Investigador mexicano recicló botellas de PET y las transformó en lentes

Roberto Alvarado Yáñez

Con un kilogramo de PET podemos producir 56 armazones.

Por Dulce Miranda CONACYT agencia informativa

Roberto Alvarado Yáñez transformó un proyecto universitario en una exitosa empresa innovadora que fabrica armazones de anteojos con botellas recicladas de tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés).

Hoy, después de cuatro años, ICH, la empresa que fundó Roberto, ha ganado reconocimiento internacional al llevar hasta comunidades en situación de pobreza anteojos de buena calidad a un precio muy accesible. 

Roberto Alvarado explicó que en el programa de estudios de la carrera de administración de negocios, impartida en la Universidad Tecnológica de México (Unitec), era necesario cumplir con un plan de negocios basado en una propuesta innovadora.

“Todo se combinó, yo necesitaba terminar mi carrera universitaria, entonces revalidé mis estudios e ingresé a la Unitec. En ese periodo estuve trabajando por las tardes en una óptica de mi familia y me di cuenta de que los precios elevados de muchos lentes son por el armazón, que representa 80 por ciento del costo total. Platiqué con mi profesor de la universidad este hecho y comencé a investigar más sobre el tema, porque quería hacer algo en favor de personas que necesitaran lentes”.

Tras realizar una investigación de mercado, Roberto Alvarado encontró que, en general, hay dos opciones al momento de elegir unos anteojos: obtener productos baratos pero de baja calidad o comprar lentes de buena calidad a precios elevados, debido a que muchas veces son importados. Fue entonces cuando pensó en hacer un armazón económico y resistente que redujera el costo final de unos lentes.

“Me gané mi pase a la incubadora de la Unitec y me dieron una beca para mi proyecto. Empecé con un equipo de compañeros de clase, pero nadie quiso seguir porque en la incubadora eran jornadas muy demandantes”, comentó el joven empresario.

El material adecuado

El proceso para llegar al producto final implicó pruebas con materiales como el acetato y la pasta, los cuales son utilizados de manera regular, por lo que los costos de producción no disminuían. La idea de utilizar PET como materia prima, surgió cuando Roberto Alvarado leyó un artículo sobre el impacto negativo en el ambiente causado por los contaminantes plásticos.

“Vi en una revista que cinco ciudades costeras del mundo se perderían en los próximos 10 años debido a los contaminantes plásticos, porque tienen las características de ser resistentes, durar más de mil años y son hipoalergénicos, justo lo que quería para mis armazones. Empezamos a hacer las pruebas y la incubadora me ayudó con especialistas de todas las áreas, así robustecí mi proyecto”.

Investigador mexicano recicló botellas de PET y las convirtió en lentes (1)

Al inicio, Roberto Alvarado y su equipo se encargaban de recolectar botellas de plástico para triturarlas y crear los armazones, compuestos 99 por ciento de PET —el uno por ciento restante es resina que facilita el desmolde del armazón—. Ahora, compran pellets —pequeñas esferas— de PET a dos empresas mexicanas para acelerar el procedimiento.

“No se necesita mucho material, con un kilogramo de PET podemos producir 56 armazones. La idea es que la empresa crezca y hagamos todo el proceso, desde recoger la botella hasta ‘peletizarla’; eso bajaría el costo de producción aún más y, por lo tanto, el de venta”, agregó Roberto Alvarado.

Compromiso social

Además de abonar a la solución del problema de contaminación en México, el trabajo de ICH se enfoca en apoyar a grupos vulnerables, tarea que han logrado gracias a su alianza con Essilor, empresa francesa dedicada a la fabricación de lentes para anteojos.

“No vendemos nuestros productos en ópticas, vamos a las comunidades más desprotegidas en México con equipo que Essilor nos presta para hacer exámenes de la vista, también van optometristas para afinar la graduación de cada persona; este trabajo se hace de lunes a viernes y atendemos de 800 a mil personas, Essilor nos manda los lentes cortados y graduados para que nosotros los montemos en nuestras armazones en el momento, de acuerdo con la graduación que cada quien necesite. Todo este servicio cuesta 250 pesos, aunque también donamos algunos lentes a quienes no pueden pagar”.

 

Investigador mexicano recicló botellas de PET y las convirtió en lentes

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