bombeo de sangre”.

Los investigadores involucran a las catecolaminas como uno de los principales influyentes en el mal funcionamiento del corazón, en especial la adrenalina y la noradrenalina, ya que en exámenes de sangre se registran altas concentraciones que ocasionan la dilatación del corazón y se desarrolle insuficiencia cardiaca aguda.

Sindrome de Takosubo

Sanar el corazón

De acuerdo con Eliud Montes, pese a todos los antecedentes que pueden desencadenar un falso pronóstico de infarto de miocardio y sí un diagnóstico de enfermedad de Takotsubo o síndrome del corazón roto, este se trata de un padecimiento de naturaleza benigna o transitoria, es decir, se tiene la esperanza de que la afección pueda corregirse.

Solo en ciertos casos puede producirse un desenlace fatal en la persona que desarrolla la enfermedad. Sin embargo, una vez que existe el diagnóstico del padecimiento y se ha dado el tratamiento adecuado, el periodo de recuperación oscila entre una y cuatro semanas.

Según los especialistas, siempre y cuando no se tenga una predisposición genética para padecerlo, el síndrome del corazón roto puede evitarse teniendo una vida saludable a través del equilibrio biopsicosocial en las relaciones familiares, amorosas y sociales en general, además de que es importante tener a la mano toda la información necesaria sobre qué hacer en cuanto a la manifestación de un evento agudo al corazón.

De acuerdo con Rolando Díaz Loving, si la construcción de una relación —de cualquier índole— se basa en el apoyo y una sana convivencia con el medio, se desarrolla un estilo de apoyo donde no existe la ansiedad ni enojo o depresión por la ausencia de un miembro, lo que permite mantener el corazón en condiciones óptimas y sin efectos negativos.

Los casos de ambas mujeres fueron considerados exitosos a través de los tratamientos intra y extrahospitalarios y en el caso de Margarita, la promesa a su esposo de mantener una vida sana y fuera de depresión es más fuerte para cumplirla, “cuando sea mi turno de partir y reencontrarme con él, será porque ya me tocaba y no porque morí de amor”.

Caso registrado en México

Margarita vive en la Ciudad de México, es una mujer de sesenta años que nunca había conocido el dolor por amor, hasta que un accidente automovilístico le quitó a quien fue su compañero de vida por casi cuarenta años, nunca imaginó que su ausencia le dolería tanto.

Fue amor a primera vista, de esos que ya no hay y en el que pocos creen. “Yo era actriz de teatro independiente en los años setenta aquí en la ciudad, y en una de las funciones nuestras miradas se cruzaron; él estaba entre el público. Al finalizar la función fue a camerinos a pedirme que fuera su novia, sin pensarlo acepté y nos casamos a los seis meses de relación, nadie creyó que eso duraría, pero fueron casi cuarenta años y cuatro hijos de por medio”, rememoró.

Un mes después de la muerte de su esposo ingresó al hospital con un agudo dolor en el pecho, presión arterial alta, sudoración, taquicardia, náusea y ansiedad que se acompañaba del deseo de morir.

Los médicos ya tenían un diagnóstico previo, los síntomas son clásicos de un infarto al miocardio. Sin embargo, la ecocardiografía demostró algo que no comprobaba la hipótesis anterior, ya que la zona apical —punta— y zona media del ventrículo izquierdo del corazón de Margarita presentaban una deformación poco común, pues tenían forma de olla o vasija, diagnóstico oficial: miocardiopatía de Takotsubo o «síndrome del corazón roto».

Como historia salida de la literatura romántica puede describirse el caso clínico de Margarita, ya que el diagnóstico fue relacionado con la pérdida reciente que había padecido, “nuestro matrimonio sufrió de todo, altas y bajas pero hubo mucho amor en este viaje, su ausencia aún me duele pero es algo que hay que sobrellevar porque no quiero que mi corazón lo resienta”.

Pero ¿qué dice la ciencia en casos como estos?, ¿el dolor de la pérdida de un ser querido puede tener una repercusión a nivel físico al grado de “romper” tu corazón?, ¿es posible morir de amor o de alguna fuerte emoción?

 

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